El Taller Protegido de Producción Carlón, iniciativa que da empleo a 10 personas con discapacidad y que lleva una quincena de años funcionando entre los villamarienses, mudó su espacio de trabajo y se encuentran en un proceso de cambios.
La ONG con asiento en la ciudad inició la búsqueda de otro lugar. No fue nada fácil, pero el objetivo llegó y ya hace más de un año que la institución presta el servicio de lavandería y planchado, entre otras prestaciones que ofrecen.
“En este momento hay diez operarios y operarias entre los 24 y 65 años de edad”, señaló Daiana Calcaterra, la profesional que supervisa las tareas que se realizan en el establecimiento.
Cabe señalar que se trata del único taller protegido durante muchos años, si bien existen proyectos recientes que buscan imitar la labor del Carlón, no poseen el reconocimiento y trayectoria ya que tras haber pasado por diferentes actividades “hoy se consolida cada vez más”, indicó.
“Tuvo actividades como envasado de alimentos para mascotas, envasado de descartables, armados de calefones eléctricos, han envasado miel. La verdad que se ha hecho de todo hasta que gracias al aporte de un premio que ganaron a través de un concurso en el cual presentaron un proyecto, ahí es donde se recaudan los fondos para comenzar con la idea de la lavandería”, dijo.
La nueva sede de la asociación civil se encuentra ubicada dentro del casco céntrico, en calle Chile, a una cuadra y media de bulevar Vélez Sarsfield.
Desarrollo laboral y social
La lavandería industrial Carlón cumple un rol fundamental en la sociedad, ya que aún continúa siendo una problemática la inserción de personas con discapacidad al mundo del trabajo.
“Hablar de inclusión hoy todavía, por más que la perspectiva esté, en la práctica cuesta más. Además de ser su espacio laboral, en la mayoría de los casos es su único punto de encuentro y ellos son un grupo de amigos. Se juntan para festejar cumpleaños, e intentamos favorecer esos momentos acá también, porque sabemos que por fuera de este espacio no se ven o no salen, por eso es muy importante en lo social”, dijo Calcaterra que junto a su compañera acompañan el trabajo diario de la lavandería, la comisión directiva está a cargo de Carmela Amaya y Fernanda Lingua.
Campaña de llaves
Los propios encargados de realizar la tarea dialogaron con este medio y remarcaron que juntan fondos para sostener el taller.
“Pasamos momentos muy difíciles y nos agarró la pandemia, estuvimos dos años sin poder trabajar al 100%, ya que muchas de las personas que asisten son pacientes de riesgo y su familias también, por lo que se trabajó mucho menos. Se nos agravó la situación con la mudanza y nos trajo muchísimas pérdidas, ya que durante un año que el lugar estuvo cerrado tratamos de reacomodarlo y ponerlo en condiciones”, relató la supervisora.
Aseguró que atravesaron una etapa crítica en la que se necesitaban cubrir gastos “tuvimos la colaboración de la gente de Casa Balear que nos ayudó, vendimos Paella, hicimos un sorteo y ahora juntamos llaves”, afirmó Daiana.
Añadió que un pilar fundamental es la familia, ya que son quienes colaboran directamente. “Para todo lo que vamos necesitando, la familia siempre está dispuesta a colaborar”, completó.
Una vez que tienen un número considerable de llaves, se venden y lo recaudado se invierte en el taller. “Aparte del trabajo que hacemos que brindamos nuestros servicios, pueden acercarse a traer las llaves a Chile 536 o también se pueden comunicar con nosotros y vamos a retirarlas. Lo más importante es juntar la mayor cantidad posible”, remarcó.
La supervisora de las tareas que realizan los integrantes del taller remarcó que el eje de trabajo nunca se corrió de las personas con discapacidad, quienes han participado en diferentes proyectos a lo largo de estas dos décadas de vida.
Destacó que se encuentran en una etapa de reconstrucción y reencontrándose con los clientes habituales, “estamos conociendo a los nuevos vecinos y muchas personas nos encuentran en este nuevo lugar, nos están conociendo”, explicó y agregó: “Por suerte todo está avanzando” culminó.