Julián López partirá hoy hacia Italia, donde se incorporará al equipo principal de la Associazione Polisportiva Dilettantistica Leonfortese.
Nació el 9 de noviembre de 1995 en Villa María. Se formó en Sarmiento, Alumni y River Plate, donde de la mano de Víctor Bengoa debutó en Primera. Luego jugó en Atlético Ticino, Alumni y tras un recordado torneo en el que fue semifinalista con el Millonario le surgió una posibilidad en Belgrano. Estuvo a punto de ir a Italia, pero volvió a Alumni y en la actual temporada jugó en Ricardo Gutiérrez de La Palestina.
Volante creativo por naturaleza, lanzador certero que se supo ubicar como volante central para tener la cancha de frente, encontró su posición como marcador central. “Ese fue el lugar en el que me vieron en Belgrano y me terminó gustando. Tengo 25 años y con la pandemia pensé en retirarme, pero tenía este sueño de ir a jugar al fútbol italiano y ahora que resurgió la posibilidad no dudé”.
Cuenta: “Fue todo tan rápido que me llamaron a la madrugada y le dije a mi mujer que me mandarían los pasajes para irme el martes. Me dijo: ‘Dejá dormir, que estás soñando’, pero los pasajes llegaron y el miércoles estaré en Italia”.
Señala que hoy “el vuelo es al mediodía. El club es de Leonforte, un pueblo chico, de 14 mil habitantes, en la provincia de Enna y la región de Sicilia”.
Resalta: “El jueves a la mañana me mandaron los pasajes y ya habían solicitado el pase ante la AFA. Quieren tener urgente el transfer y la última semana tomó tanta fuerza que arreglé hasta el contrato por un año”.
Destaca: “Sólo dudé porque mi papá tenía un problema de salud y les pedí hasta el miércoles para adoptar una decisión. Ese día los estudios le dieron bien a mi papá, que me dio el empujón para que me fuera. Me desperté el jueves a la mañana, con los pasajes”.
Explica: “Este sueño empezó cuando fui a Belgrano. Hablé con un representante que me exigió la doble ciudadanía y pasaporte. Me dijo que de esa manera se podía”.
Comenta: “En diciembre de 2019 tenía todo cerrado, pero se demoró y 3 días antes de viajar, tras luchar con Belgrano para sacar el pase, se cayó todo”.
Señala: “Mantuve el contacto sólo con el director deportivo de aquel club, que ahora me representó. Me dijo que desconfían de los argentinos porque mandaron pasajes y varios se fueron a vacacionar a Madrid al hacer escala”.
Agrega: “Será mi representante y agilizó las gestiones. En una semana ya tengo todo para irme”.
Insiste: “Les mostró mis videos y necesitaban un central. En la última semana se interesaron”.
Reseña: “Mi papá será operado, pero está bien. Me dijo que me vaya. Me mandaron copia del contrato y firmo apenas llegue”.
Precisa: “Es un club de Serie D, pero hace 5 años estuvo en la Serie B y la nueva dirigencia se propone volver a segunda categoría. Me mostraron las instalaciones, el estadio, y me dijeron que este año se armaron para ascender. Llego el miércoles a Italia y entreno el jueves por la mañana”.
Remarca que “ya están jugando los primeros amistosos. En septiembre tienen el primer partido oficial por Copa Italia. A fines de ese mes arranca el campeonato”.
Sostiene: “Viajo solo, fijaré residencia y en 3 meses viajarían mi novia Martina y mi hija Vittorina, que tiene 2 años y 2 meses. Acordé el sueldo y me dan casa, comida y medio de transporte”.
De la ciudad dice: “Está entre la costa de Catania y la de Palermo. Está en una zona montañosa, que está a 800 metros de altura y tendré que adaptarme”.
“Pensé en largar el fútbol”
Relata: “Vivíamos en Córdoba con mi novia cuando empezó la pandemia. Cuando jugaba en Alumni viajaba todos los días”.
Resalta: “La pandemia complicó todo, porque tuve que empezar a trabajar en una panadería. Pensé en dejar el fútbol, porque pusimos un emprendimiento personal con mi novia y ahora que estaba tomando vuelo surgió lo de Italia. En Alumni no pude seguir porque no podía entrenar por la tarde y surgió lo de Ricardo Gutiérrez, que me permitió jugar”.
Aclara: “Tenía el presentimiento de que tenía que darme una última oportunidad y surgió de golpe. Quería jugar en Italia. Yo había hablado con Matías Barbuio, que hace varios años que juega en Italia, con Renzo Grasso, y ahora leí en Puntal que se fue Tomás Allasia, con quien había hablado del tema cuando fui a entrenar a Española”.
Estima: “Siempre tuve ganas de jugar en Italia, pero a los 25 años no es tan fácil ir a probar suerte y no estaba a mi alcance pagar un pasaje de 1.300 euros para probar”.
Domina el idioma: “Mi abuela es profesora de italiano, pero me costó un poco cuando me habló rápido el presidente del club. Le pedía que me hablara más lento y entonces le entendía todo”.
Entre risas, no descartó llevar a su abuela Paola “como traductora”: “Ella nació en Italia, es hermana del doctor Gianaria y vino de chica al país y eso me permitió tener doble ciudadanía. En Belgrano saqué pasaporte europeo y empecé a soñar”.
El sueño del pibe
Julián López resalta: “Sabía que estaba la posibilidad de ir a Italia, pero ya me habían ofrecido en varios clubes y no salía”.
Remarca: “Me había ilusionado mucho la primera vez y me pegó mal que se cayera cuando ya había logrado sacar el pase de Belgrano. Fue una gran desilusión. Por eso le dije a mi señora que me iba el 17 y ella me decía: ‘Dormí, que estás soñando’. Pero me voy el 17”.
Indica: “El video tiene partes de cuando jugué en Belgrano y en Alumni, pero también del actual torneo de la Liga con Ricardo Gutiérrez. Te piden que lo actualices”.
Mira hacia atrás y recuerda: “Jugué todo el baby en Sarmiento con Víctor Bengoa, que después me hizo debutar en River. Ya le prometí que volveré al club para terminar mi carrera con él como DT. Después jugué en Atlético Ticino, Alumni, volví a River. Belgrano me llevó porque me vieron jugar como central en la Universidad de Córdoba y me llevaron. Jugué con Valentín Barbero (Banfield), ‘Cocay’ Salas (Güemes), Constantino (San Martín), Barinaga, Heredia, Pardo”.
Señala: “Sin libertad de acción, a Italia no te llevan. Belgrano ya tenía problemas, se había ido Primo, pero el descenso hizo que los chicos de la cuarta campeona de AFA, que tenían contrato, se sumaran al plantel de Primera local y éramos 8 o 9 para un puesto”.
“En Ricardo Gutiérrez me abrieron la puerta. Le pedí disculpas a Mayco Becco, pero esto salió muy rápido y no lo puedo dejar pasar. Ya estaba entrenando con el RG, pero me despedí del plantel. Heraldo Pereno se portó muy bien, me felicitó y se puso contento”, detalla.
Destaca: “Entendieron que es mi última oportunidad. Firmé por 1 año a mis 25 años, y a los 6 meses puedo rescindir si surge una posibilidad de un club de una categoría superior. No sé cuánto durará este sueño, pero hoy mi idea es quedarme a jugar 10 años en Italia”.