“No es lo mismo una opción que otra y como universitarios tenemos la obligación de expedirnos”. Luis Negretti es rector de la Universidad Nacional de Villa María y vicepresidente la Comisión de Asuntos Académicos del Consejo Interuniversitario Nacional, que en las últimas horas expresó su postura en un comunicado ante el balotaje del domingo.
-¿Por qué decidieron los rectores hacer un planteo público a pocos días de la elección?
- Tengo 51 años y no recuerdo desde 1983 una dicotomía tan flagrante, tan de dialéctica opositiva como hoy nos enfrentamos como ciudadanos y particularmente como universitarios y universitarias. Hay dos propuestas: una de las cuales plantea lisa y llanamente anular la ciencia desde lo público, cerrando el principal organismo de producción de ciencia que tenemos, que es el Conicet, y por otro lado voucherizar la educación pública. Del otro lado hay un candidato que nos convoca, que plantea propuestas concretas, que plantea 10 ítems como políticas públicas, de los cuales 3 tienen que ver con la universidad pública, la ciencia y la técnica. No sólo plantea sostener la universidad pública sino acompañarla con más énfasis, asignarle una parte del PBI a la educación y una subparte a la educación superior universitaria.Entonces, frente a esa diferencia, como universitarios y universitarias tenemos la obligación de expedirnos. No es lo mismo para nada una cosa que otra. Trato de rememorar elecciones anteriores y podían existir matices pero nunca nadie planteó estar en contra de la educación pública. La educación pública puede tener dificultades, puede tener problemas, pero no se resuelven cerrándola, atacándola o desfinanciándola.
- Desde el partido de Milei y desde medios alineados con la oposición señalan que este tipo de posturas de los rectores , del Conicet u organismos públicos, implica en realidad una defensa de privilegios. Vinculan la educación pública con la casta de la que habla Milei.
- Y la verdad es que es doloroso porque nosotros somos universitarios y formamos parte del sistema científico tecnológico de cara a la comunidad, no de cara a un partido político circunstancial. Lo que ocurre es que aquí ha sido muy explícita la propuesta de una política pública anulatoria de estos sistemas. Por supuesto que estamos defendiendo pero no de manera corporativa sino por el futuro de nuestros hijos. Tengo una hija estudiando en mi universidad y otra que va a empezar el año que viene en la Universidad Nacional de Córdoba. ¿Con qué se van a encontrar si lo que se viene es voucherizar?Tal vez yo tenga la posibilidad de que mis hijos estudien en la universidad pero el 90 y pico por ciento de los ciudadanos y ciudadanas no pueden pagar una universidad privada. Entonces estamos jugando con el futuro de las generaciones que vienen y, en ese sentido, no tengo dudas de que hay que posicionarse. Además de un gran número de factores adicionales porque si hablamos de soberanía hay elementos muy delicados, si hablamos de dignidad humana, si hablamos de derechos humanos hay planteos de ese grupo libertario que realmente son muy dolorosos, que nos duelen como sociedad. Y si no nos expedimos, no nos pronunciamos, creo que estamos cometiendo un error del que nos vamos a arrepentir muchísimo si esta postura gana y pasa lo que lamentablemente es un salto al vacío.
- ¿Qué implicaría el sistema de vouchers que plantea La Libertad Avanza?
- No puedo explicarlo porque ni ellos mismos pueden explicarlo. No se aplica en ningún lugar del mundo un sistema de esa naturaleza pero sí el mensaje explícito, pero también implícito, es no acompañar a la educación pública, a la universidad pública, maltratarla. No creo que la educación pública sea mala. Creo que puede mejorar, puede mejorar muchísimo, pero tenemos que estar orgullosos de la educación pública. La mayoría de nosotros hemos pasado por las aulas de la educación pública y todos tenemos un cariño enorme por este espacio. Entonces privatizarla, voucherizarla, dejarla librada a las leyes del mercado ni siquiera los liberales más liberales se atrevieron a tanto. Los clásicos entendían que la educación era un rol del Estado. Aquí estamos en presencia de una postura ideológica, el anarcoliberalismo, que no se aplica en ningún lugar del mundo. Ni los países más liberales se desentienden de la educación pública, de la ciencia, la técnica, del progreso, de la producción.Lo que plantea esta postura libertaria no es sólo desentenderse de todo eso sino librar una batalla en contra de eso. De ahí el posicionamiento. No tiene que ver con una cuestión corporativa sino una defensa de las futuras generaciones.