La presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, anunció ayer la restitución de la identidad de la nieta número 129, que vive en el exterior y es hija de la cordobesa Norma Síntora, detenida y desaparecida por la última dictadura militar, y de Carlos Alberto Solsona, quien sobrevivió al terrorismo de Estado de la década del 70 y estuvo presente en el acto.
Según detallaron en una conferencia de prensa, la joven era buscada por su padre y su familia materna y paterna desde hacía 42 años y en el 2013 fue contactada por primera vez por el organismo, con el objetivo de invitarla a realizarse una prueba de ADN.
Padre, hermanos y abuelos
Ese análisis -que fue concretado tiempo después debido a que la nieta recuperada reside en España- estuvo fiscalizado por el juzgado federal 12, a cargo del juez Sergio Torres, en base a datos genéticos proporcionados por su padre, su hermano mayor y sus abuelos maternos.
Tras expresar la "enorme felicidad" que significó encontrar a la mujer, Carlotto hizo una breve reseña del camino realizado por el equipo de investigación de Abuelas hasta la confirmación de que se trataba de la hija de Solsona y Síntora (oriunda de Cruz del Eje y estudiante de la Universidad de Córdoba), quien fue secuestrada en mayo de 1977, embarazada de ocho meses.
Solsona sobrevivió a la dictadura porque se encontraba fuera del país cuando su mujer fue detenida y desaparecida por los militares y, a partir de ese hecho, el hombre decidió permanecer en el exilio.
"Nada más se supo de Norma y del bebé, que se presume nació en el centro clandestino de Campo de Mayo", reseñó Carlotto y destacó la denuncia temprana que realizaron los abuelos de la nieta recuperada en la filial de Córdoba de Abuelas de Plaza de Mayo.
"Marcos, el hijo mayor de Norma y Carlos, creció con sus abuelos con una verdad contada lentamente mirando fotos y leyendo las cartas que le enviaba su papá. Cuando cumplió 10 años, su abuelo paterno, Domingo Solsona, lo llevó con Carlos y se produjo el encuentro. Luego Carlos formó pareja con Ana y tuvo otro hijo, Martín, que también es el hermano que se va a encontrar con ella".
El puntapié que permitió esclarecer la historia de la nieta 129 estuvo dado por informaciones recabadas en el 2012 sobre una joven inscripta como hija propia de un matrimonio mediante una partida de nacimiento apócrifa, firmada por un médico de la Policía Federal y presuntamente luego de un parto ocurrido en un domicilio particular, contó Carlotto.
"Hace dos semanas la nueva nieta ingresó al país y, por una notificación de Migraciones, se presentó a la Justicia el miércoles 3 de abril. Allí, con la intervención del equipo interdisciplinario de la Comisión por el Derecho a la Identidad, aceptó realizarse voluntariamente el análisis en el Banco Nacional de Datos Genéticos, que arrojó que es hija de Norma Síntora y Carlos Alberto Solsona".
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Padre, hermanos y abuelos
Ese análisis -que fue concretado tiempo después debido a que la nieta recuperada reside en España- estuvo fiscalizado por el juzgado federal 12, a cargo del juez Sergio Torres, en base a datos genéticos proporcionados por su padre, su hermano mayor y sus abuelos maternos.
Tras expresar la "enorme felicidad" que significó encontrar a la mujer, Carlotto hizo una breve reseña del camino realizado por el equipo de investigación de Abuelas hasta la confirmación de que se trataba de la hija de Solsona y Síntora (oriunda de Cruz del Eje y estudiante de la Universidad de Córdoba), quien fue secuestrada en mayo de 1977, embarazada de ocho meses.
Solsona sobrevivió a la dictadura porque se encontraba fuera del país cuando su mujer fue detenida y desaparecida por los militares y, a partir de ese hecho, el hombre decidió permanecer en el exilio.
"Nada más se supo de Norma y del bebé, que se presume nació en el centro clandestino de Campo de Mayo", reseñó Carlotto y destacó la denuncia temprana que realizaron los abuelos de la nieta recuperada en la filial de Córdoba de Abuelas de Plaza de Mayo.
"Marcos, el hijo mayor de Norma y Carlos, creció con sus abuelos con una verdad contada lentamente mirando fotos y leyendo las cartas que le enviaba su papá. Cuando cumplió 10 años, su abuelo paterno, Domingo Solsona, lo llevó con Carlos y se produjo el encuentro. Luego Carlos formó pareja con Ana y tuvo otro hijo, Martín, que también es el hermano que se va a encontrar con ella".
El puntapié que permitió esclarecer la historia de la nieta 129 estuvo dado por informaciones recabadas en el 2012 sobre una joven inscripta como hija propia de un matrimonio mediante una partida de nacimiento apócrifa, firmada por un médico de la Policía Federal y presuntamente luego de un parto ocurrido en un domicilio particular, contó Carlotto.
"Hace dos semanas la nueva nieta ingresó al país y, por una notificación de Migraciones, se presentó a la Justicia el miércoles 3 de abril. Allí, con la intervención del equipo interdisciplinario de la Comisión por el Derecho a la Identidad, aceptó realizarse voluntariamente el análisis en el Banco Nacional de Datos Genéticos, que arrojó que es hija de Norma Síntora y Carlos Alberto Solsona".