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El acalorado sábado tuvo a los deportes náuticos como figura

La costanera de Villa María vivió una jornada de intenso calor, y la gente se volcó masivamente a disfrutar de los espacios verdes que ofrece la ciudad. Hubo distanciamiento y barbijos, los veleros fueron la vedette de la tarde

Un 7 de agosto con sabor a enero. Los más de 28 grados de temperatura que marcó la tarde de ayer invitaron a los villamarienses a disfrutar de la costanera y sus atracciones.

Caminatas, paseos, bicicletas, mates, picnics, charlas, risas, distanciamiento notable y tapabocas.

La gente respetó las medidas de seguridad y aprovechó con creces la alta temperatura.

En ese disfrute del bello espacio que regala la ciudad, la Escuela Náutica Intermunicipal Villa María y Villa Nueva, ubicada detrás del anfiteatro, fue de las atracciones más convocantes.

Puntal Villa María vivió a la par de las vecinos la navegación bautismo y también profundizó sobre las tareas educativas.

Martín García es instructor y director. Nació en Carmen de Patagones, Provincia de Buenos Aires, pero se crió a escasos 6 kilómetros en Viedma, Provincia de Río Negro, y llegó a Villa María en el año 2010.

“Desde el primer momento vi el lago que hermana a las dos Villas y empecé a averiguar qué actividades náuticas se desarrollaban, y en aquel entonces no había absolutamente nada”, recuerda García.

Además, agrega: “En una de mis visitas a la ciudad y antes de residir me encontré con el lago totalmente seco, ahí vi que era una “palangana”, y esto era una buena característica para desarrollar distintas actividades náuticas”.

-¿Cómo surge la idea de la escuela?

-Se presentó un proyecto que pudo hacerse firme recién en el 2017. Comenzamos como Escuela Náutica Municipal de Villa María. Al poco tiempo se crea la Escuela Intermunicipal de las Villas, por una donación de la Agencia Córdoba Deportes de tres embarcaciones Optimist Internacional para desarrollar el aprendizaje de niños. Así que desde junio del 2017 desarrollamos la actividad ininterrupidamente.

La escuela durante el año tiene los horarios reducidos en días, pero en temporada estival la oferta se amplía notablemente en la franja horaria y en las jornadas en que se puede practicar.

-¿Cómo se trabaja con el alumno que inicia?

-Cada edad trabaja en una embarcación determinada: los niños de 8 años que inician en la escuela trabajan en los optimist internacional, y luego los adolescentes que tienen algún tipo de experiencia por haber empezado hace tiempo con nosotros realizan los trabajos en veleros clase laser, que son de una sola persona y mucho más rápidos, se va muy cerca del agua, están preparados para correr.

Por su parte, los adultos junto con los adolescentes que se inician, trabajan en un velero clase nacional Pampero, que tiene la posibilidad de embarcar a varias personas. Aquí, con fines educativos, suben tres personas.

-¿Cuántos alumnos tiene la escuela?

-Tenemos 25 alumnos desde los 8 a los 59 años. Dentro de ellos, hay dos grupos, principiantes y avanzados. La idea es realizar un evento para fin de año en la ciudad, con la invitación de dos escuelas. Por otra parte, también tenemos una invitación importante para que los adultos vayan a navegar a Mar del Plata.

Los trabajos empiezan a dar sus frutos, tal es así que durante el 2019, Francisco Aballay, alumno de la escuela, compitió en la Clase Optimist Internacional en un certamen que se realizó en el Lago San Roque de Villa Carlos Paz y cumplió con una destacada actuación.

“Desde que sumamos el velero pampero para mayores, se incorporaron los padres de los alumnos, algo fantástico. Allí se fortaleció mucho con el grupo de padres”, expresa el ideólogo de la institución.

-¿Contemplan la idea de tener un lugar físico?

-Siempre está la idea de tener un lugar físico, sobre todo por el sentido de pertenencia que nos daría. Además, brindaría más visibilidad, que es lo que necesitamos para que se sume más gente, porque tenemos pocos días y si a eso le sumamos que no es una jornada para navegar, la gente no se entera que estamos.

Bautismos náuticos

Los bautismos náuticos son los días sábados de 15 a 18.30 horas , y se hacen en el pampero porque es un velero dócil y se puede manipular.

“Hubo un cambio notable desde que empezamos a emplear los bautismos. Cuando comenzamos tuvimos la idea de prolongar en el tiempo y que no solamente sea una actividad de verano”, comentó García.

Siempre hay gente que pregunta, fundamentalmente los fines de semana, que llega mucha gente de la región. Es una alternativa muy interesante. Está el prejuicio de que es una actividad costosa y de que aquel que quiera navegar tiene que tener embarcación, eso sucede en la competencia. Aquí, con un seguro mensual de 500 pesos tiene incluido, hasta el chaleco, porque lo brindamos desde la escuela”, dice García, instructor de la escuela.

Es una enorme satisfacción, sobre todo cuando ves la idea que se plasmó y que a medida que pasó el tiempo se consolidó con creces. El grupo de alumnos es incondicional, nos sigue y apoya desde hace varios años. Además, se está sumando mucha gente a través de los bautismos.

El crecimiento

“Siempre está bueno la posibilidad de educar. Estamos preparados para desarrollar la actividad y para concientizar sobre el medio ambiente. Quiero agradecer el apoyo de las municipalidades para que sigamos adelante”, manifestó.

Para finalizar, fijó los objetivos: “Es importante para el alumno que se mida con otros, por eso más allá de la escuela es muy bueno tener competencia con otros marineros, y por esa meta estamos. Apuntamos a que el alumno se divierta, la pase bien y haga amistades. Vamos de a poco, pero tenemos claro que nos dirigimos hacia el lugar donde haya torneos y competencias”.

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