Canterano de River Plate, Rivero pasó por una cesión a Central Córdoba de Santiago del Estero en 2024, donde se destacó ganando la Copa Argentina y siendo parte del equipo que venció a Flamengo en la Copa Libertadores. Su desempeño llevó a River a interrumpir la cesión y devolverlo antes de tiempo. “Si hay un futbolista a préstamo que funciona y nos puede dar una mano, se lo rescata”, señaló Marcelo Gallardo.
Más allá de su talento, lo que sorprende es su historia personal. Apenas un año atrás, Rivero vendía alfajores, flores y cuadernos en mercados y ferias para ayudar a su familia. “Fue un proceso que me marcó la vida. A pesar de todo, jamás dejé de entrenar e ir a River”, contó en una entrevista.
Hoy, el defensor de 1,85 metros y zurdo es indiscutible en el equipo de Gallardo y agradece el apoyo de su familia: “Mi primer objetivo es poder ayudar a mi familia. Somos muy humildes y sacrificados. Lo primero que quiero es que estén mejor y puedan tener todo lo que se merecen”.
Incluso quienes lo conocieron en sus días de vendedor celebraron su logro. Hugo Basilotta, de Alfajores Guaymallén, recordó con alegría la noticia: “¡Vamos Lautarito querido, el caviar da suerte! Siempre agradecido”. La historia de Rivero demuestra que con esfuerzo y constancia, los sueños pueden hacerse realidad.
