Martín Llaryora asumió ayer como nuevo gobernador de Córdoba y prometió “austeridad” y
“progreso” en los próximos cuatro años de su gestión.
Lo hizo durante el discurso que pronunció a primera hora de la mañana de ayer en la Legislatura Unicameral, conformada por 70 legisladores.
En la ocasión, también expresó que su gobierno se enmarcará dentro de una “gran crisis histórica”, por lo que anunció un recorte del gasto político:habrá una reducción salarial de entre el 10 y el 25 por ciento para los funcionarios.
Ydestacó asimismo el achicamiento del gabinete provincial a 14 ministerios.
Una parte de los nuevos funcionarios provinciales juraron ayer en San Francisco y el resto lo hará mañana, a las 19, en el Teatro Municipal de Río Cuarto.
Pese a la crisis, Llaryora aseguró que “la obra pública no se detendrá” en la provincia.
Además se comprometió a hacer cambios en seguridad y a combatir el narcotráfico e imponer el sistema de “narco test” a los funcionarios públicos.
Yratificó la creación de las policías municipales que estarán armadas con pistolas no letales.
En lo estrictamente político, agregó que buscará ampliar el “partido cordobés”.
Tras su mensaje al parlamento cordobés, el flamante mandatario provincial viajó a Buenos Aires para participar de la asunción de Javier Milei como nuevo presidente de los argentinos.
En torno de su vínculo con la Nación, Llaryora sostuvo que espera que Milei “cumpla con las promesas al pueblo de Córdoba”, entre las que figuran la baja de las retenciones al campo, la distribución equitativa de subsidios y la actualización de los fondos para la Caja de Jubilaciones de Córdoba.
También destacó las figuras de Raúl Alfonsín, Eduardo Angeloz y Ramón Mestre, en lo que fue interpretado como un guiño a los radicales.
Entre otras cosas, Llaryora manifestó lo siguiente:
- “No es tiempo de poner palos en las ruedas, sino de sumar para que Argentina encuentre un camino de desarrollo. Debemos ser capaces de recuperar el diálogo y dejar atrás las grietas”.
- “Tanto mercado como sea posible y tanto Estado como sea necesario”.
- “Los cordobeses esperamos que el señor presidente cumpla con las promesas que le hizo al pueblo de Córdoba. No vamos a abandonar los reclamos históricos”.
- “Se va a hacer lo posible y lo imposible para que la obra pública no pare, para que salud pública mejore y la educación pública sea un estandarte de calidad y de progreso social para todos los cordobeses vivan donde vivan”.
- “Se va a poner todo el esfuerzo para que vuelva la tranquilidad a nuestra gente, no será posible sin que el gobierno nacional también asuma sus responsabilidades”.
- “No vamos a parar al narcotráfico si no se custodian las fronteras, si no se radariza todo el territorio nacional, si no se aplica la ley de derribo, si no se distribuyen las fuerzas federales”.
- “El partido cordobés es un nuevo modelo político en la historia de la provincia”.
- “No es la primera vez que me toca asumir responsabilidades ejecutivas en situaciones difíciles. Ya me sucedió en San Francisco y también en la ciudad de Córdoba y en ambas situaciones tuve que tomar decisiones valientes, complejas, pero necesarias, que luego, ustedes saben, fueron pilares para la recuperación y el progreso de ambas ciudades”.
El acto en la Legislatura fue encabezado por el presidente provisorio Facundo Torres y luego siguió la vicegobernadora Myrian Prunotto, tras jurar como tal.
En San Francisco
En horas de la tarde, en San Francisco, su ciudad natal, Llaryora recibió los atributos de mando, esto es la banda y el bastón, de parte del gobernador saliente Juan Schiaretti.
En el Superdomo sanfrancisqueño, juraron ayer el fiscal de Estado Jorge Córdoba y los ministros Manuel Calvo (Gobierno), Guillermo Acosta (Economía y Gestión Pública), Julián López (Justicia y Trabajo), Juan Pablo Quinteros (Seguridad), Horacio Ferreyra (Educación), Daniel Pastore (Vinculación Comunitaria), Pedro Dellarossa (Producción, Ciencia e Innovación Tecnológica) y Liliana Montero (Desarrollo Humano).
El mensaje de Llaryora despertó críticas en los legisladores de la oposición.