Alejandro Hartmann director de la docu-serie Carmel que retoma los hechos acontecidos en los medios, en la Justicia y a nivel social, tras el asesinato de María Marta García Belsunce le respondió al hermanastro de la víctima, John Hurtig, quien denunció a través de su cuenta de Instagram que la serie documental dejó “más dudas que certezas”. “Nosotros no damos certezas, eso lo tiene que hacer la Justicia”, le contestó en diálogo con La Once Diez/Radio de la Ciudad (Buenos Aires), según reproduce Moskita Muerta.
“Esta es una causa llena de testimonios pero pocas pruebas fuertes. Entiendo que John (Hurtig) y la familia estuvieron muy afectados, es probable que esto les haya removido muchas cosas. Pero la intención del documental era escucharlos, escuchar a todos y que nosotros como sociedad escuchemos y nos demos cuenta también la forma en que consumimos el caso… y así poder sanar con la palabra”, explicó el director de la serie documental que se estrenó en Netflix.
En esta línea aclaró que habló con el resto de los familiares y amigos que se ven en la serie y precisó que “he tenido contacto con todos los familiares y amigos que se ven, algunos más contentos, otros menos contentos… Pero con todos con contacto respetuoso y elegante”.
Por otra parte, expresó de qué manera se pensó en encarar el relato del asesinato que mantuvo en vilo a toda la sociedad argentina al principio de los 2000 sin llegar a tomar parte: “La mirada que tenemos sobre estos personajes es muy prejuiciosa, a los medios les pasa lo mismo. Pero la justicia no termina de hacer su parte porque se deja llevar por estos prejuicios de la sociedad y de los medios”.
“Por ejemplo (Carlos) Carrascosa es una víctima del sistema judicial argentino, no sé si es culpable o no, pero es víctima del sistema que hace 28 años no puede decir lo que pasó”, argumentó durante el ciclo radial Por si las moscas.
Para cerrar se refirió a los testimonios que fueron recolectando y a cómo tuvieron que seleccionar algunos y descartar otros: “Con algunos personajes me pasó de ver sus relatos, y que al final se lo crean, sabiendo que en las causas decían una cosa y después en cámara decían otra cosa”.
“Para reunir a todos fue arduo y largo, pero a muchos de los familiares si bien para algunos fue doloroso, otros sentían que era una nueva oportunidad para contar su verdad. (Diego) Molina Pico que nunca había hablado también se mostró un poco resistente, pero sintió que era el momento de hablar. Obviamente intentamos acercarnos a (Nicolás) Pachelo que no quiso salir”, concluyó.