En medio de un clima enrarecido en el sector agropecuario por los fuertes rumores que dan cuenta que el gobierno dejaría de lado el esquema de baja de retenciones a la soja por los problemas que presenta el frente fiscal, la Cámara de Productores Lecheros de Córdoba (CAPROLEC) se sumó a la discusión, pero en un sentido contrario al planteado por la Mesa de Enlace. Gustavo Prataviera, titular de la entidad que representa a los establecimientos lecheros de la provincia, señaló a PUNTAL VILLA MARÍA que la imposición de derechos de exportación al maíz e incluso fortalecer los que graban a la oleaginosa serviría para amortiguar los costos de producción. Destacó además el impacto que tiene la alimentación en los tambos.
Consultado por este medio, el presidente de la cámara no dudó en afirmar que tal como está planteado el escenario actual en la actividad, con fuerte incremento en los costos, el retorno de una política de retenciones sería “bueno porque la alimentación representa más del 50 por ciento de la facturación y está compuesto fundamentalmente por maíz y soja. Puede ir en contra de los que hacen agricultura, pero de alguna forma va a servir al sector lechero para que se mantenga porque sino esto será una sangría más de tambos en el año. Si los aumentos siguen es inviable la producción lechera”.
Agregó que los tambos chicos o medianos, que tienen casi todos los animales encerrados, “dependen mucho de la compra de insumos, especialmente para alimentación. Esta situación los liquida. El litro de leche sube entre 5 y 10 centavos por litro y el precio de la soja de mil o dos mil pesos la tonelada. Estamos en serios problemas. Además en general los precios de los insumos están dolarizados, por lo que impacta todo lo que viene pasando en la economía en estos últimos tiempos. Los líquidos y los insumos veterinarios también se van incrementando a medida que sube el dólar”.
Frente a esa realidad descripta por el dirigente, recientemente se conocieron distintas informaciones sobre el sector, positivas y negativas. Entre las primeras está el anuncio concretado semanas atrás por la directora de Producción del Ministerio de Agricultura de la Provincia, Liliana Allasia, quien dijo en Villa María que la producción subió más de un 9 por ciento, volviendo al nivel registrado en el año 2015. Como contrapartida, el INTA informó que la rentabilidad promedio fue negativa para los tambos: febrero (-0,1%); marzo (-0,2%) y abril (-0,3%). En el último mes considerado la diferencia entre el costo de producción y el precio promedio fue de $0,15 por litro de leche.
Analizando esos datos, Prataviera manifestó que el aumento de producción fue “antes del temporal, porque después seguramente bajó un poco”. Y sobre el otro aspecto, que tiene que ver con la falta de rentabilidad de los establecimientos, expresó que “hay tantos costos como cantidad de tambos, pero igualmente es así y no de ahora. Si se hace un relevamiento de los implementos, tractores y mixers que usan los tamberos claramente se nota los problemas de rentabilidad. El productor no tiene margen para una renovación tecnológica. Tenemos tractores de 50 años mientras un agricultor siembra con tractores no tripulados. La diferencia se observa claramente, pero el gobierno parece que no lo ve o no lo quiere ver. Al final cada uno busca salvarse como puede y darle para adelante”.
En lo que respecta al accionar del gobierno nacional, recalcó que “todos los meses están haciendo reuniones en Buenos Aires. Está bien que generen un ámbito de discusión, pero queda ahí y no se actúa en consecuencia. Mucha información, datos, pero nada más. Para ellos es una relación entre privados y si no es conveniente los productores debemos dedicarnos a otra cosa. Hay reuniones pero sin soluciones”.
Siguiendo con la explicación, Prataviera subrayó que “pasan los años y siempre todo sigue igual. Nosotros pensábamos que este gobierno iba a hacer algo nuevo, pero no ocurrió. También es cierto que tenemos que hacer una autocrítica como productores porque existen muchas entidades y es difícil ponerse de acuerdo para generar una sola que represente a todos y tenga más peso. Esa falta de poder de negociación también influye para que estemos así”.
Algunos empresarios lácteos y analistas del sector luego de la importante devaluación de semanas atrás sostuvieron que el nuevo tipo de cambio podría impulsar las exportaciones. El directivo no mostró el mismo optimismo.
“Eso está siempre presente todos los años. Por ahí piensan en la exportación, pero creo que el industrial argentino está hecho para el mercado interno. Cuando hay una pequeña luz adentro no se complican tanto con la exportación. Por supuesto que hay industrias que dependen de las ventas externas porque están armadas para sacar un 20 ó 30 por ciento de su producción, pero la mayoría piensa solo en el mercado interno”.
En base al contexto descripto, para el entrevistado el mediano plazo no ofrece alternativas.
“El mercado no está floreciente para el consumo porque para la gente el queso no es un artículo de primera necesidad. Ante las dificultades actuales lo deja de lado. Por lo tanto lo que esperamos por lo menos es que pongan retenciones para que bajen o queden frenados los precios de los insumos”.
Pablo Correa
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Agregó que los tambos chicos o medianos, que tienen casi todos los animales encerrados, “dependen mucho de la compra de insumos, especialmente para alimentación. Esta situación los liquida. El litro de leche sube entre 5 y 10 centavos por litro y el precio de la soja de mil o dos mil pesos la tonelada. Estamos en serios problemas. Además en general los precios de los insumos están dolarizados, por lo que impacta todo lo que viene pasando en la economía en estos últimos tiempos. Los líquidos y los insumos veterinarios también se van incrementando a medida que sube el dólar”.
Frente a esa realidad descripta por el dirigente, recientemente se conocieron distintas informaciones sobre el sector, positivas y negativas. Entre las primeras está el anuncio concretado semanas atrás por la directora de Producción del Ministerio de Agricultura de la Provincia, Liliana Allasia, quien dijo en Villa María que la producción subió más de un 9 por ciento, volviendo al nivel registrado en el año 2015. Como contrapartida, el INTA informó que la rentabilidad promedio fue negativa para los tambos: febrero (-0,1%); marzo (-0,2%) y abril (-0,3%). En el último mes considerado la diferencia entre el costo de producción y el precio promedio fue de $0,15 por litro de leche.
Analizando esos datos, Prataviera manifestó que el aumento de producción fue “antes del temporal, porque después seguramente bajó un poco”. Y sobre el otro aspecto, que tiene que ver con la falta de rentabilidad de los establecimientos, expresó que “hay tantos costos como cantidad de tambos, pero igualmente es así y no de ahora. Si se hace un relevamiento de los implementos, tractores y mixers que usan los tamberos claramente se nota los problemas de rentabilidad. El productor no tiene margen para una renovación tecnológica. Tenemos tractores de 50 años mientras un agricultor siembra con tractores no tripulados. La diferencia se observa claramente, pero el gobierno parece que no lo ve o no lo quiere ver. Al final cada uno busca salvarse como puede y darle para adelante”.
En lo que respecta al accionar del gobierno nacional, recalcó que “todos los meses están haciendo reuniones en Buenos Aires. Está bien que generen un ámbito de discusión, pero queda ahí y no se actúa en consecuencia. Mucha información, datos, pero nada más. Para ellos es una relación entre privados y si no es conveniente los productores debemos dedicarnos a otra cosa. Hay reuniones pero sin soluciones”.
Siguiendo con la explicación, Prataviera subrayó que “pasan los años y siempre todo sigue igual. Nosotros pensábamos que este gobierno iba a hacer algo nuevo, pero no ocurrió. También es cierto que tenemos que hacer una autocrítica como productores porque existen muchas entidades y es difícil ponerse de acuerdo para generar una sola que represente a todos y tenga más peso. Esa falta de poder de negociación también influye para que estemos así”.
Algunos empresarios lácteos y analistas del sector luego de la importante devaluación de semanas atrás sostuvieron que el nuevo tipo de cambio podría impulsar las exportaciones. El directivo no mostró el mismo optimismo.
“Eso está siempre presente todos los años. Por ahí piensan en la exportación, pero creo que el industrial argentino está hecho para el mercado interno. Cuando hay una pequeña luz adentro no se complican tanto con la exportación. Por supuesto que hay industrias que dependen de las ventas externas porque están armadas para sacar un 20 ó 30 por ciento de su producción, pero la mayoría piensa solo en el mercado interno”.
En base al contexto descripto, para el entrevistado el mediano plazo no ofrece alternativas.
“El mercado no está floreciente para el consumo porque para la gente el queso no es un artículo de primera necesidad. Ante las dificultades actuales lo deja de lado. Por lo tanto lo que esperamos por lo menos es que pongan retenciones para que bajen o queden frenados los precios de los insumos”.
Pablo Correa