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Autismo: qué tener en cuenta sobre la patología para ayudarlos

La psicopedagoga Ariana Casarotto comentó la importancia de la inclusión social de quienes padecen el trastorno. Asimismo, detalló cuales son las señales detectables que los padres deben atender en la temprana edad

La vida en sociedad implica tener siempre en cuenta a quien está al lado. Los niños con autismo necesitan más inclusión y que se visibilice su condición. Para ello, la licenciada en Psicopedagogía, Ariana Casarotto, explicó a PUNTAL VILLA MARÍA qué cosas se deben tener en cuenta si alguien en nuestro entorno  padece este trastorno. Asimismo, detalló cuales son las señales a la que los padres deben estar alerta en la temprana edad que les permita detectarlo, si es el caso.

La profesional explicó que el Trastorno del Espectro Autista (TEA) es un trastorno neurobiológico del desarrollo que se puede diagnosticar desde temprana edad y perdurará a lo largo de todo el ciclo vital.

“Las causas aún están siendo investigadas, pero se cree que es fundamentalmente genética modulada por factores ambientales”, apuntó la especialista.  

La psicopedagoga comentó que  se diagnostica a un niño con TEA cuando cumple varios de los signos y síntomas de alarma. 

Señales de alerta

La profesional explicó a qué señales se deben prestar atención. Por ejemplo, una foto del primer cumpleaños sirve como indicador ya que se debe observar si el niño mira a la cámara o no. 

“Los padres deben estar atentos a otros indicadores como: cuando no comparten intereses con integrantes de la familia o con pares y no señalan con el dedo aquello que les llama la atención como diciendo ‘compartamos’ ese juego o esa canción”, enfatizó Casarotto.

A su vez, comentó que otra señal de alerta puede ser cuando hay falta de interés por los otros niños y no se encuentra presente una de las etapas del juego.

“El juego simbólico, es decir, que ellos juegan a que las canicas las ponen en un plato y son deliciosas uvas o cuando llevan al bebé a pasear con el cochecito o cuando el auto de carrera sube por las montañas y se choca contra una planta, entre muchas cosas más”, destacó.

Ante ello, agregó: “El juego en esta patología se presenta de manera repetitiva y con intereses inusuales, por ejemplo, juega con los mismos autitos siempre y los coloca en fila”.

Por otra parte, la psicopedagoga  también resaltó que una de las mayores dificultades de los niños con TEA es el compartir momentos y experiencias con otros -familiares o pares- y es ahí donde el contacto visual es poco o muchas veces no se da.

“Por ejemplo, no acostumbran a realizar la sonrisa social, fundamental para poder establecer un vínculo con alguien. Su lenguaje, si logran adquirirlo, es literal, es decir, que no entienden las bromas, los chistes, los dobles sentidos ni las metáforas”, expresó Casarotto.

Otro indicador –explicó la especialista-  es cuando evitan el contacto físico o ese contacto es más bien poco, cuando reaccionan levemente a la voz de sus padres, cuando no hay registro del peligro o del dolor.

Asimismo, añadió: “Con relación a su cuerpo se puede observar comportamientos extraños, repetitivos y autoestimulantes como el balanceo, el movimiento de aleteo de manos o caminar en puntas de pie, entre otros”.

Además, destacó que una de las mayores dificultades que suelen enfrentar los niños con TEA y sus familias, es la falta de conocimiento a nivel social del funcionamiento diario: “Las familias con un niño bajo sospecha de padecer un TEA precisan un diagnóstico explícito y comprensible, un pronóstico y un apoyo y asesoramiento profesional adecuado”, explicó.

Concientización y tratamientos

En cuanto a los tratamientos que se pueden recibir, la especialista aseguró que dependerá de cada niño en particular: “La mejor opción es el tratamiento pluridisciplinar donde uno de los objetivos principales es trabajar con ellos para que logren tener una mejor calidad de vida”.

“Las sugerencias y los objetivos deben ser específicos de cada niño priorizando sus fortalezas. Por eso se dice ‘hay tantos autismos como personas que lo tienen’”. 

Casarotto aseguró que una de las mejores maneras de ayudar es comprender, conocer qué le sucede a ese niño y respetar a la familia: “Incluyéndolos en los contextos cotidianos, la escuela, los cumpleaños de sus pares, en un deporte, entre otros espacios que puedan beneficiar y optimizar el desempeño social del niño”.

En cuanto a cómo influye la tecnología en la vida de quienes tienen TEA, la profesional comentó: “Hoy la tecnología convive en la casa de cada una de las personas, así como es malo el abuso para los niños de temprana edad, tiene sus aportes para favorecer el desarrollo de los niños con TEA”.

Explicó entonces que existen herramientas para ayudar a «hacer una sociedad accesible» y que buscan entender mejor el autismo. 

“Así como se siguen estudiando las causas posibles de que un niño tenga TEA, se investiga cómo mejorar la calidad de vida y allí entran pequeñas aplicaciones que intentan enseñar a las personas con estos trastornos ciertas habilidades como relacionarse, identificar sujetos o diferenciar emociones”, finalizó la psicopedagoga.

El pasado 2 de abril se conmemoró el Día Internacional de la toma de conciencia  sobre el trastorno del espectro autista. Estas fechas sirven para concientizar y aprender más, en este caso sobre el TEA.



Aldana Pszybylski.  Redacción Puntal Villa María

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