Policiales | pandemia | judiciales | penal

Se restringieron "al máximo" las visitas en el penal villamariense

En el marco de la pandemia de coronavirus, el juez de Ejecución Penal, Arturo Ferreyra, explicó cómo se atraviesa la situación en la cárcel. Por estos días, los internos cuentan con más tarjetas telefónicas para comunicarse con sus allegados

El martes 17 de marzo se toman algunas medidas: el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) dispone un receso judicial extraordinario por la pandemia de coronavirus que ya por aquellos días, uno imagina, se prolongará. En el Establecimiento Penitenciario N° 5 (EP5), ubicado en barrio Belgrano, también se toman recaudos: no más de dos personas pueden visitar a cada interno, a todo el personal que ingresa se le controla la temperatura y se desinfectan pabellones.

El jueves, dos días después, se anuncia que desde la medianoche del viernes 20 el aislamiento social, preventivo y obligatorio rige para absolutamente todos. El domingo 29 se supo lo que se estimaba: el presidente Alberto Fernández dijo que la cuarentena se prorroga hasta el fin de la Semana Santa.

En ese marco, PUNTAL VILLA MARÍA dialogó con el juez de Ejecución Penal, Arturo Ferreyra, para conocer cómo cambió la situación en la penitenciaría local a partir de las diferentes decisiones que se conocieron en los últimos días.

“El EP5 está funcionando en condiciones normales, está en una situación general, gracias a Dios, de salud buena”, indicó al inicio de la conversación. Sin embargo, precisó que una de las resoluciones de mayor importancia, dictada por la Dirección de Administración del Servicio Penitenciario, es la de “restringir al máximo” la entrada de todos aquellos que habitualmente se llegan a la cárcel.

Al respecto, la autoridad recordó que él mismo dejó de ir los miércoles, días en los que generalmente visitaba el espacio para estar en contacto con los internos, y pasó a atender los requerimientos de las personas privadas de la libertad telefónicamente.

Sobre las visitas

Las visitas, se sabe, priman sobre cualquier otro aspecto. En esta dirección, Ferreyra contó que hubo consenso: se habló con los internos y se les explicó la coyuntura actual para evitar malestar entre la población carcelaria.

Sobre este punto, el juez expresó: “Se fue hablando en cada pabellón. Fue una tarea que no hice yo, sino que la hizo el director. Ha sido un trabajo arduo porque fue reunirse con cada pabellón, con cada grupo de internos y explicarles la situación mundial y nacional de salud y el riesgo para todos que significaba el contagio masivo del virus”.

En consonancia con las visitas, también explicó que, de algún modo, el panorama era previsible: al ordenarse la cuarentena, indefectiblemente, las familias no pueden salir de sus casas para acercarse hasta el establecimiento porque incumplirían con el decreto.

Hubo una excepción: la gente que viajó sin saber que el aislamiento iba a efectivizarse, cuando llegó al penal, pudo entrar. Pero fue la última vez, “para no perjudicar más la situación”.

A pesar de verse restringidas las visitas, Ferreyra comentó sobre una determinación que sirve, momentáneamente, para sobrellevar dichas circunstancias: “Lo que hizo el servicio penitenciario fue asignarles una mayor cantidad de tarjetas telefónicas para que ellos (los internos), desde los teléfonos públicos que hay en cada uno de los pabellones, puedan comunicarse con mayor facilidad y asiduidad con sus familiares”. Y añadió: “En ese camino estamos trabajando y gracias a Dios hasta ahora el penal está sin ningún tipo de contagio”.

Lo que se sigue recibiendo son los paquetes con mercadería: yerba, arroz, cigarrillos —hay un listado de los productos que están prohibidos (Ferreyra ejemplificó con frutas como las naranjas, porque se les puede meter algo dentro, o las manzanas, porque se pueden destilar)—.

Prisiones domiciliarias y libertades condicionales

“Hasta ahora, en lo que va de la cuarentena, se otorgaron seis libertades condicionales que venían tramitándose. Se han rechazado y están en trámite rechazar otras tantas”, detalló el funcionario.

Por otro lado, agregó: “Debe haber unos diez pedidos de prisión domiciliaria con motivo del coronavirus que se están tramitando. Se han pedido los informes a los distintos organismos técnicos y, en principio, también sé que hay varios pedidos de cese de prisión en la Cámara del Crimen que los están tramitando también”.

Finalmente, resaltó que las personas privadas de la libertad “están más cuidadas que si estuvieran en sus casas”. En este sentido, manifestó que, frente a cualquier sospecha de enfermedad, se las traslada al Hospital Regional Pasteur. “Si fuere coronavirus se lo va a trasladar al Rawson, con lo cual estamos todos muy alertas y pendientes de que el penal conserve el máximo nivel de salud”, concluyó.