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"Hasta ahora, no hay previsión de restringir las visitas", señaló el juez Arturo Ferreyra

El magistrado destacó el buen comportamiento de los internos y la responsabilidad de todas las personas que ingresan al penal. Sin embargo, reconoció que "en cuanto haya algún contagio, se tendrá que cerrar"

A pesar del incremento de casos de coronavirus que se observa en toda Córdoba y de las restricciones que comienzan a vislumbrarse en todo el país por el arribo de la segunda ola, el Ministerio de Justicia de la Provincia, por el momento, no tiene en mente prohibir los ingresos de terceros a los establecimientos penitenciarios.

En diálogo con PUNTAL VILLA MARÍA, el juez de Ejecución Penal de esta ciudad, Arturo Ferreyra, indicó que por ahora “no hay previsión de restringir las visitas”.

Este miércoles, el magistrado a cargo de los internos del penal de barrio Belgrano se comunicó con autoridades del Poder Judicial provincial. “Hablé por teléfono y me pidieron que fortalezcamos el compromiso de los familiares de los internos para que ingresen cumpliendo los protocolos”, acentuó.

No obstante, reconoció que si llegaran a existir casos positivos de Covid, evaluarían el cierre de la cárcel.

Las decisiones que involucran a las penitenciarías -según dijo- son tomadas por el ministro de Justicia, por el director de Establecimientos Penitenciarios y por las autoridades del Centro de Operaciones de Emergencias (COE) provincial.

Estrictos protocolos

Los ingresos y los egresos al penal se encuentran sujetos a estrictos protocolos.

“Por ejemplo, los visitantes deben realizar una cuarentena previa y cuando entran, se les controla la temperatura. En el lugar asignado para la visita siempre se respeta la distancia”, sostuvo.

La rigurosidad en los ingresos también es tenida en cuenta a la hora de alojar a los nuevos internos. El magistrado dijo que cuando una persona es detenida, previo a alojarla en un pabellón, es trasladada a un centro de aislamiento de Córdoba Capital. Allí, la persona debe permanecer entre 10 y 12 días.

Luego de todo ese tiempo, el recluso es llevado a la cárcel, donde también debe cumplir con un periodo de observación. Una vez cumplidos todos esos pasos, es ingresado al pabellón.

Ferreyra detalló que el personal que trabaja dentro de la prisión también cumple con rigurosos cuidados. “Los empleados del servicio penitenciario están trabajando con gran profesionalismo, se están cuidando. También nos tranquiliza que ya hayan sido vacunados”, añadió.

En lo personal, reconoció que lleva un tiempo prolongado sin ingresar a la cárcel. “Fue para evitar que yo introduzca el virus. La medida parte de una disposición del Tribunal Superior de Justicia para todos los magistrados. Actualmente me manejo telefónicamente y vía Zoom”, dio cuenta.