¿Existió alguna vez un libro llamado “Necronomicón” escrito por el árabe loco Abdul Alhazred en el siglo octavo? ¿O fue sólo una invención literaria del norteamericano Howard Phillips Lovecraft (1890-1937)?
Ramalazo de terror cósmico; manual de “espantosos” y mantras en una lengua “ominosa”; libro supremo de magia negra para convocar entidades agazapadas en el abismo del espacio-tiempo para reconquistar la Tierra. Todo eso es el “Necronomicón”, o acaso sólo sea una de las supremas bromas de la ficción. Pero tan cierto como que las brujas no existen pero que las hay, las hay; tras leer la obra lovecraftiana no queda más remedio que concluir que el “Necronomicón” existe. O que al menos debiera haber existido. Quizás bajo otro nombre o estructura. Y en este sentido, el “juego literario” sería mucho más serio aún. Y acaso macabro. Un modo de mitologizar una verdad que podría definirse así: “Fabio Zerpa tiene razón, hubo y hay alienígenas entre la gente. Sé qué quieren y de dónde son y qué hacen aquí en la Tierra”. Esas entidades, con Ctulhu y Yog Sothot a la cabeza, están haciendo contacto con las almas depravadas del planeta. Aquellas que se acercan al misal del innoble “Necronomicón” y los convocan.
Y así, basándose en este libro imaginario o no, Marcelo Schapces y Luciano Saracino se las ingeniaron para hacer una película sin antecedentes en el cine nacional. Un film que acaso esté llamado a abrir la cancha para un género tan floreciente como impensado en el país.
Una película sobre libros
Luciano Saracino es escritor de cuentos de terror, historietista y tuvo a su cargo el guión de “Necronomicón”. Y mañana dará una breve charla en el Favio antes de la proyección. Y accedió a esta entrevista exclusiva.
-Entonces ¿cómo nace “Necronomicón”?
-La idea madre de la película fue de Marcelo Schapces. Resulta que de muy joven, Marcelo comenzó a jugar con la historia del libro maldito escondido en algún sótano de la Biblioteca Nacional de Buenos Aires. Una de esas ideas que van creciendo en el alma de chico y que no podemos olvidar de grandes. Como un zahir borgeano.
-¿Y cómo entrás en escena?
-La vida nos unió con Marcelo y nos hicimos amigos enseguida. Los dos amábamos del mismo modo el terror, tanto literario como cinematográfico. Y así, como quien no quiere la cosa, un día me sugirió la idea de escribir el guión para su película. Fue una alegría inmensa... ¡Imaginar el universo de Lovecraft pero ambientado en Buenos Aires! Y así, junto a mi hermano, el novelista Ricardo Romero, pasamos varias noche regadas de cynar, escribiendo a cuatro manos la historia.
-¿Cómo linkeaste a Borges con Lovecraft?
-Porque en una carta que le escribe a un miembro de su círculo, Lovecraft menciona que hay un “Necronomicón” oculto en la Biblioteca Nacional de Buenos Aires. La carta se hizo conocida y llegó a Borges. Existe un rumor muy difundido que dice que, siendo Borges director de la biblioteca, escribió una ficha de puño y letra mencionando que el “Necronomicón”, efectivamente, estaba allí.
La imaginación del terror y del terror de la imaginación
-¿Se trató de un juego?
-Un juego entre dos geniales escritores pero a destiempo. Nosotros recogimos el guante y seguimos jugando en el código de Lovecraft pero también en el código de Borges. Por eso la película habla de los dos.
-Paradójicamente, Borges sentía cierto rechazo por el género “terror” y por Lovecraft como escritor; aunque al final le dedicó un cuento...
-Sí. Me parece que ese cuento que decís fue el modo que tuvo Borges de pedir disculpas. Quizás, al final de su vida, el escritor de Buenos Aires decidió agradecerle al de Providence los momentos que le regaló con su literatura. O quizás, como dice el título del cuento, “hay más cosas” de las que no sabemos nada.
-¿Cómo qué?
-¿Y si Borges y Lovecraft se conocieron? ¿Y si ambos formaron parte de un círculo herético dedicado a custodiar un ejemplar del libro más maldito de todos los tiempos? ¿Y si Borges se quedó ciego porque, curioso como era, decidió leer algún párrafo del “Necronomicón”? Me encanta pensar en esos términos y de esos términos está hecha la película.
-¿Cómo definirías “Necronomicón”?
-Es, básicamente, una película sobre libros. Y si me apurás, es una aventura literaria. Hay que encontrar un libro para destruirlo o para cuidarlo. En la búsqueda de ese libro nos vamos a encontrar con otros libros. Y todo el tiempo vamos a hablar de escritores que servirán de pistas o de falsos caminos. Pero la peli es, también, una historia de amor a los libros; un tratado sobre la importancia de la ficción en un mundo que se está muriendo de realidad. Y, alrededor y amén de todo esto, es también una película de terror.
-¿Cómo anduvo el film?
- “Necronomicón” se proyectó en cines comerciales de Buenos Aires y ahora está haciendo el circuito por espacios Incaa del país. También por festivales de Islandia, Barcelona, Bilbao y Atenas, donde ganó el premio al Mejor Director en el International Horrorant Film Festival.
El cine de miedo en Argentina
-¿Cómo está el cine de terror en el país?
-Está viviendo un momento de esplendor como yo no recuerdo desde que soy consumidor. “Necronomicón” salió a la cancha al mismo tiempo que otras tres películas de género que despertaron la curiosidad de miles de espectadores: “Los Olvidados”, “Luciferina” y “Aterrados”. Muchísima gente se acercó a ver qué pasaba con esos filmes.
-¿Qué aporte considerás que le ha hecho la película de ustedes al género?
-Nuestro aporte está hecho desde la mirada. Porque cada una de las películas que te nombré tiene un modo diferente de abordar el género. Y todas, en su conjunto, explican que en Argentina se puede hacer cine de terror en diversos tonos.
-¿Es un momento esperanzador para el género?
-Sí, porque no se trata de una “prueba y error” sino de una realidad. Además, se vienen otras muchas películas como “Bajo tus pies” de Cristian Bernard y la nueva que empezamos a escribir con el equipo. Pero de momento no te puedo adelantar para que no me maten y el terror no salte de la ficción a la realidad...
Iván Wielikosielek. Redacción Puntal Villa María
Comentá esta nota
Y así, basándose en este libro imaginario o no, Marcelo Schapces y Luciano Saracino se las ingeniaron para hacer una película sin antecedentes en el cine nacional. Un film que acaso esté llamado a abrir la cancha para un género tan floreciente como impensado en el país.
Una película sobre libros
Luciano Saracino es escritor de cuentos de terror, historietista y tuvo a su cargo el guión de “Necronomicón”. Y mañana dará una breve charla en el Favio antes de la proyección. Y accedió a esta entrevista exclusiva.
-Entonces ¿cómo nace “Necronomicón”?
-La idea madre de la película fue de Marcelo Schapces. Resulta que de muy joven, Marcelo comenzó a jugar con la historia del libro maldito escondido en algún sótano de la Biblioteca Nacional de Buenos Aires. Una de esas ideas que van creciendo en el alma de chico y que no podemos olvidar de grandes. Como un zahir borgeano.
-¿Y cómo entrás en escena?
-La vida nos unió con Marcelo y nos hicimos amigos enseguida. Los dos amábamos del mismo modo el terror, tanto literario como cinematográfico. Y así, como quien no quiere la cosa, un día me sugirió la idea de escribir el guión para su película. Fue una alegría inmensa... ¡Imaginar el universo de Lovecraft pero ambientado en Buenos Aires! Y así, junto a mi hermano, el novelista Ricardo Romero, pasamos varias noche regadas de cynar, escribiendo a cuatro manos la historia.
-¿Cómo linkeaste a Borges con Lovecraft?
-Porque en una carta que le escribe a un miembro de su círculo, Lovecraft menciona que hay un “Necronomicón” oculto en la Biblioteca Nacional de Buenos Aires. La carta se hizo conocida y llegó a Borges. Existe un rumor muy difundido que dice que, siendo Borges director de la biblioteca, escribió una ficha de puño y letra mencionando que el “Necronomicón”, efectivamente, estaba allí.
La imaginación del terror y del terror de la imaginación
-¿Se trató de un juego?
-Un juego entre dos geniales escritores pero a destiempo. Nosotros recogimos el guante y seguimos jugando en el código de Lovecraft pero también en el código de Borges. Por eso la película habla de los dos.
-Paradójicamente, Borges sentía cierto rechazo por el género “terror” y por Lovecraft como escritor; aunque al final le dedicó un cuento...
-Sí. Me parece que ese cuento que decís fue el modo que tuvo Borges de pedir disculpas. Quizás, al final de su vida, el escritor de Buenos Aires decidió agradecerle al de Providence los momentos que le regaló con su literatura. O quizás, como dice el título del cuento, “hay más cosas” de las que no sabemos nada.
-¿Cómo qué?
-¿Y si Borges y Lovecraft se conocieron? ¿Y si ambos formaron parte de un círculo herético dedicado a custodiar un ejemplar del libro más maldito de todos los tiempos? ¿Y si Borges se quedó ciego porque, curioso como era, decidió leer algún párrafo del “Necronomicón”? Me encanta pensar en esos términos y de esos términos está hecha la película.
-¿Cómo definirías “Necronomicón”?
-Es, básicamente, una película sobre libros. Y si me apurás, es una aventura literaria. Hay que encontrar un libro para destruirlo o para cuidarlo. En la búsqueda de ese libro nos vamos a encontrar con otros libros. Y todo el tiempo vamos a hablar de escritores que servirán de pistas o de falsos caminos. Pero la peli es, también, una historia de amor a los libros; un tratado sobre la importancia de la ficción en un mundo que se está muriendo de realidad. Y, alrededor y amén de todo esto, es también una película de terror.
-¿Cómo anduvo el film?
- “Necronomicón” se proyectó en cines comerciales de Buenos Aires y ahora está haciendo el circuito por espacios Incaa del país. También por festivales de Islandia, Barcelona, Bilbao y Atenas, donde ganó el premio al Mejor Director en el International Horrorant Film Festival.
El cine de miedo en Argentina
-¿Cómo está el cine de terror en el país?
-Está viviendo un momento de esplendor como yo no recuerdo desde que soy consumidor. “Necronomicón” salió a la cancha al mismo tiempo que otras tres películas de género que despertaron la curiosidad de miles de espectadores: “Los Olvidados”, “Luciferina” y “Aterrados”. Muchísima gente se acercó a ver qué pasaba con esos filmes.
-¿Qué aporte considerás que le ha hecho la película de ustedes al género?
-Nuestro aporte está hecho desde la mirada. Porque cada una de las películas que te nombré tiene un modo diferente de abordar el género. Y todas, en su conjunto, explican que en Argentina se puede hacer cine de terror en diversos tonos.
-¿Es un momento esperanzador para el género?
-Sí, porque no se trata de una “prueba y error” sino de una realidad. Además, se vienen otras muchas películas como “Bajo tus pies” de Cristian Bernard y la nueva que empezamos a escribir con el equipo. Pero de momento no te puedo adelantar para que no me maten y el terror no salte de la ficción a la realidad...
Iván Wielikosielek. Redacción Puntal Villa María