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El Papa condenó la creciente "espiral de muerte" entre Israel y Palestina

Pidió a la comunidad internacional buscar "sin demora otras vías que incluyan el diálogo y la búsqueda sincera de la paz" ante los atentados con muertos en Cisjordania

El papa Francisco condenó ayer el recrudecimiento de la violencia en Medio Oriente y pidió a Israel y los palestinos y a la comunidad internacional buscar "sin demora otras vías que incluyan el diálogo y la búsqueda sincera de la paz".

"La espiral de muerte que aumenta día a día no hace más que apagar los pocos destellos de confianza que existen entre los dos pueblos", dijo el pontífice tras su tradicional rezo del Ángelus en la Plaza de San Pedro.

Francisco lamentó que "desde principios de año decenas de palestinos han muerto en tiroteos con el Ejército israelí" en los territorios de Cisjordania, que están bajo ocupación militar de Israel desde hace décadas.

"Con gran dolor me entero de las noticias que llegan de Tierra Santa, en particular de la muerte de diez palestinos, entre ellos una mujer, asesinados durante acciones militares antiterroristas israelíes en Palestina y de lo sucedido cerca de Jerusalén el viernes por la noche, cuando siete judíos israelíes fueron asesinados por un palestino y tres resultaron heridos cuando salían de una sinagoga", dijo Francisco, según reprodujo la agencia de noticias AFP.

Las palabras del pontífice llegan tras tres días de incesante violencia en Medio Oriente, comenzando el jueves con una incursión israelí en una ciudad de Cisjordania, en la cual murieron inicialmente nueve palestinos y otro más en las últimas horas.

Uno de estos ataques causó la muerte de siete civiles israelíes el viernes por la noche cerca de una sinagoga en una colonia en Jerusalén este, una zona ocupada por Israel en 1967 y anexada en 1980.

Los episodios de estos días elevan aún más la cifra de muertos en lo que va de este año, que ya alcanza más de 30 palestinos y siete israelíes.

El gobierno de Israel dio ayer el primer paso para demoler la casa familiar de un joven palestino que días atrás mató a tiros a siete personas y la de otro que hirió a dos más en un ataque separado, en medio de una ola violencia y de gestiones y llamados a la calma de Estados Unidos y el Papa.

Dos palestinos más murieron ayer de heridas provocadas por disparos de fuerzas de seguridad israelíes, pese a la llegada a la región del jefe de la diplomacia de Estados Unidos, Antony Blinken, en una misión de intenciones pacificadoras y a una exhortación del Papa a detener "la espiral de violencia" en Tierra Santa.

La noticia de las dos nuevas víctimas fatales coincide con uno de los meses más sangrientos en varios años en Cisjordania y Jerusalén este, dos territorios palestinos bajo ocupación militar y colonizados por Israel, y llega luego de dos ataques palestinos contra israelíes en Jerusalén.

La escalada de violencia amenaza con agravarse aún más y con empañar la visita de Blinken, que desde mañana tiene previsto reunirse en persona con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y con el presidente palestino, Mahmud Abbas, para pedir moderación en nombre del gobierno del presidente Joe Biden.

El Ministerio de Salud palestino dijo que un joven de 18 años murió ayer de heridas infligidas ayer por un guardia de seguridad que le disparó cerca de una colonia israelí en Cisjordania. El Ejército israelí dijo que el guardia identificó a un palestino armado con una pistola a la entrada de la colonia y le disparó.

El Ministerio de Salud palestino anunció además la muerte de un palestino de 24 años que había sido herido durante una incursión militar israelí que dejó otros nueve palestinos muertos la semana pasada en el campamento de refugiados de Jenín, en el norte de Cisjordania.