El presidente Alberto Fernández definió ayer como una "enorme inmoralidad y una enorme indecencia" el bombardeo de las Fuerzas Armadas a Plaza de Mayo de 1955, evaluó que ese día "empezó la violencia política expresada desde el Estado" y se mostró a favor de declarar al 16 de junio como "día de duelo nacional".

"El negacionismo es algo imperdonable en los tiempos que vivimos; tenemos que mantener viva la memoria; cualquiera que tenga un mínimo de ética sólo puede condenar el bombardeo (a Plaza de Mayo) y no solidarizarse con los asesinos", expresó el Presidente, en declaraciones a Télam, en Casa de Gobierno.

Ayer a la tarde, al cumplirse 67 años del ataque perpetrado por aviones de la Marina y Fuerza Aérea en la zona de Plaza de Mayo, dirigentes sindicales, legisladores porteños y Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora colocaron tres baldosas conmemorativas en un sector de Plaza de Mayo, en memoria de las más de 300 personas asesinadas y miles de heridos en aquel intento por derrocar y matar al presidente Juan Domingo Perón.

"Nuestras Madres, nuestras Abuelas, nos enseñaron que la única forma de llegar a la verdad y a la justicia es luchando, teniendo en pie la memoria y reclamando verdad, no venganza; el 16 de junio es una fecha importante, es la fecha en que unos inmorales bombardearon la Plaza de Mayo con el propósito de terminar con un Gobierno y se llevaron la vida de cientos de civiles; es una enorme inmoralidad, es una enorme indecencia", reflexionó el jefe de Estado.

Juzgó que en aquel momento "empezó la violencia política expresada desde el Estado" por haber sido las Fuerzas Armadas las que bombardearon la Plaza.

"Es algo que debemos recordar para que nunca más ocurra", expresó Fernández.