La logística es una pieza clave en el funcionamiento de la economía nacional. En la actualidad existe un debate fructífero, tanto en espacios públicos como privados, sobre las medidas tendientes a dar impulso a este sector. En el contexto de esa discusión aparece un área particularmente sensible que requiere ser atendida con sus peculiaridades: la logística farmacéutica.
Al pertenecer al segmento de la salud, la logística farmacéutica posee requerimientos especiales, dado que tiene que cumplir regulaciones y normativas a nivel local y nacional. Por lo tanto, la gestión de un operador logístico debe prever ciertos aspectos que son fundamentales para la prestación de un servicio sanitariamente aceptable, de acuerdo con requerimientos específicos.
Desde lo más superficial, como la limpieza de los locales (depósitos) y de los transportes, continuando con la inspección de posibles plagas, hasta la complejidad que implica el control de la temperatura del ambiente a la que se someten los medicamentos.
En nuestro país, estas regulaciones y disposiciones se estructuran como normativa a través del Ministerio de Salud y la Anmat. Estas entidades realizan un control de los establecimientos habilitados para tal fin, de modo que se cumplan los requisitos nombrados. A partir de esto, las Certificaciones ISO 9001, por ejemplo, que eran vistas como un avance exclusivo hoy deberían ser una condición básica para aquellos que presten este tipo de servicios.
Está claro que aún faltan regulaciones mas específicas para ciertos rubros que se encuentran en desarrollo y hoy aparecen como zonas grises al momento de encuadrar a un Operador Logístico dentro del mercado farmacéutico, pero con el correr del tiempo estas especificidades quedarán salvadas.
En tal sentido, los desafíos del sector tienen que ver con adaptaciones tecnológicas respecto de las maneras de comercialización y gestiones operativas del sector en comparación con otras regiones del mundo.
En la Argentina, el sector logístico –y particularmente la logística farmacéutica– brinda muchísimas oportunidades, y esto se debe a que se estuvo mucho tiempo sin invertir en el rubro. No obstante, de este aspecto negativo brota uno positivo, y es que estamos ante la oportunidad de reflejarnos en aquellos países que han invertido y se han desarrollado, con la ventaja de que podemos hacerlo sin cometer errores.
Está claro que la clave es innovar. Innovar sin descanso y permanentemente. Ese es el único camino para seguir manteniéndose y continuar ofreciendo servicios acordes a la realidad en la que vivimos, siempre en pos de la integración de los procesos.
En consecuencia, se presume inminente una maduración gradual del mercado, de modo que se puedan adoptar los cambios tecnológicos requeridos. Si cada actor cumple con lo que debe, se puede soñar con desarrollos realmente valiosos.
* Farmacéutico (UBA). Especialista en Ingeniería Gerencial (UTN). Gerente de Calidad de DT Logística.
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Desde lo más superficial, como la limpieza de los locales (depósitos) y de los transportes, continuando con la inspección de posibles plagas, hasta la complejidad que implica el control de la temperatura del ambiente a la que se someten los medicamentos.
En nuestro país, estas regulaciones y disposiciones se estructuran como normativa a través del Ministerio de Salud y la Anmat. Estas entidades realizan un control de los establecimientos habilitados para tal fin, de modo que se cumplan los requisitos nombrados. A partir de esto, las Certificaciones ISO 9001, por ejemplo, que eran vistas como un avance exclusivo hoy deberían ser una condición básica para aquellos que presten este tipo de servicios.
Está claro que aún faltan regulaciones mas específicas para ciertos rubros que se encuentran en desarrollo y hoy aparecen como zonas grises al momento de encuadrar a un Operador Logístico dentro del mercado farmacéutico, pero con el correr del tiempo estas especificidades quedarán salvadas.
En tal sentido, los desafíos del sector tienen que ver con adaptaciones tecnológicas respecto de las maneras de comercialización y gestiones operativas del sector en comparación con otras regiones del mundo.
En la Argentina, el sector logístico –y particularmente la logística farmacéutica– brinda muchísimas oportunidades, y esto se debe a que se estuvo mucho tiempo sin invertir en el rubro. No obstante, de este aspecto negativo brota uno positivo, y es que estamos ante la oportunidad de reflejarnos en aquellos países que han invertido y se han desarrollado, con la ventaja de que podemos hacerlo sin cometer errores.
Está claro que la clave es innovar. Innovar sin descanso y permanentemente. Ese es el único camino para seguir manteniéndose y continuar ofreciendo servicios acordes a la realidad en la que vivimos, siempre en pos de la integración de los procesos.
En consecuencia, se presume inminente una maduración gradual del mercado, de modo que se puedan adoptar los cambios tecnológicos requeridos. Si cada actor cumple con lo que debe, se puede soñar con desarrollos realmente valiosos.
* Farmacéutico (UBA). Especialista en Ingeniería Gerencial (UTN). Gerente de Calidad de DT Logística.