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Noche imborrable en el Anfi: La magia sucedió otra vez

De la tercera velada festivalera surgieron momentos únicos e inolvidables. Luciano y Nahuel se juntaron para levantar al público. Lo mismo ocurrió con Destino San Javier y Banda XXI. La Sole deleitó con los clásicos de ahora y siempre

La magia sobrevoló por todo el Anfiteatro durante la tercera velada del Festival Internacional de Peñas, jornada pensada para el folklore local, regional y nacional.

Se generaron sobre el escenario varias fusiones musicales entre artistas, de esas que este Festival acostumbra.

Una de esas mixturas, la de Nahuel Pennisi y Luciano Pereyra, levantó a la gente de sus butacas, generando un aura especial en el coloso de cemento. Lo mismo ocurrió cuando, sorpresivamente, Banda XXI salió a escena para compartir con Destino San Javier una fresca interpretación de “Besarte de nuevo”, cuarteto que lanzaron recientemente.

Soledad y Luciano, artistas que siguiendo ese orden cerraron la noche, coronaron un festejo único en el Anfiteatro, que el martes volverá a convocar a cantantes consagrados del folklore para cerrar la edición número 56.

Velada mágica

Con una buena dosis de energía, tuvieron su pasada por el escenario promediando la noche los chicos de Destino San Javier, el trío infaltable de los últimos Festivales.

Los clásicos “Quince primaveras”, “Justo ahora” y “Por qué será”, y “Besarte de nuevo”, canción que contó con la aparición de Banda XXI, terminaron de encender, de manera definitiva, la llama de una noche imborrable.

Casi una hora antes, Nahuel Pennisi, alrededor de las 22.20, entró al Festival con el corazón y la guitarra en sus manos, interpretando “Mundo”, canción que lanzó en compañía del gran Abel Pintos en 2020.

Lentamente, el nacido en Florencio Varela se fue poniendo al público en su bolsillo. “Viva la música, viva los Festivales”, lanzó con efusión y el público respondió como debía, con un estallido de aplausos.

“Por segunda vez”, tema que cantó en el cierre del sábado con los chicos de La K’onga, “Ser Feliz” y “La apuesta”, composiciones de su segundo y primer disco respectivamente, ampliaron su repertorio sobre el escenario.

Pennisi se guardó para la parte final de su show “El humauaqueño” y “Vienes y te vas”, icónicas letras del cancionero popular. Acto seguido, sucedió la magia que toda noche festivalera se tiene guardada. Luciano Pereyra, adelantándose a su show, irrumpió en el escenario para cantar con Pennisi “Regresa”, una cumbia que generó una fuerza mágica sobre el escenario y despertó suspiros en las gradas del gigante de cemento. El cierre con “Universo paralelo” se imponía desde la previa y así sucedió. La interpretación dio inicio en su versión original y repentinamente viró hacia el cuarteto, convirtiendo la despedida en una verdadera fiesta rítmica.

Así empezó la noche

Minutos antes de la apertura oficial, subieron al escenario Ricardo Palavecino y el Dúo Los de Minetti, números artísticos que ganaron el Pre-Peñas de la Agrupación Folklórica Villa María, certamen que les otorgó el pasaje directo a la noche del domingo.

El grupo villamariense Kallpa Folk abrió el escenario minutos antes de las 21.30. Fue la entrada perfecta para una noche que despacito se hacía camino a la presentación de artistas consagrados de la música nacional.

El público rompió en aplausos cuando sonó una zamba conocida por todos: “Zamba para olvidar”. La respuesta de la gente fue como una bendición, como un regalo que seguramente guardarán por siempre en su corazón.

La noche también le dio su oportunidad en el escenario al ballet de la Agrupación Folklórica Villa María, que hizo su entrada con un gran despliegue de bailarines.

La música y su hermandad

En su saludo inicial, el maestro de ceremonias Miguel Borsatto se refirió la conjunción de géneros, por ejemplo la música urbana y el folklore.

En esa línea, el presentador manifestó:“Todo ocurre aquí en unión, en hermandad, como lo que pasó con la Sole y un pibe (Milo J) que vino y se cantó una de Horacio Guarany. Ese es el Festival, porque hermana la música y es nuestro, es de Villa María y lo queremos proyectar, tiene su potencia, le queremos decir al mundo que aquí está la fiesta, que es auténtica, ecléptica, que sorprende y entusiasma al público de aquí y allá, por eso gritamos a los cuatro vientos, con orgullo, buenas noches Villa María”.