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Antes de los alegatos, la querella solicitó que el fiscal se aparte

La abogada Analía Nicolli, en nombre de la madre de la víctima, requirió la recusación de Francisco Márquez al entender que su rol como acusador fue "imparcial". La jueza no dio lugar al pedido y el juicio sigue su curso

En la continuidad del juicio contra cinco médicos imputados por “homicidio culposo”, en ocasión de la lamentable muerte de la joven Lucrecia Ñañez, la abogada querellante Analía Nicolli pidió este miércoles que el Tribunal, representado por Edith Lezama de Pereyra, considere la recusación del fiscal de Cámara Francisco Márquez.

En su fundamentación, la abogada que acompaña a Carina Gianinetto, madre de la víctima, expuso que la intervención de Márquez en la audiencia fue absolutamente imparcial.

Según detalló Nicolli, el pedido fue consensuado tanto con la madre como con la abuela de la víctima, quienes le trasladaron su preocupación por el papel que tomó el fiscal de Cámara al no sostener la acusación que en instancias previas habían refrendado los peritos oficiales, el fiscal de Instrucción, la jueza de Control de Villa María y las autoridades que presiden la Cámara de Apelaciones de Río Tercero.

Los dichos de Rousse y la poca asistencia a la víctima

Nicolli se mostró sorprendida por los dichos del perito oficial Pascual Rousse, quien en una entrevista radial dijo haber sentido que el fiscal dejó de lado su rol de acusador para asumir el papel de defensor.

“Esta acusación ha llegado aquí después de tres años, en los que arduamente se ha trabajado para sostenerla en base a una pericia oficial”, dijo la jurista en otra parte de su exposición.

Al fundamentar, la abogada también precisó que el fiscal de Cámara no asistió a la familia de la víctima. “Nos hemos olvidado que este es un juicio en el que hay una menor muerta, que está representada por una madre, que en la audiencia de debate se sintió atacada por la misma fiscalía, que es quien la representa”, resaltó.

“También nos hemos sentido tapadas por nuestro rol de mujeres. Exigimos que se tenga en cuenta, se respete y se valore a la mujer por su condición, tanto a la madre de Lucrecia, como a mí en el rol de abogada, y a cualquiera de las mujeres que hemos participado en esta audiencia de debate, como también se respetó a las imputadas”, sumó.

Polémica por el vínculo del fiscal con una trabajadora del Pasteur

Y siguió: “La familia me ha pedido que mencione algo que yo desconocía y que me enteré ayer a la tarde (por el martes), que está relacionado a la mujer del señor fiscal, quien trabaja en el Hospital Pasteur, pero además, trabaja en el área de Anatomopatología, justamente en el laboratorio donde estuvieron desaparecidos unos estudios que, cinco años después en esta audiencia de debate, aparecieron en manos de uno de los imputados”.

“Esta audiencia ha perdido objetividad, así lo cree la familia y así lo respaldo yo, porque tengo un compromiso ético, moral y competente en cuanto a mi responsabilidad profesional”, concluyó.

La respuesta de Márquez

Tras la exposición de la parte querellante, llegó la respuesta del fiscal Francisco Márquez, quien en primer lugar se defendió del vínculo que la une con una empleada del nosocomio. “Que mi mujer sea una empleada de menor jerarquía en el Hospital Pasteur desde hace 30 años no hace valer en nada los dictámenes de los peritos oficiales”, dijo al respecto.

Sobre el informe pericial de Rousse, dijo que dio lugar a “contradicciones intrínsecas” que nada tenían que ver con las presentaciones realizadas por otros peritos oficiales. “Los doctores de Córdoba, que han firmado la otra pericia oficial, opinan contradictoriamente”, reforzó.

En su respuesta, el fiscal no reconoció haberles faltado el respeto a la abogada y a la madre de Lucrecia. No obstante, pidió disculpas si las partes así lo sintieron.

Por último, soltó: “Acá estamos haciendo un juicio para establecer justicia. A mí me duele profundamente la muerte de la niña, me duele el dolor de la madre y también el de la abuela, me duele el dolor del novio que declaró el lunes con un hilo de voz. Pero hacer justicia es establecer si Lucrecia fue víctima de mala praxis, y si ellos (señalando a los médicos imputados) u otra persona fueron los responsables”.

Al cierre, solicitó ante el Tribunal el rechazo de la recusación. Tras las exposiciones, se dio lugar a un cuarto intermedio que se extendió aproximadamente 20 minutos. Cuando la audiencia retomó, la jueza comunicó que el pedido de recusación no tenía lugar, por ende, el juicio siguió su curso de manera normal.

Tercer día de juicio: Ayer declararon otros dos peritos y avalaron el accionar de los médicos imputados

Los últimos dos peritos que debían comparecer como testigos en el juicio que se sigue a cinco médicos imputados por mala praxis dieron a entender que los facultativos que trataron a Lucrecia Ñañez en el Hospital Pasteur actuaron de acuerdo a lo que correspondía, dejando de esta manera en claro que no habría motivos para culparlos por la muerte de la joven de 15 años.

En la sesión de ayer, declararon Francisco José Crespo Roca y Raúl Alfredo Ruiz Córdoba, profesionales de la salud que participaron de una segunda pericia oficial, propuesta por la defensa de los cinco médicos imputados.

En primer lugar, Crespo Roca, especializado en ginecología y obstetricia, dijo que la paciente en el Pasteur “fue tratada como se esperaba” de acuerdo a los diagnósticos que fueron recolectando los miembros del equipo médico.

Asimismo, aseveró que el trastorno más complejo que atravesó Lucrecia, y que pudo haber llevado a su muerte, fue una coagulación intravascular diseminada (CID).

Respaldado por los resultados de un estudio bacteriológico que se llevó a cabo con el material obtenido del segundo legrado, pudo confirmar que la muchacha el 2 de junio (cuatro días antes de su muerte) no presentaba infección en la zona del útero.

Sobre el órgano que fue intervenido en dos ocasiones mediante la utilización de una cureta (artefacto que sirve para realizar un raspaje), dijo que “nunca se quejó, no se enrojeció ni tomó calor”, síntomas que son tenidos en cuenta a la hora de hablar de una infección.

Por su parte, el otro perito oficial citado para que declare ayer, Ruiz Córdoba, reconoció que los pacientes que atraviesan un cuadro de CID, en el 95 por ciento de los casos, terminan falleciendo.

En respuesta a una pregunta que le formuló el fiscal de Cámara, el testigo dijo que en base a su criterio, los facultativos “obraron como correspondía”.

“En esta paciente que ingresa con el embarazo ya perdido, no hay signos claros para pensar que hubo sepsis. Ni en el útero ni en la pélvis se encontró algo que les hablé de sacar el útero”, aseveró.

Por último, reconoció que de haber formado parte del equipo que trató a la joven, “hubiese hecho lo mismo”.

“Si los médicos hubiesen sacado el útero en la primera situación, hubiese sido indistinto, ya que la enfermedad (CID) hubiese seguido su mismo camino, los factores fetales ya estaban en la sangre y, de acuerdo a nuestra interpretación, el útero ya no alimentaba esa enfermedad”, afirmó en última instancia el médico que ofició de perito.

Hoy, los alegatos

Tras la intervención de los peritos, se dio por concluida la tercera sesión del juicio, que comenzó el lunes con la declaración de los familiares de la víctima y que siguió el martes con los testimonios de otros tres peritos. Durante la jornada de hoy se llevarán adelante los alegatos. El veredicto, en tanto, podría darse a conocer hoy mismo, o bien, mañana.