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Una vivienda decomisada, ¿la nueva sede de la Fiscalía Federal local?

Un Tribunal Federal dispuso en las últimas horas que un domicilio de esta ciudad, incautado en el marco de una causa, sea utilizado como edificio administrativo. Definen el Poder Judicial y la Procuraduría General

El Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Córdoba N° 2 (TOF2) resolvió que una de las 20 propiedadas decomisadas en el marco de una causa por delitos financieros y tributarios (por estos hechos fueron condenados siete villamarienses) sea utilizada como sede de la nueva Fiscalía Federal de Villa María, institución que en la actualidad funciona en un edificio emplazado sobre calle 9 de Julio 516, en barrio Centro Este.

Fuentes consultadas por este medio aseguraron que el asunto de la reubicación de la sede judicial se encuentra “en tratativas”.

“Es algo que debe definir el Poder Judicial y la Procuraduría General de la Nación. Porque si bien salio así en el fallo, hay que ver en qué estado se encuentra (la vivienda) y si va a servir para esos fines”, le confiaron ayer a Puntal Villa María.

El fallo del TOF2, dado a conocer en las últimas horas, también dispuso que los siete integrantes de una asociación ilícita destinada a cometer delitos tributarios y financieros fueran condenados a penas de hasta 3 años de prisión de ejecución condicional y a pagar 500 mil dólares. La sentencia recayó sobre Fernando Ateca, Jorge Sufe, Miguel Alvarez, Delfín Polack, Richard Grenat, María Eugenia Tabares y Carlos Giovanardi.

De acuerdo a la acusación, con fecha aún no precisada pero anterior al 16 de mayo de 2018, y por medio de empresas radicadas en las ciudades de Villa María y James Craik, Ateca, Sufe, Polack, Tabares, Grenat, Giovanardi y Álvarez, conformaron una asociación ilícita destinada a cometer una indeterminada cantidad de delitos financieros y tributarios.

Entre estos delitos se contaban actividades de intermediación financiera no autorizada, recibiendo depósitos a plazo para aplicarlos posteriormente a operatorias de compra y venta de divisas; la compra y venta de títulos valores; otorgar préstamos a terceros e inversiones en el mercado de valores por intermedio de agentes de bolsa, entre otras actividades, todo ello sin contar con autorización emitida por el Banco Central de la República Argentina.