Aunque este martes declaró Hernán, la ruptura en la audiencia se produjo el primer día, el lunes, cuando Gino decidió romper el silencio y confesar ante jueces técnicos y jurados populares que él era el único culpable de la muerte de su madre.
Cabe señalar que padre e hijo enfrentan este juicio acusados por el mismo delito: homicidio doblemente agravado por el vínculo y por codicia.
Al relatar cómo se dieron los hechos, Gino contó que ese 28 de diciembre fue a la casa de su madre, con quien mantuvo una acalorada discusión que se le fue de las manos.
“En un momento empeoró y ahí tuve como un blanco, no tengo recuerdos, sentí como una ira y después estaba en frente de la bacha, en la cocina, y había mucha sangre. Empecé a desesperarme y lo único que se me pasó fue irme del lugar”, explicó el joven, quien inexplicablemente está siguiendo las alternativas del juicio desde el penal de Villa María.
“Estoy arrepentido de lo que hice, de lo que sucedió, terminé lastimando a mucha gente, tanto a mi hermana (Lucía) que terminó sola, como a mi papá, que no tiene nada que ver en esto y que lo único que hizo fue intentar ayudarme”.
Qué dijo Hernán Ferrari
Hernán Ferrari se negó a declarar el lunes, pero este martes sí decidió hablar. Al dar su versión, buscó despegarse del hecho y contó que mintió para “ayudar” a su hijo, luego de que éste le confesara el crimen.
“Cuando me dice que mató a su madre, no entendía nada, mi instinto fue ayudarlo”, reconoció el hombre, quien también está participando del debate desde una sala del establecimiento carcelario de barrio Belgrano.
En gran parte de su testimonio, se lamentó haberle fallado a Lucía, su hija, hoy querellante en la causa.
“Quiero pedirle disculpas a ‘Luli’. Sé que las palabras no alcanzan para algo así, tan sólo tuve la intención de ayudar a mi hijo para que pudiera zafar de este calvario que es la cárcel”, relató.
“Me hubiese gustado estar hoy declarando en la sala, para que mi hija vea mi sinceridad, mi dolor, sé que gran parte del dolor que ella tiene se lo produje yo, por el hecho de haber querido ayudar a mi hijo, a quien al final no terminé ayudando. La dejé sola, me siento culpable de eso”, exteriorizó.
Sobre Gino, precisó que es un joven que nunca le causó problemas. “Era un chico respetuoso, no tengo nada que reprocharle, me ayudaba en los repartos (Hernán distribuía panificados a comercios). Al último estaba muy mal, tenía el departamento desordenado, formó pareja con una chica, pero creo que no tuvo suerte”, dijo.
“Gino no es un monstruo, es el tipo que cometió el error de su vida, y yo daría la mía para que se fuera de acá”, amplió.
Los últimos dos testigos
En la sala de debate, la segunda sesión comenzó con el testimonio de la mujer que encontró sin vida a Natalia en su vivienda, Esther Bachino.
Sobre esa jornada, recordó: “Encontré el portón entreabierto y entré llamándola. Ví que en la pieza de la ‘Luli’ había alguien con sangre, me asusté y salí corriendo. Me fui a mi casa, justo llegaba mi hijo y le conté que había encontrado a alguien muerto. Fuimos con la policía y pude identificar quien era, fui al quincho a llorar. Ella (Natalia) era muy buena con nosotros”, se lamentó Bachino, quien hoy está en pareja con Jorge Mariani, padre de Natalia.
En la continuidad del juicio, declaró el médico forense Gustavo Rodríguez, el profesional que llevó a cabo la autopsia.
El especialista contó que Natalia tenía hematomas en los ojos y seis heridas punzocortantes en el cuello, causadas con un cuchillo tipo serrucho
Además, precisó que cuando llegó a la escena del crimen, tras el llamado del fiscal René Bosio, vio que Natalia se encontraba boca abajo, recostada sobre una gran mancha de sangre. Luego confirmó que la causa eficiente de su muerte fue un shock hipovolémico.
Asimismo, dio a conocer que su hipótesis apuntaba a que Natalia recibió un golpe a la altura de la nariz que la hizo desmayar o caer, y que en ese estado de indefensión