Con mano de obra de la economía social, a cargo de cooperativas de trabajo integradas mayoritariamente por mujeres, la Municipalidad de Córdoba continúa avanzando en la recuperación y jerarquización de la red primaria de atención sanitaria, la más extensa de Latinoamérica, compuesta por 100 centros de salud.
Con la inauguración del Centro de Salud Nº 13 de barrio Hipólito Yrigoyen, ya son 40 los espacios de salud comunitaria que recuperan su plena funcionalidad a través de Repara Salud. El programa es impulsado por la Secretaría de Prevención y Atención en Salud Comunitaria y se acompaña con una fuerte inversión en equipamiento médico y odontológico, camillas, computadoras, electrodomésticos y mobiliario funcional para garantizar una atención de calidad en un ambiente agradable y seguro.
La secretaria de Prevención y Atención en Salud Comunitaria, Liliana Montero, expresó: “Ya se pusieron en valor cuarenta centros de salud, dándoles así la importancia del primer nivel de atención en nuestros cien centros de salud”.
“En tiempos en los que la Argentina se debate cuál es el futuro que tiene que ver con lo inmediato, es muy importante que un gobierno municipal haya tomado esta decisión política, entendiendo que salud comunitaria es una construcción colectiva que entiende que el trabajo es una acción sanitaria”, puntualizó Montero.
En virtud de un convenio de colaboración, unas 300 personas, en su mayoría mujeres y jefas de hogar, que perciben de la Nación la asignación complementaria Potenciar Trabajo encuentran en este programa una oportunidad laboral y de capacitación que, a la par de aprender un oficio, les permite mejorar sus ingresos.
Al término del programa recibirán de parte de la Municipalidad una certificación que dará cuenta del trabajo realizado y les permitirá ampliar sus horizontes laborales.
El lugar situado en calle Nicolás Avellaneda 3571, el Centro de Salud N° 13 de barrio Hipólito Yrigoyen, es una referencia para la comunidad de ese sector del noroeste de la ciudad capital y fue objeto de una reparación integral. Como en los demás espacios recuperados, se impermeabilizaron y repararon los techos y se inspeccionaron y pusieron a punto los sistemas de desagües cloacales y pluviales.
La puesta en valor requirió la reparación completa de grietas y fisuras de todo el edificio, tanto en el exterior como en el interior, comprendiendo todos los consultorios, sala de espera, de reuniones, de administración, baños y cocina, además del frente y jardín posterior. También se restauraron todas las aberturas, de chapa, madera, las rejas y la puerta de ingreso, para efectuar la pintura completa que incorporó murales artísticos y señalética didáctica y una ludoteca para los más chicos.
Las refacciones se acompañaron de una importante inversión en equipamiento médico, tecnológico y funcional con elementos tales como tensiómetros, balanza digital con tallímetro para adultos, cinta antropométrica, conservadora, sillas de escritorio y sillas en tándem para sala de espera, además del tapizado de camillas, la renovación de electrodomésticos y la entrega de computadoras.