La industria metalmecánica es uno de los sectores más dinámico de la economía provincial. Generadora de productos innovadores cumple con las demandas del mercado interno sin sobresaltos, pero además se anima a competir a nivel internacional con mercancía de calidad.
Y esa producción jerarquizada es sostenida por el compromiso de miles de obreros que aplican sus conocimientos cada vez que una máquina comienza a producir, pero además por el renovado espíritu progresista de empresarios que buscan mejorar sus implementos año a año.
Las Varillas es una de las ciudades pilares que sostiene esa producción agroindustrial. Transformada desde hace décadas en una región estratégica, la industria metalmecánica hechó raíces fuertes en dicha ciudad, a punto tal que hoy existen entre 60 y 80 empresas consolidadas (entre talleres, pequeñas y grandes) que producen no sólo para el país, sino también exportan.
“Hubo muchas fábricas, pero la que principalmente marcó a la ciudad fue la empresa Zanello, que tuvo más de 800 empleados durante mucho tiempo”, sostiene Pablo Ghiotti, propietario de una firma que tiene una trayectoria cercana a los 40 años.
El empresario es además tesorero del Centro Comercial Industrial y de la Propiedad de Las Varillas. Durante la entrevista con Puntal Villa María, admitió que “según cuentan los más viejos, todo este crecimiento tuvo un fuerte impulso con lo que aportó la educación a través del colegio industrial, lo que era antes el Enet 1. De ahí salieron muchos técnicos que con espíritu emprendedor empezaron a trabajar en empresas y después, aún siendo muy jóvenes, iniciaron con sus actividades privadas. Hoy son grandes empresarios de Las Varillas”.
Ghiotti entiende que la empresa metalmecánica es una estructura que se mantiene mucho en el tiempo “por su relación con el agro. Acá se trabaja durante todo el año”, más allá de los vaivenes económicos que son ciclos intermitentes en Argentina.
Precisamente esos cambios imprevistos son los que influyen “mucho en las industrias, y al estar relacionado al agro el clima también es determinante, como lo que está pasando en esta época. La mayoría de las empresas cerraron el 2017 con muchas ventas y en algunos casos con operaciones récord. Por lo que hablamos con el resto de los empresarios la mayoría cerró con buenas expectativas. Cuando se reactivó luego de las vacaciones, nos encontramos con que no había llovido nada en el verano, ni hasta ahora, por lo que mucha cosecha se perdió, y esa situación influye y repercute directamente en las ventas”.
Una variedad de productos
“Las Varillas se conoce en la provincia y el país por sus fábricas. Hoy viene una persona a la ciudad y encuentra desde un tractor hasta cilindros, hidráulicos, barras de mandos, cajas, llantas, de todo. Es muy variable. Todos nos adaptamos al mercado metalmecánico relacionado al agro, y Las Varillas ronda alrededor de eso. Se nota mucho cuando hay trabajo, como así también cuando las ventas caen. No es lo mismo una empresa trabajando con horas extras para sus empleados y lo que repercute -el dinero extra en la economía local-, y por ejemplo lo que ocurre este año, donde no se dieron horas adicionales”, precisa el ingeniero.
Y en un análisis más profundo, considera que el esfuerzo productivo “tiene que ser compartido, para el empresario también es complicado llegar a fin de mes cuando no hay trabajo y hay que pagar sueldos, cargas sociales, la energía, además del resto de los insumos. Cuando las cosas andan bien se llega a pagar sin problemas, pero en la merma del trabajo hay que ingeniárselas”.
Sobre el presente que atraviesan las industrias de Las Varillas, Ghiotti confirmó que son muchas las que lograron ganar mercados internacionales, principalmente porque “lo que se fabrica acá es reconocido a nivel mundial. El emblema son los tractores Pauny, pero también hay otras empresas que exportan maquinarias, equipos agroviales, hasta ruedas agrícolas. Se trata de trabajar con calidad para poder competir con el mercado nacional y con el externo”.
Costos que se disparan
El presente económico argentino no le es ajeno a la agroindustria, que además del fuerte impacto que generaron los tarifazos, el incremento en la materia prima los puso en alerta: “la mayoría de las empresas estamos dependiendo de la materia prima nuestra, que es la chapa. Desde septiembre hasta ahora aumentó cerca de un 30%, algo que nos pareció extraordinario, porque si bien subió el dólar, siempre que esto ocurría la chapa no se movía”.
Y ese incremento indefectiblemente provoca una movida en los costos. “Nosotros queremos trabajar con una lista de precios ordenada, pero es muy difícil vender en el mercado interno y más allá de que todos conocen la situación del país, teniendo que aumentar cada dos o tres meses. Pero más difícil es si tenés un contrato con el exterior y tenés que decir que vas a cambiar el precio. Incluso, muchas veces se pierden operaciones porque uno previendo lo que va a aumentar debido a la inflación, por miedo a perder infla los precios y se caen los contratos”.
Por buen clima y un dólar estable
Consultado sobre las expectativas que tiene el sector para lo que resta del año, Ghiotti se esperanzó a lo que pueda ocurrir con el clima, pero también con el dólar. “Si se acomoda el clima, y el dólar se mantiene, las expectativas son siempre buenas. Los colonos quieren innovar en maquinarias nuevas, tratan de agrandarse, en ser competitivos y producir mejor y más. Todas las fábricas se tecnificaron en estos últimos años, con maquinaria de última generación para producir más y mejor, certificando normas, aumentando la cantidad de productos. Pero además para que el empleado trabaje mejor y cómodo. Hay fábricas en la que da gusto entrar. Todo eso hace a que el producto sea bueno y la empresa sea reconocida”.
Daniel Brusa
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Las Varillas es una de las ciudades pilares que sostiene esa producción agroindustrial. Transformada desde hace décadas en una región estratégica, la industria metalmecánica hechó raíces fuertes en dicha ciudad, a punto tal que hoy existen entre 60 y 80 empresas consolidadas (entre talleres, pequeñas y grandes) que producen no sólo para el país, sino también exportan.
“Hubo muchas fábricas, pero la que principalmente marcó a la ciudad fue la empresa Zanello, que tuvo más de 800 empleados durante mucho tiempo”, sostiene Pablo Ghiotti, propietario de una firma que tiene una trayectoria cercana a los 40 años.
El empresario es además tesorero del Centro Comercial Industrial y de la Propiedad de Las Varillas. Durante la entrevista con Puntal Villa María, admitió que “según cuentan los más viejos, todo este crecimiento tuvo un fuerte impulso con lo que aportó la educación a través del colegio industrial, lo que era antes el Enet 1. De ahí salieron muchos técnicos que con espíritu emprendedor empezaron a trabajar en empresas y después, aún siendo muy jóvenes, iniciaron con sus actividades privadas. Hoy son grandes empresarios de Las Varillas”.
Ghiotti entiende que la empresa metalmecánica es una estructura que se mantiene mucho en el tiempo “por su relación con el agro. Acá se trabaja durante todo el año”, más allá de los vaivenes económicos que son ciclos intermitentes en Argentina.
Precisamente esos cambios imprevistos son los que influyen “mucho en las industrias, y al estar relacionado al agro el clima también es determinante, como lo que está pasando en esta época. La mayoría de las empresas cerraron el 2017 con muchas ventas y en algunos casos con operaciones récord. Por lo que hablamos con el resto de los empresarios la mayoría cerró con buenas expectativas. Cuando se reactivó luego de las vacaciones, nos encontramos con que no había llovido nada en el verano, ni hasta ahora, por lo que mucha cosecha se perdió, y esa situación influye y repercute directamente en las ventas”.
Una variedad de productos
“Las Varillas se conoce en la provincia y el país por sus fábricas. Hoy viene una persona a la ciudad y encuentra desde un tractor hasta cilindros, hidráulicos, barras de mandos, cajas, llantas, de todo. Es muy variable. Todos nos adaptamos al mercado metalmecánico relacionado al agro, y Las Varillas ronda alrededor de eso. Se nota mucho cuando hay trabajo, como así también cuando las ventas caen. No es lo mismo una empresa trabajando con horas extras para sus empleados y lo que repercute -el dinero extra en la economía local-, y por ejemplo lo que ocurre este año, donde no se dieron horas adicionales”, precisa el ingeniero.
Y en un análisis más profundo, considera que el esfuerzo productivo “tiene que ser compartido, para el empresario también es complicado llegar a fin de mes cuando no hay trabajo y hay que pagar sueldos, cargas sociales, la energía, además del resto de los insumos. Cuando las cosas andan bien se llega a pagar sin problemas, pero en la merma del trabajo hay que ingeniárselas”.
Sobre el presente que atraviesan las industrias de Las Varillas, Ghiotti confirmó que son muchas las que lograron ganar mercados internacionales, principalmente porque “lo que se fabrica acá es reconocido a nivel mundial. El emblema son los tractores Pauny, pero también hay otras empresas que exportan maquinarias, equipos agroviales, hasta ruedas agrícolas. Se trata de trabajar con calidad para poder competir con el mercado nacional y con el externo”.
Costos que se disparan
El presente económico argentino no le es ajeno a la agroindustria, que además del fuerte impacto que generaron los tarifazos, el incremento en la materia prima los puso en alerta: “la mayoría de las empresas estamos dependiendo de la materia prima nuestra, que es la chapa. Desde septiembre hasta ahora aumentó cerca de un 30%, algo que nos pareció extraordinario, porque si bien subió el dólar, siempre que esto ocurría la chapa no se movía”.
Y ese incremento indefectiblemente provoca una movida en los costos. “Nosotros queremos trabajar con una lista de precios ordenada, pero es muy difícil vender en el mercado interno y más allá de que todos conocen la situación del país, teniendo que aumentar cada dos o tres meses. Pero más difícil es si tenés un contrato con el exterior y tenés que decir que vas a cambiar el precio. Incluso, muchas veces se pierden operaciones porque uno previendo lo que va a aumentar debido a la inflación, por miedo a perder infla los precios y se caen los contratos”.
Por buen clima y un dólar estable
Consultado sobre las expectativas que tiene el sector para lo que resta del año, Ghiotti se esperanzó a lo que pueda ocurrir con el clima, pero también con el dólar. “Si se acomoda el clima, y el dólar se mantiene, las expectativas son siempre buenas. Los colonos quieren innovar en maquinarias nuevas, tratan de agrandarse, en ser competitivos y producir mejor y más. Todas las fábricas se tecnificaron en estos últimos años, con maquinaria de última generación para producir más y mejor, certificando normas, aumentando la cantidad de productos. Pero además para que el empleado trabaje mejor y cómodo. Hay fábricas en la que da gusto entrar. Todo eso hace a que el producto sea bueno y la empresa sea reconocida”.
Daniel Brusa