Marcela Durán es la presidenta de la Cooperativa de Trabajo 7 de Febrero, que este 2019 cumplió 13 años. Es una entidad integrada mayoritariamente por mujeres y que, entre otras tareas, tiene a su cargo la separación y comercialización de los residuos sólidos urbanos que cada vecino separa en su casa para la recolección diferenciada.
“Queremos que nuestro producto, por más que sea residuo, tenga demanda”
La presidenta de la Cooperativa de Trabajo 7 de Febrero destacó que son “buenas clasificadoras” de los RSU que llegan por recolección diferenciada. La entidad tiene 34 miembros, de los cuales 33 son mujeres
La 7 de Febrero nació como salida para quienes habían sido contratados por la empresa Corbam, que iba a hacer la vitrificación de los residuos locales, iniciativa que naufragó.
En relación con el trabajo que hacen, Durán se mostró orgullosa de los resultados. “Somos buenas clasificadoras, hemos aprendido muy bien el servicio, lo hacemos porque nos gusta y porque queremos que se vea bien y que nuestro producto, por más que sea residuo, tenga demanda”, precisó. Realizan esa labor con el material que se recolecta en forma domiciliaria a partir del cronograma diferenciado.
Al trabajo lo llevan a cabo en la planta que se encuentra camino a Ana Zumarán, donde también está el vertedero.
En referencia a lo avanzado desde el momento inicial a la actualidad, explicó: “Cambiaron muchas cosas, como el manejo, la forma de administrarnos, el compañerismo, cambiaron los gobernantes que eso también fue algo que nos ayudó mucho y cambiaron nuestras estrategias. Teníamos que hacer ver una política ambiental, dejamos un poco el lado social y nos definimos por la parte ambiental como estrategia, porque con nuestro trabajo podemos ayudar para un mejor ambiente para la ciudad”. En ese punto destacó que la actividad que desempeñan “es un servicio”.
También se refirió a la tarea de difusión que realizan “boca a boca”. Para eso participan de cuanta convocatoria les llega, tanto de escuelas como de colegios profesionales, a la vez que participan de eventos. “Nos ayudaron mucho los chicos de la Universidad Nacional de Villa María, que siempre nos prestamos para todas las carreras para tesis o proyectos. Ellos nos ayudaron mucho también a difundir todo lo que realizamos y nos ayudaron a ver cómo manejarnos y a ver qué cosas nosotras no veíamos”, apuntó.
La cooperativa tiene 34 miembros, de los cuales 33 son mujeres. Y en ese punto Durán destacó que fueron ellas las que, en tiempos difíciles, “se quedaron a lucharla, a pelearla, a tener la esperanza de que iba a mejorar”. Señaló que además, por lo bajo de los ingresos, muchos varones no permanecían en la cooperativa porque salían a buscar otras posibilidades.
Como la que hacen es una tarea que implica trabajos pesados, fueron comprando maquinaria para alivianarlo. “De un día para otro aprendimos a manejar, cargar, soldar. No nos costó y no fue difícil, hoy en día se le enseña a manejar a toda la que esté interesada, a usar la moladora; nosotras cargamos los camiones, manejamos el autoelevador, le descargamos el vehículo a los particulares, todo las mujeres. Nos hemos adaptado bastante bien”, describió.
La 7 de Febrero, además de la clasificación de los residuos diferenciados, tiene a su cargo la limpieza del cementerio La Piedad, de los baños públicos de la ciudad y de algunas plazas.
Sobre la separación
A través del servicio de recolección diferenciada se hace el retiro de los materiales secos separados en los domicilios. De la separación y comercialización se encarga la cooperativa.
Vidrio, plástico, papel, aluminio, hojalata, cartón, envases tetrabrik, telas, telgopor y nylon son los materiales que más se pueden recuperar.
La recolección diferenciada se hace el lunes por barrios Sarmiento, Santa Ana, Rivadavia y San Justo; martes por Almirante Brown, Trinitarios, Parque Norte y Carlos Pellegrini; miércoles y viernes por el centro; jueves por Ameghino y Lamadrid y sábados por General Paz, Güemes, Palermo y Mariano Moreno.
Mariana Corradini. Redacción Puntal Villa María
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En relación con el trabajo que hacen, Durán se mostró orgullosa de los resultados. “Somos buenas clasificadoras, hemos aprendido muy bien el servicio, lo hacemos porque nos gusta y porque queremos que se vea bien y que nuestro producto, por más que sea residuo, tenga demanda”, precisó. Realizan esa labor con el material que se recolecta en forma domiciliaria a partir del cronograma diferenciado.
Al trabajo lo llevan a cabo en la planta que se encuentra camino a Ana Zumarán, donde también está el vertedero.
En referencia a lo avanzado desde el momento inicial a la actualidad, explicó: “Cambiaron muchas cosas, como el manejo, la forma de administrarnos, el compañerismo, cambiaron los gobernantes que eso también fue algo que nos ayudó mucho y cambiaron nuestras estrategias. Teníamos que hacer ver una política ambiental, dejamos un poco el lado social y nos definimos por la parte ambiental como estrategia, porque con nuestro trabajo podemos ayudar para un mejor ambiente para la ciudad”. En ese punto destacó que la actividad que desempeñan “es un servicio”.
También se refirió a la tarea de difusión que realizan “boca a boca”. Para eso participan de cuanta convocatoria les llega, tanto de escuelas como de colegios profesionales, a la vez que participan de eventos. “Nos ayudaron mucho los chicos de la Universidad Nacional de Villa María, que siempre nos prestamos para todas las carreras para tesis o proyectos. Ellos nos ayudaron mucho también a difundir todo lo que realizamos y nos ayudaron a ver cómo manejarnos y a ver qué cosas nosotras no veíamos”, apuntó.
La cooperativa tiene 34 miembros, de los cuales 33 son mujeres. Y en ese punto Durán destacó que fueron ellas las que, en tiempos difíciles, “se quedaron a lucharla, a pelearla, a tener la esperanza de que iba a mejorar”. Señaló que además, por lo bajo de los ingresos, muchos varones no permanecían en la cooperativa porque salían a buscar otras posibilidades.
Como la que hacen es una tarea que implica trabajos pesados, fueron comprando maquinaria para alivianarlo. “De un día para otro aprendimos a manejar, cargar, soldar. No nos costó y no fue difícil, hoy en día se le enseña a manejar a toda la que esté interesada, a usar la moladora; nosotras cargamos los camiones, manejamos el autoelevador, le descargamos el vehículo a los particulares, todo las mujeres. Nos hemos adaptado bastante bien”, describió.
La 7 de Febrero, además de la clasificación de los residuos diferenciados, tiene a su cargo la limpieza del cementerio La Piedad, de los baños públicos de la ciudad y de algunas plazas.
Sobre la separación
A través del servicio de recolección diferenciada se hace el retiro de los materiales secos separados en los domicilios. De la separación y comercialización se encarga la cooperativa.
Vidrio, plástico, papel, aluminio, hojalata, cartón, envases tetrabrik, telas, telgopor y nylon son los materiales que más se pueden recuperar.
La recolección diferenciada se hace el lunes por barrios Sarmiento, Santa Ana, Rivadavia y San Justo; martes por Almirante Brown, Trinitarios, Parque Norte y Carlos Pellegrini; miércoles y viernes por el centro; jueves por Ameghino y Lamadrid y sábados por General Paz, Güemes, Palermo y Mariano Moreno.
Mariana Corradini. Redacción Puntal Villa María