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La Pantera: figurita 108

Por Osvaldo Alfredo Wehbe

La colección de figuritas de 1966 tenía un par de páginas con figuras internacionales citadas aquí en varias oportunidades: Yashín, el arquero ruso; Bobby Charlton, de Inglaterra; Franz Beckenbauer, muy joven, de Alemania Occcidental; Ferec Bene, de Hungría; Pelé y Vavá, de Brasil; Mazurkiewicz y Pedro Rocha, de Uruguay; y Eusebio, de Portugal.

En El Gráfico decían que Eusebio era el Pelé europeo y salían sus fotos con el título pomposo de “La Pantera de Mozambique”, su lugar de nacimiento.

Eusebio Da Silva Ferreira nació el 25 de enero de 1942 en Lourenzo Marques, África Oriental Portuguesa, y falleció en Lisboa, el 5 de enero de 2014.

En aquel 1966, año del Mundial inglés, muchos queríamos ser como Eusebio. Un gran goleador, veloz, de arranque demoledor desde tres cuartos de cancha.

Eusebio fue con Simoes, Torres, Augusto, Coluna y Aguas los que nos introdujeron en el fútbol lusitano, que más tarde se nos haría familiar con el arribo del Chirola Yazalde al Sporting Lisboa.

Eusebio se inició en el Sporting Club de Lourenzo Marques y desde mayo de 1961 brilló en el Benfica. Se retiró en febrero de 1979.

La Pantera fue el máximo artillero de Europa en 1965 y 1973. Hizo nueve goles en el Mundial 66, cuatro en el memorable partido que Portugal le ganó a Corea del Norte, 5 a 3, después de ir perdiendo 3 a 0.

En los campeonatos portugueses marcó goles para hacer dulce. Para ejemplificar, digamos que en el 67 marcó 42 y en el 72 hizo 40. Obtuvo el Balón de Oro al mejor jugador de Europa en 1965 y la Bota de Oro al máximo goleador en 1966 y 1973. Fue el líder y conductor tanto del  Benfica que ganó la Copa de Europa en 1962 como de la selección portuguesa que ocupó el tercer lugar en la Copa del Mundo de 1966, torneo en el que fue el máximo goleador. Portugal ganó el encuentro por el tercer lugar a la URSS, dos a uno, con tantos de él de penal y Torres. El arquero ruso era Yashín.

Uno recuerda las fotos de los diarios de ese 66, cuando Portugal le ganó claramente a Brasil. Una de ellas mostraba a Pelé tendido en el campo, lesionado (le dieron como en bolsa en esa Copa) y Eusebio levantándole su cabeza para ayudarlo. El epígrafe de la foto era una pregunta: “¿Le estará sacando la corona?”.

La comparación con Pelé fue exagerada e inútil. Pelé era por lejos el mejor jugador del mundo y Eusebio un enorme delantero. Cada cual brillaba con luz propia.

Cuando pudimos ver algunas filmaciones de Eusebio comprobamos que el apodo de Pantera le caía como anillo al dedo. Parecía un felino bien morocho, lleno de músculos, que, dominando el balón, tenía la mirada puesta en el arco rival.

Intervino en memorables finales de la Champions jugando para su Benfica, título que ganó frente al Real Madrid de Di Stéfano en 1962. El marcador fue 5 a 3. Partidazo jugado en Ámsterdam ante 65 mil espectadores. Marcó dos goles. Los tres del Madrid fueron de Puskas, el Pancho húngaro que recordábamos la semana pasada.

Después de su larga estadía en Portugal, Eusebio tuvo pasos fugaces por el fútbol estadounidense, canadiense, mexicano (específicamente en el Monterrey), y algunos clubes de Portugal, antes de retirarse definitivamente en 1979.

Descubríamos a Eusebio en los tiempos en que el fútbol de Europa nos llegaba apenas en tiempos de los mundiales y ese del 66, al menos por aquí, sólo por radio y diarios.

Hoy sería un familiar más, como su coterráneo Cristiano Ronaldo, que vive en el living de cada casa.

En aquel tiempo, hablar de Portugal era casi un misterio. No sabíamos quién era el campeón de Holanda o Escocia, apenas si hablábamos del Real Madrid o el Inter y algún otro equipo del Viejo Continente.

Eusebio integra la lista de aquellos que nos llenaban de asombro teniendo que imaginar dónde jugaban, quiénes eran sus rivales, cómo eran sus canchas, sus países y la gente que los veía desde las tribunas.

La Pantera Eusebio murió en la ciudad de Lisboa a los 71 años por causa de una insuficiencia cardíaca. Después de su fallecimiento el gobierno de Portugal declaró tres días de luto.

El cortejo fúnebre se dio en el estadio da Luz ante más de 10.000 espectadores y fue seguido por diversas personalidades del país. Pelé dijo: “Lamento la muerte de mi hermano Eusebio”.​ Beckenbauer manifestó: “Murió mi amigo, uno de los más grandes futbolistas”.

José Mourinho expresó: “Eusebio es inmortal”.​

Aquellas fotos en blanco y negro o color de la revista Sport con el tipo corriendo hacia el gol ya están en sepia. La sensación de los futboleros de decir Eusebio era impagable.

Era gol, era crack, era lo desconocido por conocer. Hoy, que pasan por TV casi todas las ligas del mundo, nos parecería común.

De todas maneras, presumo, no hay muchos Eusebios dando vueltas por allí.

La Pantera de Mozambique, por muchos años el Rey de la Selva europea.

¡Que viva la Pantera! Figurita número 108 de la colección del 66.



Osvaldo Alfredo Wehbe

TEMAS: futbol futbol
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