Una drástica estampida tuvo en las últimas semanas el precio del gasoil para las empresas de transporte de pasajeros, especialmente en el interior. El valor del litro de combustible pasó de 91,69 a 141,69 entre comienzos de febrero y ayer y la descarga es con pago inmediato. Pasaron apenas 65 días y el incremento fue del 55%.
Pero, además, como ya visibilizaron los transportistas de carga desde la semana pasada, las entregas son limitadas y ya no reciben la cantidad de litros que piden. “Entregan parte del combustible pedido; si necesitamos 10 mil litros, nos proveen de 6 o 7 mil y después nos van entregando a medida que reciben. El problema es que el transporte de pasajeros utiliza miles de litros diarios”, advirtieron los empresarios del sector. La situación se replica en todo el país, lo que obliga a reingenierías en las empresas, que tratan de eficientizar al máximo el uso.
Pero el interrogante es si la situación no obligará a recortar el consumo, lo que implica bajar el recorrido de los ómnibus.
Lo cierto es que la escalada de precios generó un desajuste grave en la ecuación de las empresas que en primer lugar ya reclamaron que los subsidios nacionales tengan un ajuste en línea con la suba de los costos, mientras que en distintas ciudades se impulsa una revisión del precio de los boletos. Muchas jurisdicciones acaban de tener ajustes en el precio del pasaje y muchas se ubicaron en torno a los $ 59. Ahora podrían ir más arriba.
Con respecto a los subsidios, la Nación liquidó a las empresas del interior la cuota correspondiente a febrero la semana pasada, lo que implica que los giros se hacen con un mes de demora. Y, de acuerdo con lo anunciado por el Ministerio de Transporte, para el interior se había dispuesto un monto de 9.600 millones por el primer trimestre, pero desde Fatap (Federación Argentina de Transporte Automotor de Pasajeros) advierten que la cifra deberá crecer. Y ya hicieron un pedido para que le trimestre siguiente llegue a $ 15 mil millones.
Mientras las empresas buscan alternativas para resistir a una nueva crisis, advirten que será imposible actualizar el parque automotor en este contexto y que muchas se enfrentan a un prolongado período de descapitalización. Porque además alertan que ninguna empresa volvió a los niveles de pasajeros que tuvo previo a la pandemia. “Hay caída de pasajeros que llegan al 40% con respecto a 2019 todavía hoy, pero casi todas las empresas tienen el 70, 80 y hasta el 90 por ciento de sus unidades en la calle que consumen un gasoil 55% más caro. La ecuación se rompió toda y la crisis es cada vez más grave”, alertaron.
Gonzalo Dal Bianco