Villa María | Liliana Stefanatto |

Jueces y jurados, por mayoría, entendieron que Liliana Stefanatto murió accidentalmente

Es lo que sostuvo el abogado defensor ad hoc Rodrigo Hayas, y lo que se desprende del fallo de la Cámara del Crimen. El 20 de abril se darán a conocer los fundamentos de la audiencia

El abogado defensor ad-hoc, Rodrigo Hayas, cerró la instancia de los alegatos planteando que la muerte de Liliana Stefanatto fue “un trágico y lamentable accidente”. Antes, durante la instrucción llevada a cabo por la fiscal Juliana Companys, nunca se había planteado esa posibilidad.

El letrado transformó su alegato en una clase y, con la ayuda de la abogada Martina Roldán, presentó varias diapositivas en las que explicó detalladamente por qué consideraba que la mujer murió por accidente.

Su exposición estuvo dividida en cuatro partes:contexto social de Liliana, día del accidente, momento posterior al hecho-detención de Ignacio y autopsia.

Para explicar el contexto, puso en consideración de los presentes el examen psicológico de la víctima. Es así que señala que Liliana era una persona“compleja e inestable y muy conflictiva” (términos que están en el expediente y que son parte de las pericias solicitadas durante la instrucción).

En segundo orden, y utilizando una línea del tiempo, dio a entender que su defendido no estuvo en la casa de Liliana al momento de su muerte (según la autopsia, el deceso se produce el 1° de febrero entre las 12 y las 17 horas).

Hayas comentó que Aldeco estuvo ocupado durante la mañana trabajando (es albañil) y explicó que sus compañeros de obra pudieron dar cuenta de ello (sus declaraciones también están incluidas en el expediente).

Mostró registros de cámaras de seguridad, donde se lo ve andando en bici en varios momentos de la tarde, en circunstancias en las que salía de la obra. Hay registros a las 16.11, a las 16.14 y luego a las 16.21. Hayas también expuso que a las 16.30 horas su defendido se hizo presente en una gomería, a la que llegó supuestamente para pedir que le presten un celular. Dos testigos que lo vieron en el lugar, trabajadores de dicho comercio, declararon como parte de la investigación. “Las dos personas dicen que no tenía manchas de sangre”, expuso.

Hayas también señaló que a las 17 horas de ese lunes 1° de febrero, Aldeco fue a la casa de Liliana, y como no pudo entrar, y ella no le contestaba, fue a preguntarle a una vecina si tenía una llave del departamento de Liliana. Ante la negativa, optó por llamar al dueño de la vivienda, quien luego vino y le facilitó la llave. Aldeco entra y se da con lo peor: Liliana está sin vida. Así es como explicó Hayas el momento del hallazgo.

Sobre lo sucedido tras la detención, dijo que la sangre que se le encontró a su defendido es del momento en el que quiso socorrerla, luego de ingresar a la casa, y que no era fruto de haberla matado. Además, afirmó que hubo varias pruebas que pudieron haber demostrado la inocencia de su defendido y que no fueron llevadas a cabo como se debería.

Acerca de la autopsia de Liliana, se preguntó si es posible que por un golpe de puño se logre la fractura de cráneo de una persona, diagnóstico que se obtuvo de la autopsia. También tiró por la borda que Aldeco haya asesinado a Liliana con otro objeto, por ejemplo, un martillo o una maza. Según contó, ese tipo de elementos causarían en la víctima un hundimiento de cráneo y no una fractura, como finalmente ocurrió.

Al final, recreó lo que cree que pasó. Liliana cayó y golpeó contra el filo de la escalera, que no tenía baranda. Para su consideración, ese golpe le produjo la herida contuso cortante, la fractura de hueso frontal y temporal derecho y, en consecuencia, la hemorragia cerebral, causantes de la muerte. Para cerrar su alegato, solicitó que Aldeco sea absuelto por el hecho más grave se le enrostraba: el femicidio.

Luego de la deliberación, llegó el veredicto. Por mayoría, los jurados populares y los jueces técnicos entendieron que Liliana Stefanatto murió accidentalmente.

La última palabra del hermano: “Quiero justicia”

Por ley, familiares de las víctimas tienen derecho, en el juicio, a dar una última palabra antes del veredicto. Así fue que Fabián Alejandro Stefanatto, hermano de Liliana, fue convocado nuevamente a sentarse frente al Tribunal, como lo había hecho durante la jornada del lunes, cuando hizo lo propio pero como testigo.

“Creo que cualquier familiar directo de cualquier víctima desea que haya justicia. Yo confío en la Justicia. Por lo tanto, lo que más deseo en este momento es que haya justicia”, aseguró el hombre antes de que jueces y jurados populares ingresen en la etapa de deliberación.

Aldeco y su última palabra: “Llevo casi 26 meses sufridos”

El mismo derecho, el de la última palabra, se le concedió al imputado Ignacio Emilio Aldeco, quien indicó: “Lo único que tengo para decir es que llevo casi 26 meses sufridos y que soy 100 por ciento inocente”.