“¿Deporte de viejos las bochas? No, para nada, es lo más hermoso y sano que puede practicarse”, afirma César Ahuir.
A los 43 años es un jugador bochófilo reconocido, que lamenta la complicada actualidad, y recuerda con emoción su inicio con Mauricio Fernández. “Ganamos varios torneos juntos desde los 80. Ya decían que era un deporte de viejos”.
Sus padres, Norma y Aldo, son bochófilos de trayectoria. “Empecé a jugar en el año 1985 con 7 años y como federado en 1988 a los 11 en San Lorenzo de Las Playas. Mi madre y mi padre me llevaban, los vi jugar, me gustó y así me inicié”.
Acotó que “es muy lindo porque se cosechan muchos amigos, es un deporte sano. Jugué toda mi vida. Es una pasión compartida con mis padres. Lo elegí y lo sigo eligiendo”.
Recordó que “en 1988 cuando comencé a jugar de forma federada, había más de 20 chicos como Mauricio Fernández, Mauro Paviolo, Claudio Mana, Gustavo Silva”.
Mencionó que “con Mauricio Fernández arrancamos juntos, y compartimos partidos, jugadas, torneos, clubes y la vida. Hoy seguimos siendo amigos, disfrutando de la misma pasión y apostando a este maravilloso deporte”.
Insistió en que “a los 11, 12 o 13 años, la mayoría se dedica al fútbol al básquet o disciplinas colectivas o de moda. Yo me crié en las canchas de bochas y en el Club San Lorenzo del barrio Las Playas, y se lo recomiendo a todos los padres”.
Afirmó que “es uno de los pocos deportes que lo pueden realizar personas de diferentes edades, de los 5 años a los 90. Claro ejemplo es don Francisco ‘Chiquino’ Bonaveri, que estuvo jugando hasta hace poco y tiene más de 90. Se retiró por la salud, por la pandemia, pero la rompió en las canchas. Es un referente máximo junto a Roberto ‘Tito’ Domenino”.
Entre los torneos que ganó, César Ahuir elige “el primer Provincial Infantil de Tríos que se jugó en Villa María en 1991. Integré el equipo con ‘Chinchulín’ Fernández, Mauro Paviolo y Claudio Mana. También el Torneo Argentino en Marcos Juárez, donde salimos campeones argentinos”.
Confesó que “la amistad es la prioridad en las bochas. Despuntar este vicio te permite cosechar muchos amigos y conocidos de diferentes ciudades, provincias y países. Hoy no se puede viajar, pero a través de las redes sociales sigo en contacto, estamos comunicados y hablando de las bochas”.
En la faz deportiva remarcó que “mis mayores logros fueron en los torneos provinciales infantiles, juveniles y en mayores, en Parejas y Tríos jugando para Colonia Caroya y para Villa María. Internacionalmente, en Perú fui segundo en el Sudamericano de Clubes de Lima”.
Recorrió varios clubes: “Jugué muchos años para San Lorenzo hasta 2007. Luego un año en Recreativo de Laborde. Mauricio Fernández me llamó para que jugara con él en Alianza de Jesús María, y estuve casi 10 años. Hace 4 pasé a Deportivo Sinsacate”.
En 2021 “sólo jugué 4 torneos. Hay que cuidarse. Considero que el deporte va a volver, pero hay que controlar la pandemia. La realidad es complicada porque los costos fijos para salir a jugar son muy caros, viajamos en nuestros propios autos. El combustible, la comida, inscripciones, todo se incrementa y, por ende, la gente decide jugar menos y usa los campitos del barrio. Allí surgen bochófilos, pero en la ciudad remarco el trabajo de Silvio Pérez en la Escuelita de Bochas. Formó jugadores de grandes torneos”.

