Ayer, el hasta ahora premier Édouard Philippe formalizó su renuncia ante Macron, "que la aceptó", informaron fuentes de la Presidencia, antes de que el propio mandatario anunciara en una entrevista con medios locales que Castex lideraría al Gobierno en un nuevo período en el que su política será más social y con un componente más ecológico.
Poco después, en un comunicado, el político conservador de 55 años, que desde 2008 es alcalde de Prades, un municipio de los Pirineos Orientales, anunció que aceptó el nombramiento "dadas las circunstancias excepcionales" que enfrenta el país y dijo ser consciente de "la inmensidad de la tarea".
El pase de poder entre Philippe y Castex tuvo lugar ayer a la tarde en el parisino Palacio de Matignon, residencia del primer ministro, en un acto marcado por la crisis provocada por el Covid-19.
"Hoy, como decidió el presidente de la República, el Gobierno inicia una nueva etapa, que será en gran parte dictada por un contexto que es nuevo, pesado y difícil", dijo Castex en su discurso de asunción.
"La crisis sanitaria lamentablemente no ha terminado; la crisis económica y social ya está aquí", agregó el flamante premier, quien instó a "reunir a la nación" para hacer frente a esta situación.
Castex destacó, asimismo, los logros del gabinete saliente y la labor de Philippe durante estos tres años que, a su criterio, "quedarán marcados en la historia" del país.
Si bien señaló que ambos tienen "estilos diferentes", estimó que comparten una "comunidad" de valores democráticos y republicanos.
Philippe, visiblemente emocionado, agradeció sus palabras y deseó "buena suerte" a su sucesor ante la "pesada carga" que, a su juicio, supone dirigir el Gobierno.
"Conociendo su sentido político y su rigor intelectual, no tengo dudas que sabrá hacerle frente", concluyó.
La composición del nuevo gabinete debería conocerse antes del próximo miércoles, día en que se celebrará la reunión de ese cuerpo.
Asociado a una derecha social y moderada, Castex ocupó varios puestos regionales y algunos de segundo nivel en diversos ministerios, como el de secretario general adjunto de la Presidencia durante la gestión de Nicolas Sarkozy entre 2011 y 2012.
Miembro del partido Los Republicanos, se había mantenido alejado del oficialismo hasta septiembre de 2017, cuando pasó a ser delegado interministerial para la organización de los Juegos Olímpicos de París de 2024; una función que abandonó en abril pasado cuando recibió el encargo de diseñar la estrategia de salida de las restricciones aplicadas por la crisis del nuevo coronavirus en Francia.
De esta manera, Macron apuesta por un perfil técnico, un hombre en las sombras que hasta hace unos meses apenas era conocido por el público, para dirigir el giro que quiere dar a su nuevo mandato en los dos años que quedan hasta las presidenciales.
Muy apreciado por su capacidad de gestión, tanto entre políticos de derecha como de izquierda, su nombramiento es interpretado como un paso al frente del propio Macron, que optó por designar como nuevo primer ministro a un dirigente con perfil de hacedor más que político.
Una decisión que, sin embargo, causó polémica entre la oposición.
"Podíamos esperar un cambio político, pero es tecnocrático", estimó el presidente de Los Republicanos, Christian Jacob, que también aludió a la "traición" de Castex, quien decidió renunciar ayer al partido como consecuencia de su nombramiento.
Para Olivier Faure, primer secretario del Partido Socialista, esta elección de Macron confirma "sin sorpresa" el rumbo que desea tomar el primer mandatario francés.