Se inició ayer en los Tribunales locales el juicio oral y público contra Héctor Werfil Arias y Eric Luna, dos hombres de 26 años que están acusados por la violenta muerte de otro joven, Claudio Cabrera.
La víctima apareció tendida en la calle, en el sector de Luis Pasteur y Anchorena, de barrio Alberdi. Presentaba heridas punzantes que habrían sido provocadas por el ataque con un destornillador. Sucedió a plena luz del día, pues recién había pasado el mediodía del 5 de marzo de 2016.
El fiscal que investigó el hecho, Luis Pizarro, los acusó de homicidio y lesiones leves. A uno de ellos, Arias, lo señaló como el autor de las heridas con el destornillador, en tanto que a Luna, apodado “El mono”, lo ubicó en la escena como partícipe necesario.
Este último llegó al juicio en libertad, luego de un breve período de detención. Arias, en cambio, sigue alojado en el Pabellón 6 del Servicio Penitenciario número 6.
Defendidos por el abogado José Sagarraga, ambos fueron indagados ayer por la jueza Lelia Manavella de la Cámara Primera del Crimen, pero los dos tomaron la misma actitud: se abstuvieron de decir palabra alguna.
De todos modos, cuando fue interrogado sobre sus datos particulares, Arias relató que había tenido un antiguo altercado con los hermanos Claudio y Hugo Cabrera.
Dijo que varios años atrás lo atacaron a puñaladas y debido a eso tuvo que permanecer 6 meses con curaciones. Agregó que en aquella ocasión estuvo un mes internado y, cuando salió del hospital, los Cabrera ya estaban caminando por la calle.
Arias recalcó que, más allá de eso, nunca buscó venganza.
En la primera ronda de testigos faltó una declaración clave, la del muchacho que estaba junto a Cabrera cuando se produjo la pelea. En ese momento era menor de edad y, pese a que la Justicia tiene registrado su nombre y su domicilio, les fue imposible dar con su paradero.
Uno de los policías que fue llamado a declarar ayer, Alberto Sueldo Aspitia, precisó que cuando acudió al lugar el hombre que yacía malherido apenas si podía balbucear. “Hablaba bajito, no se le entendía mucho, no dijo quién lo había herido”, comentó el agente.
Aunque todo sucedió en la vía pública, costó encontrar testigos presenciales del hecho. “Siempre pasa lo mismo en estos casos, la gente no se quiere meter”, explicó el uniformado.
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El fiscal que investigó el hecho, Luis Pizarro, los acusó de homicidio y lesiones leves. A uno de ellos, Arias, lo señaló como el autor de las heridas con el destornillador, en tanto que a Luna, apodado “El mono”, lo ubicó en la escena como partícipe necesario.
Este último llegó al juicio en libertad, luego de un breve período de detención. Arias, en cambio, sigue alojado en el Pabellón 6 del Servicio Penitenciario número 6.
Defendidos por el abogado José Sagarraga, ambos fueron indagados ayer por la jueza Lelia Manavella de la Cámara Primera del Crimen, pero los dos tomaron la misma actitud: se abstuvieron de decir palabra alguna.
De todos modos, cuando fue interrogado sobre sus datos particulares, Arias relató que había tenido un antiguo altercado con los hermanos Claudio y Hugo Cabrera.
Dijo que varios años atrás lo atacaron a puñaladas y debido a eso tuvo que permanecer 6 meses con curaciones. Agregó que en aquella ocasión estuvo un mes internado y, cuando salió del hospital, los Cabrera ya estaban caminando por la calle.
Arias recalcó que, más allá de eso, nunca buscó venganza.
En la primera ronda de testigos faltó una declaración clave, la del muchacho que estaba junto a Cabrera cuando se produjo la pelea. En ese momento era menor de edad y, pese a que la Justicia tiene registrado su nombre y su domicilio, les fue imposible dar con su paradero.
Uno de los policías que fue llamado a declarar ayer, Alberto Sueldo Aspitia, precisó que cuando acudió al lugar el hombre que yacía malherido apenas si podía balbucear. “Hablaba bajito, no se le entendía mucho, no dijo quién lo había herido”, comentó el agente.
Aunque todo sucedió en la vía pública, costó encontrar testigos presenciales del hecho. “Siempre pasa lo mismo en estos casos, la gente no se quiere meter”, explicó el uniformado.