Alejandro Tullio, extitular de la Dirección Nacional y uno de los principales especialistas en derecho electoral del país, descartó de plano la posibilidad de que en los comicios del 22 de octubre haya existido algún tipo de fraude o microfraude, como estuvieron denunciando mediáticamente en los últimos días figuras vinculadas a La Libertad Avanza.
"Los datos desmienten un fraude o un microfraude en la elección"
Alejandro Tullio fue durante 14 años titular de la Dirección Nacional Electoral. Explicó cómo es el sistema en Argentina y señaló que no hubo ninguna apelación de ningún partido contra el resultado del 22 de octubre
- ¿Hubo maniobras poco transparentes en la elección?
- En cada mesa electoral, a las 18 se cierra el comicio y comienza el recuento provisorio. Cuando se terminan de contar los votos se vuelcan los datos en un documento que se llama acta. Una vez que se concluye el acta se controla, se verifica, se firma por parte de los presidentes y los fiscales que representan a los partidos políticos y luego el presidente le dicta a su segundo tantas copias de las actas, que se llaman certificados, como fiscales partidarios haya. Los fiscales se llevan una copa de esa acta y la entregan en el partido. Finalmente, esa misma tarde, ya bastante avanzada la tarde, cuando terminan todo esto también dicta el presidente de mesa los datos del acta que se ponen en un formulario que se llama telegrama.Ese telegrama se escanea en cada escuela y se transmite al Correo, donde se ingresa electrónicamente al sistema de cómputos, se computan y se informan los resultados. Eso es lo que se llama escrutinio provisorio. Es el cómputo de los resultados que llegan electrónicamente al Correo en base a copias de las actas, denominadas telegramas. Muchas veces ha ocurrido en todos estos años que ese dictado es incompleto o tiene algún dato erróneo.Eso no tiene ningún efecto porque pasada la noche electoral el dato de ese telegrama ya no tiene ninguna utilidad. A las 48 horas de terminada la elección, no en el Correo, ni en el Ministerio del Interior ni en Buenos Aires siquira sino en cada capital de provincia la Justicia Electoral toma las actas originales y las recuenta todas. La totalidad de las actas se vuelven a contar y ahí sí, en presencia de los fiscales, si hubiera una omisión como que figura cero voto para algún candidato que debiera tener votos en todas las mesas, puede invocarse esta circunstancia para abrir la urna y contar los votos de nuevo. Pero estamos hablando de otro momento, en otro lugar, con otros protagonistas y fundamentalmente con otro documento. Lo que se ha mostrado en medios y lo que se ha hablado de microfraude, que es una figura que no existe porque hay fraude o no lo hay, no son imágenes de las actas sino de los telegramas. Y como el telegrama está tomado del dictado puede ser que sea erróneo. Gracias a Dios ya terminó el proceso de escrutino definitivo en las 24 jurisdicciones, han llegado a la Cámara Nacional Electoral los resultados y, si bien en números han variado, la diferencia porcentual entre el escrutinio provisorio y el definitivo no alcanza si quiera al 0,5 por ciento. Por lo tanto, con los datos no sólo podemos desmentir la presencia de un fraude, que es una acción destinada a cambiar el resultado, sino que esa figura inventada mediáticamente del microfraude tampoco existió. Porque los errores en los telegramas no causan ningún efecto y las actas estaban correctamente confeccionadas.
- Hay un informe de Celag que hace un recuento total y señala que hubo casi la misma cantidad de mesas con 0 voto para Milei que con 0 voto para Massa o Bullrich.
- También va a haber muchas mesas en las que Bregman va a tener 0 voto y Schiaretti tuvo 0 voto.Eso se llama, en estadística ocurre, error distribuido. Generalmente cuando un error no es voluntario, y en este caso evidentemente no es volutario porque no causa ningún efecto, se distribuye entre todas las posibilidades y entonces se encuentran cero voto en diferentes cargos, de diferentes categorías de distintos partidos.
- No incide en el resultado.
- No podría incidir aunque fuera muy significativo, porque el telegrama y el escrutinio provisorio no se tiene en cuenta, no es vinculante, ni siquiera se tiene en cuenta como antecedente.
- Es sólo para que la población sepa esa noche quién ganó.
- Es por una cuestión de transparencia informativa, que me parece razonable porque es una costumbre internacional. En otros países no se cuentan todas las mesas. Se hace una estadística y una proyección. Nosotros decidimos, en 1995, procesar y contar todas las mesas y desde ese momento es una costumbre que ya se ha convertido en una obligación, porque sería raro que no lo hagamos. Especialmente cuando, a pesar de los errores que no inciden en el resultado, la información es válida. El número no será exacto pero la información es válida. Independientemente de la validez informativa, el escrutinio definitivo se hace desde cero, no tiene en cuenta como antecedente el escrutinio provisorio.
- ¿Argentina tiene un sistema electoral transparente y confiable?
- El sistema se basa en dos niveles de control. El control cruzado que ejercen los fiscales de las fuerzas políticas en la mesa y el control judicial de absolutamente todo. Hay otra frase errónea: cuando un partido político dice que va a judicializar... Señores, la elección es un proceso judicial. Los votos los cuenta la Justicia y por supuesto que cada una de las más de 100 mil mesas que se abren se trata de una audiencia judicial. Por lo tanto, todos los actos tienen todas las garantías de la Justicia. Si hubiera una discordancia con el resultado habría alguna apelación ante la Cámara Electoral. Pero me acaban de informar que se terminó el proceso en las 24 provincias y no hay ni una sola apelación.