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"Valorar al semillero del club"

Mauro Capitanelli consideró que "en la Liga Villamariense estamos formando jugadores para los torneos comerciales. Es muy fácil dejar el fútbol para un pibe en esta Liga. Y se van por $10 más a jugar a otras Ligas"

Mauro Capitanelli lleva adelante dos proyectos de fútbol infanto-juvenil sumamente interesantes.

Coordina y dirige a las divisiones inferiores de Deportivo Silvio Pellico, entidad que por primera vez en su vida dispuso de todas las categorías juveniles en la Liga Villamariense de Fútbol.

Además, volvió a conducir en la Liga de Baby Fútbol, donde Los Campeadores le abrió las puertas, luego de su interesante trabajo en Belgranito.

Aquel futbolista, con una pegada exquisita en Alem, que demasiado joven dejó el fútbol, encontró la felicidad en su familia y se aferró al técnico para mantener a su pasión futbolera con la llama encendida. “Empecé en el ‘98 dirigiendo a Alem en infantiles. Acompañé a ‘Griego’ Hiotidis en Central Argentino en 2002. Volví a Alem en 2004 y 2005. En Belgranito, fueron años muy lindos, y ahora Los Campeadores me ofreció un proyecto muy seductor. En inferiores dirigí Alem, Colón y ahora Silvio Pellico”.

Consideró que “después de tanto tiempo sin fútbol, deberíamos encontrar una salida entre todos para el regreso a la actividad en 2021”.

Agregó que “no sólo por el placer de jugar al fútbol, sino porque estamos atentando contra la salud de los chicos, de los grandes, de los que laburamos en el fútbol, y en especial de las instituciones”.

Insistió en que “los clubes no pueden generar, y otro año idéntico conduciría a cerrar definitivamente las puertas”.

En relación con los pibes dijo: “No sólo perdieron un espacio de esparcimiento, sino que dejaron de aprender y crecer como futbolistas. Encontraron otras salidas o entretenimientos, que para nada son buenos para su salud física y mental. Los padres que acompañaban lo hacían por gusto, pero los jugadores necesitan volver”.

Envió un mensaje “a los dirigentes y a quienes toman las decisiones. Es necesario que acierten una, al menos que entiendan que el deporte es salud y le busquemos la vuelta para regresar”.

Fútbol social y por salud

Capitanelli recalcó que “la necesidad es volver, lo más cercano a la normalidad, sabiendo que este virus está entre nosotros”.

Resaltó que “se necesitarán cuidados intensivos y entender que esa es la nueva normalidad”.

Explicó que “Deportivo Silvio Pellico volvió en la última semana de noviembre a entrenar con sus inferiores, hasta la semana previa a Navidad. La decisión apuntó a que los chicos se reencontraran”.

Aseguró que “vernos las caras ya fue muy importante, disfrutar de esa compañía con una pelota como excusa para esparcimiento. Era una tentación jugar a la pelota, y lo mejor era entrenar con los compañeros en sus equipos”.

Explicó que “hubo una firme intención de no perder jugadores, y para ello nos adaptamos a entrenar en lugares, días y horarios en los que les quedara más cómodo, aunque sea una vez por semana”.

Destacó que “fue un trabajo innecesario pensando a futuro, porque el parate vuelve a ser largo hasta el comienzo en marzo. El objetivo fue contener, fue más social y para la salud de los chicos, que deportivo. Ahora volveremos en febrero para definir los planteles para el comienzo de la Liga en marzo”.

Máximos cuidados en los clubes

Aclaró que “fue sumamente complicado trasladarnos hasta Silvio Pellico, donde hay varios pibes de los planteles, pero la mayoría son de Villa María. Era difícil acomodarnos. La opción fue que un turno completo entrenara con chicos de Silvio Pellico, que vinieran juntos a entrenar un día”.

Afirmó que “fue difícil para todos los clubes. Los chicos están acostumbrados a entrenar juntos por categoría y, hacerlo en diferentes turnos por el distanciamiento, no es lo mejor”.

Enfatizó que “lo positivo fue que pudieron conectarse a través del deporte que más les gusta y que los padres supieran que estaban entrenando con su club, no porque no supieran dónde estaban, sino que es diferente el cuidado cuando se iban a jugar con los chicos del barrio. La supervisión de una persona mayor, que responsablemente hiciera cumplir los cuidados sanitarios estrictamente, brindó máxima tranquilidad a los padres”.

“Dejar el fútbol es muy fácil”

Estimó que “trabajar con niños, adolescentes y jóvenes te compromete de otra manera. Hay que dar pasos seguros para no tropezar”.

Señaló que “hoy dejar el fútbol es muy fácil para los chicos. Nosotros no podemos errarle, porque demasiado tienen los chicos con este año 2020 tan anormal”.

Agregó que “ya era fácil dejar el fútbol antes. Los padres no acompañan como antes en divisiones inferiores, le otorgan demasiada libertad a los pibes para hagan y dejen de hacer. No digo que está mal que confíen en sus hijos, sino que los padres se desentienden de las actividades de sus hijos. No quiero señalar a nadie, pero los dirigentes en los clubes son pocos y generalmente apuestan todos los cañones a la Primera División”.

Resaltó que “hay muchas contras, y cuando hacemos algo mal los entrenadores, terminamos con un pibe desertando del fútbol. Hoy estamos formando jugadores en inferiores de la Liga Villamariense para los torneos comerciales”.

“Priorizan al baby y a la Primera”

Con respecto a su visión del tema, dijo: “Es difícil, porque no todas las partes aportan para que esto funcione bien”.

Resaltó que “en varios clubes lo observé, más allá de que hay excepciones y no quiero generalizar”.

Indicó que “los dirigentes son personas que tienen ese manguito que los clubes necesitan para subsistir y solventarlos, o que tienen el tiempo para ir a dar una mano a cortar el césped, lavar la ropa o pintar la cancha. Es difícil pedir que gestionen cuando están solos. Es más fácil juntar unos 2 mil pesos y apuntar a hacer fútbol por esa cifra, y estirarse a 500 pesos más para traer a un delantero. Es pobre para una institución”.

Destacó que “con esos $ 2 mil, podrían hacer más cosas beneficiosas por los clubes pero, como están solos, se conforman con eso”.

Agradeció que “aún haya padres que acompañan a sus hijos a las canchas. Generalmente, los van a ver cuando son niños, y el club los mima cuando llegan a Primera. Nosotros estamos en el medio y vemos lo difícil que es bancar esa estructura sin apoyo real y con lo que le sobró al baby o a la Primera División”.

Indicó que “es normal que las Inferiores se vistan con pilcha que dejó la Primera, pero la Primera tiene camiseta nueva. Las pelotas para entrenar son las que gastó la Primera. Es difícil que valoren al semillero del club”.

Insistió en que “hay un gran potencial de jugadores en Villa María, pero hay que valorar al semillero desde los clubes. No se lo aprovecha a ese gran potencial”.

Consideró que “es difícil que un chico a los 20 años no haya jugado en Primera. Entonces, reglamentemos que las reservas sean sub-21, para dejar de hacer inferiores para la Afuco, Amistad y Cafu”.

Resaltó que “hay muchos pibes con condiciones que jugaron un par de partidos en Primera y se retiraron. Hay pibes que creen que deben cobrar fortuna y no saben que primero hay que hacer un recorrido grande para después cobrar. Pero cuando no acompaña la familia y el club, dejan el fútbol”.

Llamó a la reflexión, al explicar que “de las Ligas Béccar Varela o Bellvillense vienen a buscar jugadores a Villa María y se los llevan por 10 pesos más. Si ese pibe que se formó en Inferiores, ve que llegará a Primera, por su sentido de pertenencia, se quedará y jugará por el sandwich y la coca, en vez de ir por 10 pesos más a otra Liga. Me cansé de ver a esos que le dan 10 pesos en un club y, cuando le dan 11 en otro, se vuelven a ir. Y al pibe del club le negaste un lugar en Primera, por ese al que le diste 10 pesos”.