Vecinos del complejo de favelas Penha recuperaron más de 50 cadáveres un día después del operativo policial más letal de Río de Janeiro, que se centró en frenar a una importante banda criminal, elevando la cifra de muertos por encima de 120, según medios internacionales.
Las autoridades estatales habían informado que al menos 64 personas, incluidos cuatro policías, fallecieron durante los operativos, mientras 81 resultaron detenidas. Sin embargo, los residentes trasladaron al menos 56 cuerpos a la plaza São Lucas, buscando familiares desaparecidos, lo que no estaba reflejado en el conteo oficial.
Durante la madrugada, los vecinos calificaron la intervención como “una masacre” y se manifestaron con gritos de “¡asesinos!”. El despliegue involucró 2.500 agentes, y los enfrentamientos con el grupo Comando Vermelho incluyeron tiroteos intensos y ataques con granadas lanzadas desde drones.
El Comando Vermelho, activo desde 1979, se dedica al tráfico de drogas y armas, y es solo superado por el Primer Comando de la Capital (PCC) de São Paulo. La operación se produjo días antes de que Río reciba eventos internacionales vinculados a la COP30, incluyendo la cumbre C40 de alcaldes y el premio Earthshot, repitiendo el patrón de intervenciones previas a grandes encuentros globales en la ciudad.