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Una voz en el teléfono

La encuesta midió a Rosso, Bovo, Costa, Carignano, De Falco y Rodríguez  (oficialismo); Machicado, Capitani, Zazzetti y Bustamante (oposición). La encuesta incluía una pregunta clave: se consultaba si en junio Gill debía volver a la intendencia, extender la licencia  o llamar a elecciones. Por Martín Alanis

Algunos se preguntan si en Villa María habrá elecciones municipales en 2020, otros lo afirman y otros lo niegan. La incógnita se instaló desde el mismo momento en que el intendente Martín Gill tomó licencia por seis meses.

Más allá de las especulaciones propias de un contexto de incertidumbre política, la realidad comienza a dar indicios. Decenas de villamarienses respondieron en las últimas horas encuestas telefónicas (al fijo de su domicilio) en la que se consultaba sobre nombres y apellidos de posibles candidatos a intendente del oficialismo y de la oposición. 

También se preguntaba sobre la decisión final que deberá tomar Gill a mediados de año.

La encuesta, que tuvo una serie de consultas sobre la política local y nacional, concluía con una lista de nombres en la que no aparecían mencionados los principales referentes del justicialismo, el propio Gill ni Eduardo Accastello. Pero sí el resto de los principales dirigentes oficialistas y opositores. 

En el oficialismo se preguntaba por José Carignano, Eduardo “Tati” Rodríguez, Carlos De Falco, Marcos Bovo, Pablo Rosso y Raúl Costa (no hay ninguno identificado directamente con el accastellismo, que asegura que propondrá un nombre). En la oposición se indagaba por los macristas Darío Capitani y Juan Zazzetti, la juecista Gisele Machicado y el radical Gustavo Bustamante.

El oficialismo, uno a uno

Algunos de los nombres citados ya fueron escritos en esta misma columna dominical, otros representan una novedad. Entre los primeros figuran el intendente interino Pablo Rosso, el secretario de Gobierno Eduardo Rodríguez y el exconcejal José Carignano. Sorprende que no se mida al jefe de Gabinete, Héctor Muñoz, otro de los que mantienen expectativas.

En el segundo grupo se inscriben el concejal Carlos De Falco, el secretario de Comunicaciones de la Provincia Marcos Bovo y el síndico y excandidato a intendente Raúl Costa (se postuló semanas atrás con el apoyo de su grupo partidario).

Gill quiere a Rosso como candidato, por eso lo ubicó como titular del Departamento Ejecutivo a pesar de la escasa aceptación que tuvo entre los concejales (apenas 4 votos frente a 7 abstenciones). Sin embargo, como ya se dijo en otras oportunidades en esta opinión, el designado para competir en una posible elección se definirá a través de encuestas. Y esta es la prueba concreto de ello. El oficialismo no arriesgará la intendencia con un candidato que no mida en la previa, ya lo demostró en 2015. El dedo puede servir para listas de concejales, no para encabezar una fórmula. 

Además de los números, el oficialismo tendrá una dura puja interna entre gillistas y accastellistas, con la mediación de Nación y Provincia. Esta semana Accastello pidió que Gill regrese a la intendencia en junio y Muñoz lo cruzó. Una muestra pública de lo que sucede en la vida privada diaria del oficialismo/peronismo.

El encolumnamiento de Córdoba en el PJ nacional tras casi una década no dejará margen para divisiones locales. El acuerdo Alberto Fernández-Juan Schiaretti bajará a la ciudad en caso de que la interna se recaliente en los próximos meses.  

La oposición, uno a uno

La UCR quiere un candidato de ADN radical. Sus núcleos internos trabajan en una lista de unidad para las internas de mayo. El centenario partido quiere “a todos adentro” en la nueva conducción. No obstante, algunos dirigentes reconocen que no tienen una figura con conocimiento popular para lanzar a la cancha. Por eso, el único encuestado es Gustavo Bustamante, quien en las últimas elecciones apenas obtuvo el 5% de los votos. No hay otro nombre que asome como “candidateable”.

Los macristas Juan Zazzetti y Darío Capitani se encuentran en una mejor línea de largada. Capitani, hoy en la Unicameral, tiene una larga trayectoria en la política local y es el principal armador opositor. Zazzetti tiene la ventaja de haber competido por la intendencia en dos ocasiones y su conocimiento público es muy alto.

Sí sorprende el nombre de la juecista Machicado. La única mujer encuestada. Su férreo rechazo al canje de Plaza Ocampo por la Ciudad Deportiva la ubicó en un lugar central en los últimos meses del año pasado.

Fuentes consultadas por este diario, de los tres partidos, coinciden en el diagnóstico pero no en las soluciones. Solamente unidos pueden vencer al oficialismo, aunque no se ponen de acuerdo en la forma de elegir el candidato (si por encuestas o por consenso).

La gran pregunta

Finalmente, esta encuesta telefónica marcaba tres opciones para junio. El sábado 27 es la fecha límite para que Gill regrese o no a la intendencia. 

Concretamente se preguntó si debía volver,  extender la licencia o llamar a elecciones. Desde el mismo momento en que una pregunta así se incluye en el cuestionario es porque la decisión final no se encuentra cerrada.

En off de record, la mayoría de los dirigentes consultados afirman que Gill continuará en el gobierno nacional. Pero algunos señalan que dependerá de la marcha del Municipio y de la interna partidaria local en los próximos meses. “Si se complica, no le va a quedar otra que volver”, dijo una fuente consultada por este diario.

La semana que acaba de terminar inició con la apertura de sesiones, en la que Rosso dio su primer mensaje. Luego siguió con una serie de actividades en la ciudad, en la Provincia y en la Nación. Los flashes le apuntan al decano de la UTN, mientras que en el detrás de escena se resuelven los hechos políticos más importantes.

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