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Festejo y crisis humanitaria en Kabul

Con gritos de victoria cerca de la antigua embajada norteamericana en Kabul, los talibanes celebraron ayer el primer aniversario de su regreso al poder en Afganistán, un año turbulento marcado por el incumplimiento de las promesas sobre los derechos más elementales y el agravamiento de la crisis humanitaria.

El 15 de agosto de 2021 los islamistas radicales capturaron Kabul tras una ofensiva relámpago, en medio del cambio de estrategia de la política exterior de Estados Unidos, que concluyó su intervención militar en el país asiático tras 20 años.

"Hoy es el día de la victoria y de la felicidad para los musulmanes y el pueblo afgano. Es el día de la conquista y de la victoria de la bandera blanca" del Emirato islámico, declaró en Twitter el portavoz del Gobierno afgano, Bilal Karimi.

Ayer, declarado feriado, muchos talibanes capturaban "selfies" en la plaza Masud, una gran rotonda adornada con banderas blancas del Emirato islámico frente a la antigua embajada de Estados Unidos, informó la agencia de noticias AFP. "¡Viva el Emirato islámico! ¡Alá es grande!", gritaron los talibanes en esta concentración espontánea.

Los combatientes talibanes expresaron alegría de que su movimiento esté en el poder, pese a que las agencias de ayuda dicen que la mitad del país de 38 millones enfrenta pobreza extrema.

Inicialmente, los talibanes prometieron una versión menos rígida del duro mando islamista de su primer Gobierno, de 1996 a 2001, pero rápidamente impusieron un conjunto enorme de restricciones sobre las mujeres. Decenas de miles de niñas quedaron excluidas de la educación secundaria, mientras que a las adultas se les impidió acceder a cargos públicos y viajar solas.