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Más juegos y menos pantallas: un proyecto que tomó vuelo en los recreos del San Alberto

Dos preceptores del colegio diocesano promueven que chicos se diviertan jugando jenga, ajedrez, tejo, pata tenis y strike 360. Dicen que hay menos conflictos y que los alumnos vuelven al aula más distendidos

A mediados del año pasado, los preceptores del Instituto Diocesano San Alberto Magno, Franco Santopolo y Juan Olmedo, se pusieron a pensar en la cantidad de horas que los jóvenes le dedican a los celulares y en cómo ese fenómeno interfiere a la hora de relacionarse entre pares, por ejemplo en los recreos.

“Veíamos que los chicos salían al recreo, agarraban su celular y que cada uno estaba en la suya, y notábamos que en ese momento no había interacción entre ellos. Nos parecía extraño, porque la idea del recreo no es esa, sino todo lo contrario. El recreo es para relajarse, distenderse y aprovechar del patio y la naturaleza”, aseguró Olmedo, en diálogo con Puntal Villa María.

Y agregó: “Veíamos que algunos pibes interactuaban pero de manera digital, es decir, estaban uno al lado del otro, cada uno con su celular, en línea y usando la misma plataforma”.

Cuando los preceptores notaron que empezaban a aparecer casos de chicos que realizaban apuestas en casinos online, pusieron manos a la obra. “Lanzamos un bono contribución con un valor de mil pesos. A cada alumno le dimos diez numeritos para que los vendan. Algunos llegaron a vender más de los que tenían. Así fuimos juntando dinero que nos permitió acceder a diferentes juegos y propuestas, y pudimos comprar ajedrez, damas, tejo y bádminton”, mencionó Olmedo, quien dentro de la institución también da clases de educación física.

Así fue como nació el proyecto “Recreos pedagógicos”, propuesta que apunta a generar más instancias de encuentro en las horas libres, haciendo que baje el aislamiento y la exposición a las pantallas, fortaleciendo entonces el trabajo en equipo y la conexión entre pares.

“Después que empezamos a implementarlo, notamos efectos muy positivos, como por ejemplo que se redujo notablemente el conflicto entre los chicos. Además, ellos empezaron a entender que estaban jugando juegos en los que había reglas y que se debía respetar un orden. Fue ahí cuando vimos que los conflictos empezaban a resolverse a través del diálogo”, manifestó Santopolo.

Según apuntó, otro aspecto positivo que notaron fue el intercambio entre chicos de años más grandes y alumnos que recién empezaban, algo que antes era poco común. “Se generó un clima institucional muy positivo”, recalcó el preceptor, quien a su vez también se encuentra a cargo de la materia Antropología.

Asimismo, destacó que la propuesta también desarrolla la psicomotricidad del alumno. “Eso se ve por ejemplo en el tejo. La acción de lanzar el disco involucra un montón de cuestiones, como son el cálculo de la distancia, el tiempo, el equilibrio. En ese juego también es necesario acordar con el compañero para ver quien tira primero, genera toda una estrategia que contribuye a la cuestión pedagógica”, comentó.

A su vez, precisó que los resultados también se trasladan al aula. “Notamos que cuando los chicos ingresaban nuevamente a clase se encuentran más distendidos y relajados”.

Olmedo, por su parte, añadió que con los juegos los estudiantes liberan endorfinas, algo que termina favoreciendo a la autoconfianza de cada uno y que de manera natural se traslada al aula.

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La mesa de juegos y actividades está a disposición de los estudiantes en todos los recreos. Preceptores aseguran que la propuesta hizo que baje notablemente el uso de celulares en esos momentos

La mesa de juegos y actividades está a disposición de los estudiantes en todos los recreos. Preceptores aseguran que la propuesta hizo que baje notablemente el uso de celulares en esos momentos