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“El eje de la ESI es el cuidado de sí mismo y de los otros”

El subinspector general afirmó que “no tienen asidero ni fundamento para sostener esos discursos” quienes cuestionan la ley de Educación Sexual Integral

El subinspector general de la Tercera Región Escolar, Raúl Padilla, afirmó que “no tienen asidero ni fundamento para sostener esos discursos” quienes cuestionan la Ley de Educación Sexual Integral (ESI).

“¿Cómo que se les va a enseñar a los niños a cambiar de género?, esos disparates uno los escucha y no tienen asidero, el padre que lo escucha tiene que pedir en qué documento curricular publicado en la página del Ministerio dice algo de eso. Lo que dice es respetar la identidad de género, entenderla, comprenderla”, puntualizó. Y agregó: “El eje de la ESI es el cuidado de sí mismo y el de los otros. La protección de su propio cuerpo, el resguardar la intimidad, el respeto por el otro, por la diversidad, pero por sobre todo construir sujetos que sepan cómo actuar ante la violencia de género, que sean promotores de la no violencia, sujetos para los que la equidad de género sea una variable que no se discute”.

Consideró que “ese es deber de la escuela” y lamentó que haya padres que no quieran leer “el documento oficial porque vienen con un preconcepto”. Sostuvo: “Esa negativa creo que también devela los miedos propios de cada uno, de una sociedad que se construyó sobre tótems y tabúes, como decía Freud, que son muy fuertes, que son aprovechados por los poderes políticos que tienen intereses creados. Son obstáculos ideológicos muy fuertes que obturan hasta al debate mismo”.

Y puntualizó que hacer que se comprenda eso es “una lucha que la escuela en este momento de transición tiene, una más, por eso el eje es el acuerdo de convivencia”.

Así ese acuerdo de convivencia se transforma en una herramienta, también en construcción, en el camino para sortear escollos. Son “pactos de cooperación mutua para abordar el bullying, las violencias, la discriminación”.

En ese sentido, y como ejemplo, puntualizó que “el niño conflictivo no es problema del niño, es un problema institucional”, a todos compete ver cómo se puede ayudar a ese niño “que está atravesado por la violencia”, con lo cual cualquier forma de discriminación es someterlo a más violencia. 

“La escuela tiene la obligación de ayudar a convivir y compartir espacios, tiempos, vivencias, experiencias”, añadió.

Avanzó con esa reflexión: “No nos preguntamos qué les pasa a esos chicos que están atravesados por todo el malestar social, por todo el discurso violento que hay circulando. A mí me parece que los acuerdos escolares de convivencia van a hacer posible enseñar en las escuelas, van a hacer posible abordar estas problemáticas. Nadie puede enseñar en medio de situaciones de bullying, de situaciones de disrupción permanente en el aula”.

Esto “sin desconocer que el docente también viene atravesado por esos contextos. Entonces esa separación entre el afuera y el adentro es muy difícil, más cuando también hay docentes sufrientes o atravesados por la violencia de género, sino le estaríamos pidiendo volver al santuario de la escuela en la que no acontecen las cosas”. 

Acuerdos escolares de convivencia, a sabiendas de que es una “construcción lenta”, para ir “paso a paso”.



Mariana Corradini.  Redacción Puntal Villa María

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