Con el auditorio de la Sociedad Rural abarrotado, la Asociación Regional Centro de Control Lechero presentó datos estadísticos obtenidos en tambos en la provincia. El encuentro sirvió además para presentar un software realizado por técnicos de 4 universidades nacionales –entre ellas la de Villa María- tendiente a medir el impacto económico de la mastitis bovina.
Uno de los disertantes, Alejandro Larriestra, subrayó que en 180 tambos analizados el 50 por ciento de las vacas padece mastitis subclínica (no detectada), situación que lleva a una pérdida de casi 3 litros de leche por día. En la otra presentación Carlos Sola destacó que la cantidad de animales está decreciendo en los rodeos, aunque aumenta su productividad.
“Hace mucho que estamos trabajando en este tema, lo que pasa que ahora desarrollamos un software que permite contar con una gran cantidad de datos de todos los tambos incluidos en el Control Lechero y podemos analizar el impacto económico de ese conjunto, que actualmente son alrededor de 180. Vamos a ampliarlo a los de Trenque Lauquen y quizás a Santa Fe, una base de datos de unos 600 tambos a nivel nacional, para evaluar el impacto económico de todos ellos. Ese será quizás el estudio de mayor envergadura hasta el momento”, señaló Larriestra, quien se desempeña como docente e investigador en la carrera de Medicina Veterinaria que la Universidad Nacional de Villa María dicta en la localidad de Villa del Rosario.
“El software está desarrollado. También trabajamos sobre un sistema de simulación que permitirá ver la enfermedad en el tiempo, que va a estar para fin de año. Avaco (así se llama el programa) en principio es una calculadora que ya está disponible en línea. El sistema conecta los datos, monitorea en el tiempo la enfermedad y le permite al productor intervenir y observar cómo cambia la frecuencia de la enfermedad, por un lado, y el resultado económico, por el otro”, añadió.
Los datos relevados tienen que ver con la producción individual, características de las vacas y diagnóstico de mastitis clínica, entre otros. El sistema emite automáticamente un reporte.
“El programa es de dominio público. Ha sido desarrollado por 4 universidades nacionales, la de Villa María, Río Cuarto, La Pampa y Buenos Aires. También colaboró gente de Conicet. La idea es que sea adoptado por los productores”, indicó el docente.
Sobre el impacto económico de la enfermedad, Larriestra dejo un dato muy fuerte que surgió a partir de la información relevada en los tambos en los últimos años.
“Las vacas están perdiendo casi 3 litros por día. En esto hay mucha variabilidad, porque hay tambos que pueden estar en 1,5 litros, pero en 5. Ese es el rango de posibilidades. Y hay que tener en cuenta que en general el 50 por ciento de las vacas tienen mastitis subclínica, o sea, poseen la enfermedad pero no se la ve. Por eso hay mucho que hacer en el control, sobre todo porque se trata una enfermedad que se conoce mucho. Se debe tomar conciencia y adoptar el plan de los 5 puntos” (programa de control de la mastitis que incluye no solo el control de las vacas sino de los elementos que intervienen en el proceso de ordeño).
Larriestra agregó sobre ese aspecto que “hay productores que lo que lo adoptan sistemáticamente y otros no, por lo tanto el paso posterior es verificar quien hace los planes y después plantear un programa de transferencia tecnológica”.
Tendencia
El médico veterinario Carlos Sola indicó que la intención del encuentro fue presentar los datos generados por la Asociación Regional Centro para marcar las tendencias que muestran los rodeos.
“La idea es ver qué estamos haciendo con las vacas, cuándo crecen, cómo son sus partos, sus porcentajes de crías hembras. Analizar si las terneras a los dos años están dando leche, cuánta y si no lo hacen qué pasa. Y además qué significa eso en el bolsillo. En general en la producción lechera hay tantas variables diarias que se juntan que es muy difícil seguirlas sin un protocolo o metodología. Y eso debiera ser el GPS de nuestra producción, porque tal vez lo que a mí me sirve no le sirve a otro por condiciones de infraestructura, raza, sistema nutricional, genética y demás”, indicó.
Sobre los datos duros que emergen del análisis realizado en una gran cantidad de tambos incluidos en Control Lechero, el profesional expresó que “está decreciendo la cantidad de animales, pero productivamente vienen trabajando muy bien, dan buena cantidad de leche. Se observa también que en la reproducción se pierden algunos centavos por litro de leche producida y que las terneras, en algunos casos, pierden hasta 30 o 40 centavos por litro simplemente porque la recría no llega en tiempo y forma”.
Frente a la elocuencia de la información, Sola insistió en que los productores “deben saber dónde están parados y para ello tienen que contar con herramientas. En un tambo chico puede ser hasta una libretita; en los grandes se hace más difícil, pero en definitiva requieren un sistema, cualquier sea, que permita tomar registro y hacer una comparación con resto para ver como está”.
Pablo Correa
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“Hace mucho que estamos trabajando en este tema, lo que pasa que ahora desarrollamos un software que permite contar con una gran cantidad de datos de todos los tambos incluidos en el Control Lechero y podemos analizar el impacto económico de ese conjunto, que actualmente son alrededor de 180. Vamos a ampliarlo a los de Trenque Lauquen y quizás a Santa Fe, una base de datos de unos 600 tambos a nivel nacional, para evaluar el impacto económico de todos ellos. Ese será quizás el estudio de mayor envergadura hasta el momento”, señaló Larriestra, quien se desempeña como docente e investigador en la carrera de Medicina Veterinaria que la Universidad Nacional de Villa María dicta en la localidad de Villa del Rosario.
“El software está desarrollado. También trabajamos sobre un sistema de simulación que permitirá ver la enfermedad en el tiempo, que va a estar para fin de año. Avaco (así se llama el programa) en principio es una calculadora que ya está disponible en línea. El sistema conecta los datos, monitorea en el tiempo la enfermedad y le permite al productor intervenir y observar cómo cambia la frecuencia de la enfermedad, por un lado, y el resultado económico, por el otro”, añadió.
Los datos relevados tienen que ver con la producción individual, características de las vacas y diagnóstico de mastitis clínica, entre otros. El sistema emite automáticamente un reporte.
“El programa es de dominio público. Ha sido desarrollado por 4 universidades nacionales, la de Villa María, Río Cuarto, La Pampa y Buenos Aires. También colaboró gente de Conicet. La idea es que sea adoptado por los productores”, indicó el docente.
Sobre el impacto económico de la enfermedad, Larriestra dejo un dato muy fuerte que surgió a partir de la información relevada en los tambos en los últimos años.
“Las vacas están perdiendo casi 3 litros por día. En esto hay mucha variabilidad, porque hay tambos que pueden estar en 1,5 litros, pero en 5. Ese es el rango de posibilidades. Y hay que tener en cuenta que en general el 50 por ciento de las vacas tienen mastitis subclínica, o sea, poseen la enfermedad pero no se la ve. Por eso hay mucho que hacer en el control, sobre todo porque se trata una enfermedad que se conoce mucho. Se debe tomar conciencia y adoptar el plan de los 5 puntos” (programa de control de la mastitis que incluye no solo el control de las vacas sino de los elementos que intervienen en el proceso de ordeño).
Larriestra agregó sobre ese aspecto que “hay productores que lo que lo adoptan sistemáticamente y otros no, por lo tanto el paso posterior es verificar quien hace los planes y después plantear un programa de transferencia tecnológica”.
Tendencia
El médico veterinario Carlos Sola indicó que la intención del encuentro fue presentar los datos generados por la Asociación Regional Centro para marcar las tendencias que muestran los rodeos.
“La idea es ver qué estamos haciendo con las vacas, cuándo crecen, cómo son sus partos, sus porcentajes de crías hembras. Analizar si las terneras a los dos años están dando leche, cuánta y si no lo hacen qué pasa. Y además qué significa eso en el bolsillo. En general en la producción lechera hay tantas variables diarias que se juntan que es muy difícil seguirlas sin un protocolo o metodología. Y eso debiera ser el GPS de nuestra producción, porque tal vez lo que a mí me sirve no le sirve a otro por condiciones de infraestructura, raza, sistema nutricional, genética y demás”, indicó.
Sobre los datos duros que emergen del análisis realizado en una gran cantidad de tambos incluidos en Control Lechero, el profesional expresó que “está decreciendo la cantidad de animales, pero productivamente vienen trabajando muy bien, dan buena cantidad de leche. Se observa también que en la reproducción se pierden algunos centavos por litro de leche producida y que las terneras, en algunos casos, pierden hasta 30 o 40 centavos por litro simplemente porque la recría no llega en tiempo y forma”.
Frente a la elocuencia de la información, Sola insistió en que los productores “deben saber dónde están parados y para ello tienen que contar con herramientas. En un tambo chico puede ser hasta una libretita; en los grandes se hace más difícil, pero en definitiva requieren un sistema, cualquier sea, que permita tomar registro y hacer una comparación con resto para ver como está”.
Pablo Correa