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Sobre balances y dársenas

Por Mariana Corradini

Comenzó a desandarse esta semana un nuevo capítulo de la novela del Balance, un tema que probablemente no despierte ningún interés entre los vecinos, pero que sí resulta relevante para una gestión.

Lo cierto es que aparece como probable que por tercer año consecutivo para esta administración municipal la aprobación será ficta, es decir, por el paso del tiempo tal como lo prevé la Carta Orgánica para cuando el aval no se produce con la sanción del Concejo.

El jueves comenzó a tratarse en la Comisión de Hacienda, que lo incorporó al orden del día justo en consonancia con el pedido para que así se haga de parte de la concejala de Juntos por Villa María, Gisele Machicado. Todavía falta, pero se intuye que será muy difícil que baje al recinto y tenga los 8 votos necesarios para la aprobación (necesita doble lectura y audiencia pública). Es que además de los propios el oficialismo tendría que sumar uno más, cosa que para este tipo de iniciativa no logró a lo largo de la gestión. 

La propia titular de Economía, Daniela Lucarelli, esta semana en diálogo con este diario admitió que es difícil que un Balance se apruebe “aisladamente” cuando no hubo aval para los previos. Señaló que no dar acompañamiento “es una cuestión política” y manifestó sentirse tranquila en relación con cómo se realizan los procedimientos, los que incluso fueron sometidos, por propia voluntad, a una auditoría externa. 

Y si del Concejo se trata, la actividad en la casona no arrancó en el primer semestre, signada por un año electoral que hundió al Legislativo local en una especie de aletargamiento del que se tiene que despertar, más teniendo en cuenta que tendrán que tratar necesariamente al menos un par de temas que despertarán polémica, como el futuro del estacionamiento medido y el aval o no al canje de Plaza Ocampo por una Ciudad Deportiva, aunque este último proyecto, a pesar de los reiterados anuncios al respecto, todavía no recaló en la sede de calle Mitre. 

Se sabe que es una propuesta que se resolverá con la actual conformación legislativa, lo que le asegura alguna chance de aprobación si se toma en cuenta como antecedente inmediato el canje del Salón de los Deportes por el estadio techado en el campus de la Universidad Nacional de Villa María. Es antes de diciembre o será una iniciativa con destino de archivo, al menos en el mediano plazo.

Sobre el estacionamiento medido, faltan menos de dos meses para que termine la concesión en manos de Federación Mercantil y todavía el oficialismo no muestra sus cartas. Y el tiempo pasa inexorable.

La oposición ancló en el tema uno de los ejes de su trabajo durante esta gestión y la anterior. En reiteradas ocasiones denunciaron irregularidades y falta de control estatal, de hecho se condicionó el acompañamiento a la Ordenanza Tarifaria 2019 a que no haya cambios en el precio de la hora, congelado en los 6 pesos desde hace tres años. Y ahora urgen para que se avance en precisiones.

Al respecto, durante la semana circuló como posibilidad que se resuelva por el lado de la municipalización del servicio, otros hablan de un nuevo llamado a licitación y están los que, incluso, se animan a aventurar un modelo de cooperativa de trabajo.

Sea lo que fuere, no podrá esquivar la incorporación de tecnología ni la modernización del sistema, más allá de que se redefinan zonas de cobro a precios diferenciados, porque precisamente ahí, en el precio, va a estar unos de los puntos de mayor discusión. Todos saben que será inviable sostener los 6 pesos para la hora de utilización de la dársena. Ese costo al menos se duplicará o triplicará. Por ejemplo, en Córdoba el precio de la hora es de 20 pesos, a la par que la empresa prestataria ya presentó el pedido para llevarlo a 25 pesos. La pregunta es, en el caso local, quién cargará con el costo político de esa suba, más para un servicio que no tiene entre los villamarienses la mejor imagen.

El panorama local se completa con la información que se conoció hace pocas horas: la resolución de la Justicia Electoral Provincial que definió que los votos blancos son votos válidos emitidos, con lo cual dejó afuera del Tribunal de Cuentas a la candidata por Juntos Es Posible, Nora Landart, y le aseguró a Hacemos por Villa María mayoría propia en el órgano de control. La actual concejala ya anticipó que apelará ante la Cámara Contencioso Administrativa, aunque aparece como bastante difícil que el reclamo encuentre eco.

Todo transcurre a dos semanas de las Paso, con Hacemos por Villa María trabajando por la boleta corta combinada con la fórmula presidencial Alberto Fernández-Cristina Fernández de Kirchner, en un panorama que parece anticipar un magro resultado para el segmento que encabeza el riocuartense Carlos Gutiérrez y que lleva en el sexto lugar a la local Nora Bedano. 

Y, por el otro lado, con el PRO en actividad por la fórmula Mauricio Macri-Miguel Pichetto, en coincidencia con el radicalismo que dejó de lado diferencias internas para encolumnarse detrás de la reelección presidencial. A todos la grieta los separa ante el escenario local, pero los une ante el nacional. 

Ésto a un ritmo que no sostiene ni por cerca la intensidad que la actividad proselitista tuvo para las elecciones provinciales ni muchísimo menos para las municipales.

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