En un día vertiginoso por las subas y bajas en los mercados, el dólar marcó ayer un nuevo récord y el riesgo país superó la barrera de los mil puntos, aunque luego bajó, tras las persistentes dudas sobre el panorama político, después de que los últimos sondeos de opinión para las elecciones de octubre mostraran un constante retroceso del presidente Mauricio Macri.
Fue el momento en que el riesgo país saltó por encima de los 1.000 puntos, el dólar se disparó hasta superar los $ 47,51, el índice S&P Merval caía más de un 4% y los bonos en dólares se derrumbaban un 7,7%.
Sin embargo, pasado ese frenético inicio, donde para algunos operadores se produjo una sobrerreacción, hubo cierto alivio a partir de que el Banco Central convalidó tasas superiores al 71% en la licitación de Leliq y de que aparecieron inversores para aprovechar los precios de activos que ya a esa altura estaban por el piso.
A raíz de esto, el dólar recortó a más de la mitad la suba registrada en la primera parte de la jornada. Tras tocar el máximo de la jornada, la moneda finalmente cerró en $ 46,13, un 2,2% más que el miércoles.
Fue después de que la autoridad monetaria convalidó una tasa promedio total del día, equivalente a la tasa de política monetaria, del 71,039% (+3 puntos porcentuales), en la licitación de Leliq, donde se colocaron $ 183.383 millones.
Por su parte, el índice S&P Merval, referente de la Bolsa porteña, cayó un 0,6 por ciento, después de registrar en el inicio un derrape de casi 5%.
“Una explicación”
"No hubo nada de fondo que explique este rebote de los bonos. Sólo algunos rumores. Cuando hay caídas tan acentuadas en algún punto entran los inversores", describió Rafael Di Giorno, director de Portfolio Personal.
Un caso testigo que dio cuenta de la fuerte volatilidad intradiaria fue el del AO20D (Bonar 2020), que llegó a caer 7% en la apertura, y hacia el cierre mostraba un alza superior al 1%. "Cuando algún inversor racional hace los números cae en que son precios de pánico", reforzó Di Giorno.
Sin justificación
Por su parte, Diego Martínez Burzaco, director de MB Inversiones, sostuvo que "no hubo ningún driver para justificar semejante pánico y baja ayer (por el miércoles) y hoy (por el jueves) a la mañana, más allá de que los emergentes sufrieron en general el miércoles".
Para el experto, "semejante caída dio oportunidad de compra. Todo tiene un precio en el mercado y, por ejemplo, el Bonar 2024 en torno de 80 dólares (llegó a marcar un piso de US$ 77) incorpora muchos de los riesgos de los que venimos hablando".
Tras superar los 1.000 puntos en el inicio de la jornada, el riesgo país tendía a la estabilización, y a media rueda anotaba una leve baja, en medio de la desconfianza del mercado por la incertidumbre política y económica que atraviesa Argentina.
El índice elaborado por el banco JP.Morgan restaba a media jornada seis unidades a 944 puntos, después de tocar más temprano las 1.010 unidades, niveles máximos en cinco años.
En este contexto, las acciones argentinas llegaron a caer más de un 10% en Wall Street, pero se recuperaron y cerraron con un caída de poco más de 4%.
Tras la sangría observada el miércoles e inicios de este jueves, los bonos soberanos en dólares rebotaron hasta 2,5%, ya que sus precios por el piso propiciaron la reaparición de la demanda.
El desarme de posiciones de activos argentinos se había profundizado ayer ante una sostenida escalada en la aversión al riesgo doméstico y los bonos nominados en dólares llegaron a derrumbarse hasta 10 por ciento, mientras que sus rendimientos volaban hasta el 27 por ciento anual en el tramo corto.
Sin embargo, poco a poco fueron apareciendo compradores, entre ellos la Administración de la Seguridad Social (Anses) - según fuentes del mercado-, que aprovecharon precios muy deprimidos para recomponer algunas posiciones en activos argentinos, mientras iba cediendo la escalada del riesgo país y del dólar.
El Central apeló a toda su artillería
El Banco Central desplegó ayer una artillería de operaciones para frenar la disparada del dólar, que igualmente marcó un nuevo récord nominal, en una jornada plagada de reuniones. En ese marco, la autoridad monetaria convalidó una suba de la tasa de política monetaria, que volvió a niveles de octubre del año pasado, subastó divisas a cuenta del Tesoro, y realizó venta de futuros para que el dólar recortara la escalada inicial y cerrara con un alza de 2,6% o $ 1,21 a $ 46,13 (tocó máximos en $ 47,51) en bancos y agencias de la city porteña. La estrategia oficial contó con la colaboración de ventas de bancos oficiales, una situación que provocó un fuerte retroceso de los valores del dólar. Se dio en sintonía con el Mercado Único y Libre de Cambios (Mulc), donde la divisa saltó 2,2% o 95 centavos a $ 44,90, tras tocar un tope intradiario de $ 46,60. El total operado retrocedió en el segmento de contado a US$ 783,059 millones. “Como argumento de lo ocurrido por estos saltos del tipo de cambio, en el mercado se comentaba que había bancos, empresas e inversores tomando coberturas, incluso por la abrupta baja del valor de los bonos argentinos en dólares, que llegaron a un 7% de pérdida en un momento”, destacó el operador Fernando Izzo, de ABC Mercado de Cambios. Ante este panorama, el Banco Central efectuó por cuenta del Ministerio de Hacienda una subasta de venta por US$ 60 millones -en dos tramos-, en el marco del acuerdo stand by con el Fondo Monetario Internacional.
Comentá esta nota
Sin embargo, pasado ese frenético inicio, donde para algunos operadores se produjo una sobrerreacción, hubo cierto alivio a partir de que el Banco Central convalidó tasas superiores al 71% en la licitación de Leliq y de que aparecieron inversores para aprovechar los precios de activos que ya a esa altura estaban por el piso.
A raíz de esto, el dólar recortó a más de la mitad la suba registrada en la primera parte de la jornada. Tras tocar el máximo de la jornada, la moneda finalmente cerró en $ 46,13, un 2,2% más que el miércoles.
Fue después de que la autoridad monetaria convalidó una tasa promedio total del día, equivalente a la tasa de política monetaria, del 71,039% (+3 puntos porcentuales), en la licitación de Leliq, donde se colocaron $ 183.383 millones.
Por su parte, el índice S&P Merval, referente de la Bolsa porteña, cayó un 0,6 por ciento, después de registrar en el inicio un derrape de casi 5%.
“Una explicación”
"No hubo nada de fondo que explique este rebote de los bonos. Sólo algunos rumores. Cuando hay caídas tan acentuadas en algún punto entran los inversores", describió Rafael Di Giorno, director de Portfolio Personal.
Un caso testigo que dio cuenta de la fuerte volatilidad intradiaria fue el del AO20D (Bonar 2020), que llegó a caer 7% en la apertura, y hacia el cierre mostraba un alza superior al 1%. "Cuando algún inversor racional hace los números cae en que son precios de pánico", reforzó Di Giorno.
Sin justificación
Por su parte, Diego Martínez Burzaco, director de MB Inversiones, sostuvo que "no hubo ningún driver para justificar semejante pánico y baja ayer (por el miércoles) y hoy (por el jueves) a la mañana, más allá de que los emergentes sufrieron en general el miércoles".
Para el experto, "semejante caída dio oportunidad de compra. Todo tiene un precio en el mercado y, por ejemplo, el Bonar 2024 en torno de 80 dólares (llegó a marcar un piso de US$ 77) incorpora muchos de los riesgos de los que venimos hablando".
Tras superar los 1.000 puntos en el inicio de la jornada, el riesgo país tendía a la estabilización, y a media rueda anotaba una leve baja, en medio de la desconfianza del mercado por la incertidumbre política y económica que atraviesa Argentina.
El índice elaborado por el banco JP.Morgan restaba a media jornada seis unidades a 944 puntos, después de tocar más temprano las 1.010 unidades, niveles máximos en cinco años.
En este contexto, las acciones argentinas llegaron a caer más de un 10% en Wall Street, pero se recuperaron y cerraron con un caída de poco más de 4%.
Tras la sangría observada el miércoles e inicios de este jueves, los bonos soberanos en dólares rebotaron hasta 2,5%, ya que sus precios por el piso propiciaron la reaparición de la demanda.
El desarme de posiciones de activos argentinos se había profundizado ayer ante una sostenida escalada en la aversión al riesgo doméstico y los bonos nominados en dólares llegaron a derrumbarse hasta 10 por ciento, mientras que sus rendimientos volaban hasta el 27 por ciento anual en el tramo corto.
Sin embargo, poco a poco fueron apareciendo compradores, entre ellos la Administración de la Seguridad Social (Anses) - según fuentes del mercado-, que aprovecharon precios muy deprimidos para recomponer algunas posiciones en activos argentinos, mientras iba cediendo la escalada del riesgo país y del dólar.
El Central apeló a toda su artillería
El Banco Central desplegó ayer una artillería de operaciones para frenar la disparada del dólar, que igualmente marcó un nuevo récord nominal, en una jornada plagada de reuniones. En ese marco, la autoridad monetaria convalidó una suba de la tasa de política monetaria, que volvió a niveles de octubre del año pasado, subastó divisas a cuenta del Tesoro, y realizó venta de futuros para que el dólar recortara la escalada inicial y cerrara con un alza de 2,6% o $ 1,21 a $ 46,13 (tocó máximos en $ 47,51) en bancos y agencias de la city porteña. La estrategia oficial contó con la colaboración de ventas de bancos oficiales, una situación que provocó un fuerte retroceso de los valores del dólar. Se dio en sintonía con el Mercado Único y Libre de Cambios (Mulc), donde la divisa saltó 2,2% o 95 centavos a $ 44,90, tras tocar un tope intradiario de $ 46,60. El total operado retrocedió en el segmento de contado a US$ 783,059 millones. “Como argumento de lo ocurrido por estos saltos del tipo de cambio, en el mercado se comentaba que había bancos, empresas e inversores tomando coberturas, incluso por la abrupta baja del valor de los bonos argentinos en dólares, que llegaron a un 7% de pérdida en un momento”, destacó el operador Fernando Izzo, de ABC Mercado de Cambios. Ante este panorama, el Banco Central efectuó por cuenta del Ministerio de Hacienda una subasta de venta por US$ 60 millones -en dos tramos-, en el marco del acuerdo stand by con el Fondo Monetario Internacional.