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Argentino recuperó el poder de fuego, justo cuando debió salir a quemar las naves

El “lobo” goleó 5-1 a Deportivo Silvio Pellico, y venía de vencer 4-1 a River del Algarrobo. Así logró escapar de la zona de descenso, pero su batalla decisiva es la que viene ante 9 de Julio

Nada resulta fácil ni predecible en el fútbol, mucho menos cuando el fantasma del descenso acecha.

Argentino fue capaz de escapar a la posición 13 (sólo 12 evitan el descenso) goleando a River del Algarrobo 4-1, y al ocupar la posición 12 sabía que necesitaría vencer a Deportivo Silvio Pellico, al que goleó 5-1 en su estadio de barrio Nicolás Avellaneda.

Recién ahora ingresó en zona de clasificación (ocupaba el noveno puesto), y para escapar del descenso le espera un partido decisivo ante el rival directo: 9 de Julio de Pasco, que ayer goleó 5-0 a Unión de Arroyo Algodón.

Si bien en el Apertura y en el Clausura el “lobo” sumó 1 punto más que el “patriota”, las 3 unidades que este le quitó en el escritorio a Alumni (lo había goleado 4-1, pero incluyó indebidamente a Juan Galleguillo) lo ubican 1 punto arriba en la tabla anual, esa que con una frialdad que aterra, indica que la mitad (12) de los participantes se irán al descenso (sí leyó bien, la mitad de los equipos de la Liga Villamariense se irán al descenso).

Se hizo cargo Argentino, y no le dejaron opción. Debía quemar las naves, y el barco parecía hundido, pero los dirigidos pro Ernesto Morello saben que ganando las últimas 4 fechas no dependen de nadie, salvo que continúen los reclamos de puntos en un torneo muy raro, en el que puede consagrarse campeón un equipo descendido (sí, leyó bien, se puede descender, y luego ser campeón).

En la Liga Villamariense todo puede pasar. Silvio Pellico venía de descender, pero si ganaba quedaba a 1 punto de Argentino en la lucha por clasificar en la zona “A”.

El inicio del partido, lo tuvo como protagonista, y después de “dar el golpe” con la Reserva (venció 2-0), Tomás Bergero desvió el primer intento del partido de Primera, al minuto de juego.

No le alcanzó con las ganas al “canario”, porque careció de argumentos para pelearle a un confundido Argentino, que se consideraba candidato al título, pero estaba en zona de descenso.

Con un 4-3-3 procuró ir al frente tras disputar 3 partidos consecutivos como visitante. Hasta el viento en contra le aportaba confusión, pero con un par de corridas de Diego Carrera, que no definió bien, se permitió lucir más agresivo.

Salteaba líneas, y no sabía como disimular que sus 3 volantes de buen pie (Lucas Giménez, con Franco e Isaías Ñañez), chocaban con 4 patrulladores del mediocampo rival, que no permitían que hicieran valer su técnica para abastecer a los 3 puntas (el regresado Funes, González y Carrera).

Le costó más de lo que indica el marcador final al “lobo”, porque la primera conexión de un volante (Isaías Ñañez) abasteciendo a un punta (Carrera) sin apelar a un pelotazo largo recién fue a los 21’, y “Cuty” elevó el mano a mano.

Lucas Giménez lanzaba desde su campo, y Carrera ganaba en velocidad, pero el arquero Lucas Simón le contuvo en dos tiempos (28’).

Ya era más, y lo ratificaría a continuación, pero aún no quebraba a un “canario”, que jugaba a lo que quería: resistir ordenadamente en su campo, sin ser vulnerado, y apostar a una rápida contra, que Ibáñez tuvo para definir, pero elevó en demasía al pisar el área.

Ese libreto se le ardió cuando reapareció el poder de fuego del “lobo”. Aramburu se conectó con González, y aunque su centro no fue bueno, Carrera ganaba siempre por izquierda, capturó el balón y le devolvió el destino. Es decir, la pelota viajó de derecha a izquierda, luego de izquierda a derecha en el área sin que ningún “canario” la rechazara, y Benjamín Aramburu la envió al fondo del arco. 1-0 (33’).

“Pulpo” Ñañez empezó a marcar los tiempos, las pausas, y el camino para que el “lobo” no sufriera, Isaías Ñañez abasteció a Carrera, pero se topó ante Simón (40’), y los nervios sumado al viento no ayudaban a que se viera una buena versión de Argentino, que terminó a los empujones con Bernardi, que se la agarró con Rodríguez cuando los roces abundaban en el mediocampo.

Esos empujones, agravios entre los bancos de suplentes, insultos y excesivos nervios pudieron finalizar si un buen centro de Funes hubiese sido enviado a la red por González, que elevó (40’).

También pudieron reproducirse si el ingresado Facundo Turina hubiera enviado al fondo del arco una asistencia de Moreno al minuto, pero su suave definición se fue junto al poste izquierdo de Luciani.

Con Turina y Quiñones por Bergero y Valentín Pérez, el “canario” procuró remontar vuelo en el partido con el Plan “B”, pero al adelantar sus filas un “lobo feroz” en ataque se lo llevó por delante.

Dejar espacios defensivos no fue una buena opción, y a los 10’ ya perdía 2-0, después de que Funes perdiera un mano a mano ante Simón (3’), González definiera sin oposición sobre el travesaño (4’), y luego desviara tras dejar en el camino al arquero, que logró incomodarlo (6’).

El gol llegaría por decantación a los 9’, tras un tiro de esquina de Carrera, que con un preciso frentazo Braian Cufré cambió por 2-0.

Ahora Silvio Pellico lucía perdido y sin fichas, porque Argentino dejó de pelear, y empezó a tocar. Unión circuitos de juego con más tranquilidad, y un taco de Isaías Ñañez encontró a Giménez presto para asistir a Franco Funes, quien sin oposición infló la red al pisar el área. 3-0 (13’).

No hacía pie el “canario”, y el “lobo” volaba. El cuarto aullido no se hizo esperar. A los 20’ el tridente ofensivo se conectó para que la pelota paseara desde los pies de Carrera para los de Funes, y González decretara el 4-0 ante Simón.

Agotó los cambios la visita con los ingresos de Brusa, Menegotto y Demichelis, quien con el olfato intacto hizo estirar a Luciani para taparle un cabezazo.

Morello eligió excluir a los soldados “heridos” con tarjetas amarillas, para que huyeran para la próxima guerra. Con poder de gol había resulto el juego previo a la gran batalla para evitar el descenso. Sin Aramburu, Isaías Ñañez y González, pero con Ledesma, Tobías Ñañez y Salinas, siguió mandando en el partido.

A los 30’ Simón le negó el gol a Salinas, pero a los 34’ Tobías Ñañez quitó, escapó en velocidad y le dijo a Funes ‘tomá y hacelo’. Y Funes abrió fuego para desangrar con el quinto grito sagrado al “canario”, que tuvo tiempo para despedirse con el gol del honor, tras una exquisita pared de Máximo Pérez, y una deliciosa definición de Federico Ibáñez a la izquierda de Luciani. 5-1 (38’).

El barco de Argentino no estaba hundido, y cuando debió quemar las naves, reapareció su poder de fuego. Con 9 gritos en 2 partidos, aún sigue navegando por aguas raras de un torneo en el que todo puede suceder en las dos próximas fechas.

Con 3 puntos de sutura, curó sus heridas, y más allá de los escritorios, en la cancha se atreve con poder de fuego a evitar el descenso y buscar la clasificación. Depende de sí mismo, y nadie dijo que será fácil, ni predecible, porque en el fútbol sólo los goles son amores, y más allá de los nervios por historias de fantasmas, brujas, traiciones, protestas, odios y rencores, el amor de los goles es más fuerte.

Arbitró Alejo Alfonso, y Argentino alistó a Leonel Luciani; Benjamín Aramburu, Facundo Ledesma, Braian Cufré y Valentín Rodríguez; Isaías Ñañez, Franco Ñañez y Lucas Giménez; Franco Funes, Facundo González y Diego Carrera. DT Ernesto Morello. En el ST ingresaron 23’ Thiago Ledesma, Tobías Ñañez y Agustín Salinas por Aramburu, Isaías Ñañez y González; y Gastón Molina y Facundo Ñañez por Cufré y Carrera.

Deportivo Silvio Pellico formó con Lucas Simón; Valentín Pérez, Agustín Conrero, Matías Souto y Diego Prado; Federico Ibáñez, Máximo Pérez, Gonzalo Ramello y Nazareno Conrero; Valentino Moreno y Tomás Bergero. DT Milton Demarchi - Mauricio Margaría. En el ST reingresaron Gabriel Quiñones y Facundo Turina por Bergero y Valentín Pérez; 21’ Rodrigo Brusa por Ramello; y 32’ Joaquín Menegotto y Luis Demichelis por Prado y Moreno.

En reserva venció Deportivo Silvio Pellico por 2-0 con goles de Federico Fasani y Matías Moyano.

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Deportivo Silvio Pellico venía de padecer el descenso, y se topó ante una versión explosiva de Argentino, que jugó a creer o reventar y lo goleó.

Deportivo Silvio Pellico venía de padecer el descenso, y se topó ante una versión explosiva de Argentino, que jugó a creer o reventar y lo goleó.