Esta semana se presentó en la Cámara de Diputados un proyecto de ley para la creación del Instituto Nacional del Libro Argentino (Inla) que tiene como principal objetivo “fomentar y promover la actividad editorial argentina”.
La propuesta fue elevada por el diputado Daniel Filmus y contó con el acompañamiento de editores, autores y referentes de la cultura.
El director de la Editorial Universitaria Villa María (Eduvim) y extitular de la Red de Editoriales de Universidades Nacionales (Reun), Carlos Gazzera, fue convocado como revisor y consultor del equipo que redactó la iniciativa por su participación activa como representante del sector en el bosquejo de ley que se trabajó a pedido de Martín Gill cuando fue diputado.
En diálogo con PUNTAL VILLA MARÍA explicó que desde la Red la intención fue “impulsar que la edición universitaria estuviera incluida en el proyecto y se consiguió la participación de las editoriales de universidades en la mesa de directorio”, ya que este sector representa el 8 por ciento del total de ISBN que se generan en el país.
El proyecto establece un directorio y una junta federal representada por las diferentes regiones del país. En el directorio habrá representantes de la Cámara Argentina de Publicaciones (CAP), la Cámara Argentina del Libro (CAL), la Fundación El Libro, libreros, escritores, miembros de cada una de las regiones culturales y de las editoriales universitarias.
Según explicó Gazzera, el sector editorial “viene pugnando” por la creación del Inla desde hace 15 años. “Hubo tres proyectos de los cuales la esencia no cambió, porque lo más importante es la conformación de un organismo institucional para dar una protección a la industria, como sucede en el teatro, la música y el cine”, precisó.
Además, la propuesta tiene como principio genérico el intento por “corregir el enorme desequilibrio que existe entre Capital Federal y Gran Buenos Aires con el resto del país”. Actualmente, el segundo lugar en cantidad de librerías y editoriales en el país lo ocupa Córdoba con el 4 por ciento, seguida por Santa Fe con el 3,8. Las provincias restantes alcanzan en conjunto un 6 por ciento y el porcentaje restante está centralizado.
“Cuando llegué a la presidencia de la Reun en 2010 se estaba discutiendo con el mismo equipo que trabajó con Filmus el segundo proyecto que luego se presentó durante la gestión de Gill como diputado y no llegó a tratarse; el principal cambio con el actual es que se fijó un presupuesto del cual el 80 por ciento es para patrocinar las actividades editoriales y tiene como particularidad el trabajo en las provincias, es decir la actividad editorial, librera y gráfica”, desarrolló.
Cabe destacar que el equipo de asesores fue impulsado en su momento por la Reun. “Actualmente no integro la junta ejecutiva de la Red, pero participo como director de una editorial universitaria que es, después de Eudeba, la que mayor participación y número de publicaciones tiene dentro de la CAL”, aclaró.
Según el Publisher, las editoriales universitarias y las independientes pequeñas van a encontrar en el Inla “la ayuda para tener cuota de presencia en la distribución, el acceso a librerías, la edición de libros que en muchos casos no se publican” en otras editoriales. En función de eso, Gazzera consideró que la Reun “se beneficia mucho” porque “además del reconocimiento, obtiene a nivel de participación como parte de los organismos descentralizados del Estado la posibilidad de hacer introducir sus catálogos en el ecosistema del libro”. A partir de allí, estimó que se amplía la posibilidad de “profesionalizar los equipos” y tener mayor cuota de participación en las políticas del sector. “Luego cada una utilizará los recursos como considere necesario para mejorar su presencia en el mundo del libro, pero el Instituto es un gran apoyo”, definió.
La necesidad de una ley
Este diario también consultó al co-coordinador del Núcleo de Estudios sobre el Libro y la Edición del Instituto de Desarrollo Económico y Social (Ides), Alejandro Dujovne, quien resaltó “la necesidad” de contar con un Instituto en “una de las áreas más emblemáticas en términos culturales y económicos que tiene el país” para “resolver la ausencia de políticas”.
En tal sentido aclaró que “la creación de este ente autárquico” no es una política en sí misma, sino que las implementará con sus propios representantes. “Hay que distinguir que no se está creando una política, sino que es una entidad que tendrá la potestad de diseñar e implementar políticas públicas una vez que sea aprobado por diputados, senadores y reglamentada para su constitución, tal como lo explica el proyecto”, afirmó.
Para su funcionamiento se prevé la asignación del 2 por ciento del presupuesto de la Secretaría de Cultura de la Nación, monto del cual no puede destinar más del 20 por ciento a administración y burocracia.
Con respecto a la actual situación, el investigador de Conicet también hizo hincapié en la crisis en el sector que provocó una reducción del 50 por ciento en el número de libros que se imprime, además del cierre de librerías, de imprentas y las demoras en las cadenas de pago. “Es muy complicada la situación del sector y no hay indicios de que vaya a mejorar, por eso un Instituto nos daría herramientas para amortiguar los efectos más nocivos de la crisis”, agregó.
Al ser consultado sobre la inserción en otros países, Dujovne apuntó que se aportaría a la promoción porque “existe un declive constante en la presencia de los libros argentinos en otros países a raíz de los serios problemas de exportación y Argentina perdió el lugar de preponderancia que supo tener”.
En la propuesta también se considera la creación del Observatorio Nacional del Libro y la Lectura (ONLL) cuyas funciones son producir informes acerca del estado del sector editorial y los hábitos de lectura. “Este es otro plano importante, porque no contamos con suficientes datos estadísticos de nuestra vida cultural y es información necesaria para tomar decisiones acertadas, porque permitirá entender cómo funcionan determinados segmentos y tener datos sistemáticos sobre lectura”, añadió.
Este órgano deberá actuar como “instancia consultiva para realizar investigaciones sobre problemas y necesidades de carácter nacional, regional o particular, en relación con el libro y la actividad editorial argentina”. Entre otras atribuciones, el ONLL buscará “promover la formación de investigadores en la temática del libro, la edición y la promoción de la lectura en articulación con el Conicet y las universidades nacionales”.
Rodrigo Duarte. Redacción Puntal Villa María
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El director de la Editorial Universitaria Villa María (Eduvim) y extitular de la Red de Editoriales de Universidades Nacionales (Reun), Carlos Gazzera, fue convocado como revisor y consultor del equipo que redactó la iniciativa por su participación activa como representante del sector en el bosquejo de ley que se trabajó a pedido de Martín Gill cuando fue diputado.
En diálogo con PUNTAL VILLA MARÍA explicó que desde la Red la intención fue “impulsar que la edición universitaria estuviera incluida en el proyecto y se consiguió la participación de las editoriales de universidades en la mesa de directorio”, ya que este sector representa el 8 por ciento del total de ISBN que se generan en el país.
El proyecto establece un directorio y una junta federal representada por las diferentes regiones del país. En el directorio habrá representantes de la Cámara Argentina de Publicaciones (CAP), la Cámara Argentina del Libro (CAL), la Fundación El Libro, libreros, escritores, miembros de cada una de las regiones culturales y de las editoriales universitarias.
Según explicó Gazzera, el sector editorial “viene pugnando” por la creación del Inla desde hace 15 años. “Hubo tres proyectos de los cuales la esencia no cambió, porque lo más importante es la conformación de un organismo institucional para dar una protección a la industria, como sucede en el teatro, la música y el cine”, precisó.
Además, la propuesta tiene como principio genérico el intento por “corregir el enorme desequilibrio que existe entre Capital Federal y Gran Buenos Aires con el resto del país”. Actualmente, el segundo lugar en cantidad de librerías y editoriales en el país lo ocupa Córdoba con el 4 por ciento, seguida por Santa Fe con el 3,8. Las provincias restantes alcanzan en conjunto un 6 por ciento y el porcentaje restante está centralizado.
“Cuando llegué a la presidencia de la Reun en 2010 se estaba discutiendo con el mismo equipo que trabajó con Filmus el segundo proyecto que luego se presentó durante la gestión de Gill como diputado y no llegó a tratarse; el principal cambio con el actual es que se fijó un presupuesto del cual el 80 por ciento es para patrocinar las actividades editoriales y tiene como particularidad el trabajo en las provincias, es decir la actividad editorial, librera y gráfica”, desarrolló.
Cabe destacar que el equipo de asesores fue impulsado en su momento por la Reun. “Actualmente no integro la junta ejecutiva de la Red, pero participo como director de una editorial universitaria que es, después de Eudeba, la que mayor participación y número de publicaciones tiene dentro de la CAL”, aclaró.
Según el Publisher, las editoriales universitarias y las independientes pequeñas van a encontrar en el Inla “la ayuda para tener cuota de presencia en la distribución, el acceso a librerías, la edición de libros que en muchos casos no se publican” en otras editoriales. En función de eso, Gazzera consideró que la Reun “se beneficia mucho” porque “además del reconocimiento, obtiene a nivel de participación como parte de los organismos descentralizados del Estado la posibilidad de hacer introducir sus catálogos en el ecosistema del libro”. A partir de allí, estimó que se amplía la posibilidad de “profesionalizar los equipos” y tener mayor cuota de participación en las políticas del sector. “Luego cada una utilizará los recursos como considere necesario para mejorar su presencia en el mundo del libro, pero el Instituto es un gran apoyo”, definió.
La necesidad de una ley
Este diario también consultó al co-coordinador del Núcleo de Estudios sobre el Libro y la Edición del Instituto de Desarrollo Económico y Social (Ides), Alejandro Dujovne, quien resaltó “la necesidad” de contar con un Instituto en “una de las áreas más emblemáticas en términos culturales y económicos que tiene el país” para “resolver la ausencia de políticas”.
En tal sentido aclaró que “la creación de este ente autárquico” no es una política en sí misma, sino que las implementará con sus propios representantes. “Hay que distinguir que no se está creando una política, sino que es una entidad que tendrá la potestad de diseñar e implementar políticas públicas una vez que sea aprobado por diputados, senadores y reglamentada para su constitución, tal como lo explica el proyecto”, afirmó.
Para su funcionamiento se prevé la asignación del 2 por ciento del presupuesto de la Secretaría de Cultura de la Nación, monto del cual no puede destinar más del 20 por ciento a administración y burocracia.
Con respecto a la actual situación, el investigador de Conicet también hizo hincapié en la crisis en el sector que provocó una reducción del 50 por ciento en el número de libros que se imprime, además del cierre de librerías, de imprentas y las demoras en las cadenas de pago. “Es muy complicada la situación del sector y no hay indicios de que vaya a mejorar, por eso un Instituto nos daría herramientas para amortiguar los efectos más nocivos de la crisis”, agregó.
Al ser consultado sobre la inserción en otros países, Dujovne apuntó que se aportaría a la promoción porque “existe un declive constante en la presencia de los libros argentinos en otros países a raíz de los serios problemas de exportación y Argentina perdió el lugar de preponderancia que supo tener”.
En la propuesta también se considera la creación del Observatorio Nacional del Libro y la Lectura (ONLL) cuyas funciones son producir informes acerca del estado del sector editorial y los hábitos de lectura. “Este es otro plano importante, porque no contamos con suficientes datos estadísticos de nuestra vida cultural y es información necesaria para tomar decisiones acertadas, porque permitirá entender cómo funcionan determinados segmentos y tener datos sistemáticos sobre lectura”, añadió.
Este órgano deberá actuar como “instancia consultiva para realizar investigaciones sobre problemas y necesidades de carácter nacional, regional o particular, en relación con el libro y la actividad editorial argentina”. Entre otras atribuciones, el ONLL buscará “promover la formación de investigadores en la temática del libro, la edición y la promoción de la lectura en articulación con el Conicet y las universidades nacionales”.
Rodrigo Duarte. Redacción Puntal Villa María