Laura Soler es una joven que reside en Villa María y en el año 2017 fue diagnosticada con una rara enfermedad que afecta principalmente el sistema nervioso central.
“Estoy con un diagnóstico de neuromielitis óptica, una enfermedad desmielinizante que a mí me afectó en la médula, estuve en silla de ruedas durante dos años, sigo con tratamientos médicos, controles y tratamientos de internación”, explicó en diálogo con Puntal Villa María.
Sobre los síntomas, Soler explicó que pueden ser la ceguera, debilidad o parálisis de brazos o piernas, dolores, sensibilidad, entre otros tantos indicios corporales.
Manifestó también que se desconoce la causa de dicho diagnóstico y no tiene cura; “sólo tratamiento para mantener la enfermedad estable", comentó.
En medio de la pandemia, Soler se quedó sin trabajo en un espacio que brinda servicios de salud privada. “La situación en la que me encuentro ahora es que no tengo obra social”, dijo y relató:“Me di por despedida de un sanatorio en el que yo trabajaba, en octubre del año pasado. Quedé desvinculada por unos reclamos que hice. Reclamé sueldo, me descontaban uniforme por no ir, yo estaba trabajando home office durante nueve horas y cumplía con mi horario, trabajaba en mi casa y no me brindaron recursos”, puntualizó.
La joven remarcó que en reiteradas oportunidades solicitó elementos de trabajo para tener mayor comodidad. “Usaba mi computadora y estaba superincómoda en la mesa del comedor, reclamé por una silla acorde o materiales necesarios para poder estar en condiciones mejores y me lo negaron. Yo me di por despedida ante el incumplimiento de estos reclamos que hice y no fueron otorgados y en el salario”.
“Como me despidieron reclamé por el fondo de desempleo a través de Anses, traté de acceder a una jubilación por discapacidad para tener la obra social y seguir con mi tratamiento, pero tampoco recibo respuesta”, explicó Laura y agregó: “Todo es de acá un mes o dos meses, cuando voy al turno siempre hay alguna traba para posponer un mes más el trámite y la verdad es que ya estoy en mi fecha límite para hacerme la quimioterapia y la enfermedad no espera, no conoce de tiempos”, sostuvo.
La joven recalcó que necesita la medicación lo antes posible.
Colecta
Para poder costear los gastos de los tratamientos, Laura junto con su familia y amigas organizó una “rifa virtual”en la que quien aporta dinero inmediatamente participa de una serie de premios que fueron donados por comercios de la ciudad.
“Se va a sortear el 30 y el 31 de julio. Son muchísimos premios que conseguí y además la gente se sumó un montón. En mi perfil de Instagram está todo detallado, las colaboraciones, los premios y los sorteos que ya hice. Con esa plata que se pudo recaudar pude hacerme estudios. Me atendió un especialista de Córdoba, me hice análisis y resonancias”, señaló y reiteró que fue de forma particular.
“La medicación es costosa, alrededor de 380 a 500 mil pesos los frasquitos de medicina que necesito y son 4 en total. Las resonancias cuestan $48.000 cada una y necesitaba 4, cuando fui a hacérmelas ya tenían un costo de $62.000”, explicó.
En la oportunidad, advirtió que, gracias a la gente que ayudó con la compra, concretó los estudios.
“Lo que yo necesito ahora es la medicación y colocármela urgente para poder mantener la enfermedad”, dijo.
Estado de salud
Sobre su estado de salud actual, Laura se mostró preocupada. “Estoy bien, pero la semana pasada estuve con las piernas brotadas, estuve mal. Fui con un brote al Hospital Pasteur para que me colocaran corticoide, sé lo que me tienen que poner y en cuánto tiempo, pero me dijeron que había comido algo picante y por eso tenía una reacción alérgica”, precisó.
“Estuve más de seis horas tratando de que me atiendan acostada en una camilla y no tuve respuestas, me levanté y me fui”, detalló.
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