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El Mono Burgos: un loco lindo

​Germán Adrián Ramón Burgos nació en Mar del Plata el 16 de abril de 1969. Con el paso de los años su vida personal y deportiva se puede presentar en un collage de hechos y declaraciones que se mezclan con atajadas, goles en contra y melodías musicales, sin faltar la cuota de momentos duros que le tocaron vivir al Mono.

Germán Adrián Ramón Burgos nació en Mar del Plata el 16 de abril de 1969. Con el paso de los años su vida personal y deportiva se puede presentar en un collage de hechos y declaraciones que se mezclan con atajadas, goles en contra y melodías musicales, sin faltar la cuota de momentos duros que le tocaron vivir al Mono. Tanto su niñez como la adolescencia las pasó en La Feliz, de forma tranquila y entrenando siempre como arquero en diversos equipos de fútbol locales. Por ese entonces salía con su novia de la secundaria, Sandra, con la que posteriormente se casó. Comenzó su carrera como arquero jugando en Florida de Mar del Plata, un equipo de tercera división en el cual fue visto por entrenadores de Ferro, que decidió contratarlo al poco tiempo.

Su debut en Primera División fue el 3 de septiembre de 1989 en el partido que Ferro perdió con Newell's 1 a 0. Ese primer gol se lo hizo de tiro libre el Panza Videla. El domingo anterior, como muchos otros desde el 30 de agosto de 1987, el Mono había estado en el banco de suplentes, esperando detrás de Fabián Cancelarich, y menos, a veces, de Alberto Vivalda. En Ferro jugó 104 partidos. El último, contra Deportivo Español, empate en uno, el 20 de marzo de 1994.  En ese año pasó a River.

El Millonario decidió ficharlo tras las buenas actuaciones en Ferro. El 7 de septiembre debutó con la casaca de la banda en la Supercopa Sudamericana contra Nacional de Montevideo. Un partido especial en la historia del club. Regresaba el ídolo local, Enzo Francescoli. Con el “25” en la espalda, empezó la carrera de Burgos con la Banda Roja.

Con River ganó los títulos Apertura de 1994 (terminando este torneo sin haber perdido ningún partido), la Libertadores 1996 (en la que tuvo una destacada actuación en la primera final parando un penal clave), el Apertura de ese año, los dos torneos locales del 97 y la Supercopa Sudamericana del 97, en la que derrotaron en las finales al San Pablo con tantos de Marcelo Salas en el segundo partido.

Ese equipo era con Burgos; Hernán Díaz, Celso Ayala, Berizzo y Placente; Monserrat, Astrada, Sorín y Gallardo; Salas y Francescoli. Esa noche entraron también Gancedo, Escudero y Solari. El técnico era Ramón Díaz.

Estuvo en el plantel de la selección en los mundiales 98 y 2002. Jugó un total de 38 partidos con la Nacional, habiendo debutado con Passarella de técnico, en Córdoba, el 31 de mayo del 95, en un amistoso ante Perú, triunfo argentino, uno a cero, gol de Fabbri. Su primera selección fue con él; Zanetti, Roberto Ayala (Sorín), Fabbri y Schurrer; Bassedas (Escudero), Astrada, Berti y Gallardo (Asad); Ortega y Claudio López.

Hay varias curiosidades en la vida de Burgos. Paralelamente a su desempeño como futbolista profesional, Germán Burgos emprendió una carrera como cantante de rock, la cual dio comienzo con La Piara, a principios de la década de 1990 en Buenos Aires, luego rebautizados como Burgos Simpatía. “Jaque al rey”, el álbum debut de Burgos Simpatía salió a la venta en 1999, mientras que en el año 2000 apareció “Fasolera de Tribunas”.

En 2002, con Germán ya en Madrid, la formación del grupo cambió y pasó a llamarse The Garb, en honor a las iniciales del arquero. El 26 de diciembre de 2002 presentaron el tercer CD de Burgos, “Líneas calientes”, mientras que en 2005 hacen lo propio con “Abismos”.

En 1999 se fue a España y jugó en el Mallorca dos temporadas. En esta etapa de su carrera futbolística Germán Burgos pensó en dejar el fútbol puesto que sus inclinaciones musicales eran más fuertes. Allí tuvo como técnicos primero a Roberto Mario Gómez, el argentino, y luego a Luis Aragonés. Una suspensión de 11 meses por una agresión no advertida en un partido ante el Espanyol de Brindisi hizo que su paso por Mallorca no fuera lo exitoso que se esperaba y el puesto quedó en manos de Leonardo Franco.

En 2001 fichó por el Atlético de Madrid, equipo con el que logró ascender a Primera División en su primera temporada, también con Aragonés de entrenador, y en el que colgó los guantes en la campaña 2003/04.

A principios del año 2003 se le diagnosticó un cáncer de riñón que lo tuvo fuera del fútbol durante unos meses. En una entrevista comentaba su reacción al conocer la noticia con su humor habitual: “Fue algo inesperado. Vienen un día y te dicen: ‘Te tienes que operar, es cáncer’. Yo tenía que jugar ese fin de semana contra el Mallorca y le dije al doctor: ‘Mejor me opero el lunes’. Pero los médicos y el técnico me dijeron que me tenía que operar ya y decidimos hacerlo lo más rápido posible y fue acertado”.

Llegó el retiro. Su actividad musical que siguió y apariciones periodísticas en Radio Nacional de España y en algún programa de reality.

Desde el verano de 2011 y hasta diciembre del mismo año formó parte del equipo técnico de Racing, como ayudante de campo de Diego Simeone. La dimisión del Cholo, el 19 de diciembre de 2011, provocó que cuatro días después se confirmara que Simeone sería el nuevo técnico del Atlético de Madrid, por lo que restaba de temporada y la siguiente. Así, desde diciembre de 2011 es el ayudante de campo del Cholo en el Atlético de Madrid. El club consiguió, desde su llegada, una Europa League, una Supercopa de Europa, una Copa del Rey, una Liga y una Supercopa de España, además de haber llegado a la final de la Champions League en dos ocasiones.

Quedará por siempre el recuerdo del gol que le marcó Chilavert, de Vélez, contra River desde media cancha. Sobre el paraguayo dijo alguna vez a El Gráfico, ante la pregunta de si había sido su “bestia negra”: “No. Yo terminé de hacerme arquero con él, con esos choques, porque a mí no me pudo vencer. Nunca lo enfrenté verbalmente. Sabía que, si me metía ahí, perdía. Así se los comió a todos, pero conmigo no pudo. Estratégicamente, fuera de la cancha, jugué mi juego. Ahí se vio mi personalidad, yo seguí saliendo campeón”.

"De no haber sido futbolista a mí me habría gustado ser mujer de futbolista", expresó alguna vez. Respecto de la relación con su amigo Simeone, estimó: "El papel de primer y segundo entrenador es como esos dúos de las películas de éxito. Los dos somos de carácter fuerte. Pero mi función es equilibrarlo a él. Liberarlo de dudas, de ansiedades. Yo no dudo. Nunca. Cuando vas con la verdad por delante, no dudás. Mi papel es decirle la verdad: están para jugar este, este y este".

Y una fenomenal: "¿Hay algo más allá del fútbol?", le preguntaron al Mono. "Difícil. No me gusta nada que no sea fútbol", definió. "Llevame a un partido de tenis, te estás meando y no podés salir, pasa un avión y no se juega, no podés hablar ni fumar... Esos son todos problemas para el espectador. Imaginá el básquet: los tienen cuatro horas encerrados ahí y cuando salen no saben si se hundió el subte o hubo una guerra mundial".

Germán Burgos. ¡Tanto por contar! Un personaje entrañable. Querible.

Un loco lindo, que le pelea a la vida, en cada momento.

 

                 Osvaldo Alfredo Wehbe

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