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Con sobreoferta y una baja demanda, disminuyó el ritmo de construcción

El titular del colegio de Arquitectos, Gustavo Martinotti, dijo que hay múltiples factores, como el precio del dólar, la inflación y la falta de clases presenciales en el nivel superior, que en algunos casos terminan desalentando la inversión

El movimiento constante de obreros de la construcción por las calles de la ciudad ya no es el mismo. La particularidad es más notoria en los proyectos inmobiliarios que se erigen en altura, muchos de los cuales presentan una cantidad mínima de trabajadores.

Los efectos de la pandemia se perciben desde hace varios meses en el sector, donde se advierte una sobreoferta de propiedades contra una baja demanda de interesados, una combinación que indefectiblemente llevó a bajar el denominado“ritmo” de construcción y hasta la paralización de obras en algunos casos.

Para Gustavo Martinotti, titular delColegio de Arquitectos local, la recuperación con relación a 2020 es lenta, pero además leve y no de una manera sostenida.

Antes de los inconvenientes generados por la pandemia, recordó que los proyectos que estaban en marcha siguieron avanzando, “obviamente a distinto ritmo, y se iniciaron obras nuevas”, destacó, y focalizó que ese avance se dio “por el efecto del dólar, que llegó a casi 90 pesos”.

Interpretó que quien tenía ese ahorro en dólar “decidió invertir en compra de departamentos, ampliaciones o en desarrollo de alguna propiedad o vivienda”.

Pero después que pasó “ese veranito y se desplomó el precio del dólar, eso hoy no se está dando de la misma manera”. Y fue más allá al analizar el mercado inmobiliario local entendiento que existe una sobreoferta “y la demanda no es tan importante debido a distintos factores”.

Multifactores

Martinotti no focalizó el único inconveniente en el costo de la moneda estadounidense y las dificultades que tienen los inversores para valerse de dólares.

“No es solamente el dólar; hoy nadie quiere embarcarse en algo y existen múltiples factores”, resaltó, y citó, entre ellos, el incremento de costos “que va un poco atado a lo que es la inflación, y el dólar oficial. Y esto no sólo sucede en la construcción”.

Reconoció además que en algunos rubros “puede haber desabastecimiento o una entrega un poco más controlada. Estos múltiples factores hacen que la recuperación no sea sostenida”, por lo que si bien admitió que el repunte es leve, “no creo que estemos mejor que en 2020”.

Bajo ritmo

Consultado sobre la situación actual de las obras en construcción, principalmente aquellas que generan un importante movimiento comercial y de mano de obra, admitió que son pocas las que están paralizadas, aunque sí se advierte una disminución “en el ritmo de trabajo, ya que al haber una sobreoferta y no existir una demanda que obviamente sea financieramente factible para el desarrollo de los proyectos, la idea no es parar las obras, sino bajar el ritmo”.

Reconoció que en la actualidad “no hay créditos, y con lo que pasó con los UVA no hay ofertas, y las que hay son inviables económicamente”. Uno de los sectores que tradicionalmente invirtió en ladrillos fue el productor rural.

Al respecto, Martinotti reconoció que el hombre de campo influye positivamente “en nuestra región ya que pueden tener un buen año de cosecha, pero ellos también se calzan en comodities, entonces trasladar la venta de soja para calzarlo en ladrillos es un poco complejo. Ellos también están esperando, o su protección pasa por la no venta del cereal”.

Días atrás este medio graficó el impacto que genera en la ciudad la falta de clases presenciales en el nivel superior, lo que lleva a estudiantes de la zona a desistir del alquiler de un inmueble, dejando vacíos de esta manera la gran cantidad de complejos destinados a tal fin.

Y para el titular de Arquitectos, el fenómeno que ya impacta en los alquileres se percibe en el paso previo, que es la construcción de propiedades para estudiantes. “Al no haber hoy tanta demanda de la parte educativa, y no tener la obligatoriedad presencial, genera una caída en la demanda de departamentos para alquilar. Y eso desalienta un poco la inversión”, dijo.

Costos

El entrevistado reconoció que el sector de la construcción sufre aumentos, algunos de los cuales van atados al dólar, lo que muchas veces genera desabastecimiento en algunos corralones, o demora en la entrega de ciertos productos.

“Todo lo que tenga que ver con metal, sea hierro, aluminio o cables, tiene casi incidencia directa con el dólar”, dijo e interpretó que el incremento es sostenido y va casi a la par de la inflación.

“Cuando no aumenta en un rubro lo hace en otro”, dijo. “El índice de la construcción de septiembre del año pasado a marzo de este año, entre material y mano de obra -incluye también las paritarias- tuvo un incremento aproximado al 35%. Y es un índice sacado desde la Cámara de Construcción”, remarcó.