La sentencia fue dictada este martes y dada a conocer por los camaristas Ricardo Carbajal, Jorge Carbone y Julio Duarte.
En la audiencia final, lá máxima autoridad de la Cámara confirmó además que Maximiliano Javier Batista, Miguel Ángel Echegaray y Lucas Camelino recibieron todos la pena de 8 años de cárcel tras ser considerados miembros de la asociación ilícita y coautores del delito de estafa con modalidad de delito continuado.
El fallo contempló también hacer lugar al pedido que habían realizado los hermanos Nicolás Ismael y Javier Sebastián Medina, quienes fueron absueltos en el marco de esta misma causa y habían solicitado el desbloqueo de sus cuentas.
En rigor, se indicó que Cositorto fue condenado por los delitos de jefe de la asociación ilícita y como coautor por estafa.
Cabe precisar que tanto Echegaray como Batista y Cositorto también serán juzgados en Villa María por una causa de similares características y que fue la primera en abrirse a nivel nacional.
Es por ello que los citados tres condenados fueron traidos nuevamente a Córdoba, siendo alojados en el establecimiento penitenciario de Bouwer.
En tanto, desde el Tribunal se informó ayer que Camelino podrá permanecer en libertad hasta que la condena quede firme, no obstante, deberá fijar domicilio en Goya y presentarse cada semana a la fiscalía para acreditar su situación, al tiempo que tendrá que hacer entregar de su pasaporte.
“El daño causado trasciende lo patrimonial”
Antes de pasar al veredicto, las partes involucradas (fiscalía, querella y defensas) tuvieron la posibilidad de ampliar sus alegatos durante la instancia de cesura de pena.
El fiscal Rubén Barry utilizó ese momento para traer al debate el perjuicio que le generó Cositorto a varias personas. “El señor Lezcano sacó un crédito e invirtió 7.500 dólares”, dijo, y añadió: “Una señora del campo de 74 años ingresó por recomendación de su nieta y ahora padece de depresión porque perdió los ahorros de toda su vida”.
Luego, Barry aseguró que el daño causado por las maniobras condenadas trasciende lo patrimonial porque afectó la vida personal de las víctimas y por ello pidió que las penas se ajusten a los daños causados.
Hacia la misma dirección fue el alegato de la querella, representada por Pablo Fleitas y William Maidana, quienes pidieron “acordarse que 98 víctimas sufrieron las consecuencias de esta organización y hay un dolo directo porque aprovecharon sus habilidades para estafar. Además usaron el mensaje de Dios para cometer los delitos. Mensaje que es indiscutible”.
Tras los alegatos de la defensa realizados por el doctor Guillermo Dragotto, tanto Maximiliano Javier Batista como Leonardo Cositorto se dirigieron al Tribunal.
En primer lugar, Batista se declaró inocente y afirmó; “Si las cosas se hubieran hecho de otra manera el dinero se hubiese recuperado”. Sostuvo que es un padre de familia, que no robó ni se enriqueció haciendo ese trabajo y finalizó asegurando; “Me declaro inocente, no me quedé con la plata de nadie”.
Por su parte, Cositorto pidió en primer lugar disculpas por el hecho ocurrido el viernes pasado cuando el presidente del Tribunal solicitó que lo saquen de la sala de audiencias. “Pido disculpas, soy ministro cristiano y no me levanto ante la autoridad, pero sí me levanto contra la corrupción, por eso voy a entrar como candidato a legislador por la provincia de Buenos Aires”, exteriorizó.
“Si ya nos han condenado quiero que sepan que no nos llevamos ningún dinero y quiero que nos restituyan a una situación justa”, amplió emocionado.
Y cerró: “Pido por favor que sean justos con la condena. No se respetó nunca mi principio de inocencia. Me han llevado a 8 cárceles y he sufrido torturas. Como creyente espero la justicia de dios por sobre la de los hombres”.