En medio de declaraciones cruzadas entre industriales y productores lecheros sobre el escenario que se plantea para la actividad, PUNTAL VILLA MARIA dialogó con el director del Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (Ocla), Jorge Giraudo, quien aportó datos para dar cuenta de la actual situación sectorial y su posible evolución. En ese sentido, destacó los hechos que se concatenaron para posibilitar la fuerte recuperación del precio de la leche, mientras que, hacia adelante, subrayó que se espera un crecimiento importante del volumen de producción, del orden del 20 por ciento.
Recomiendan bajar las retenciones para sostener el mercado externo
Jorge Giraudo, director del Ocla, afirmó que para evitar efectos en la cadena se debería analizar una disminución del tributo, tal como ocurrió en otras economías regionales. La mejora competitiva podría impulsar las exportaciones, que vienen cayendo en el año
Como las ventas externas mantienen una tendencia bajista por la caída de precios internacionales, abogó para que la administración central tome medidas tendientes a reducir los impuestos que gravan las exportaciones de lácteos, tal como ocurrió la semana pasada con otros productos regionales. “Nuestra participación es para brindar información y dar la menor cantidad de opinión posible, en virtud que estamos en un momento delicado”, precisó al inicio de la entrevista el directivo.
En primer término indicó que el sector primario necesitaba recomponer sus valores porque venía “de más de dos años de un situación difícil; caída de precios, mercado internacional complicado, dos inundaciones y una sequía, un proceso inflacionario fuerte y la devaluación que impactó sobre los insumos dolarizados. Todo eso generó un endeudamiento para los productores; y la industria tampoco la está pasando demasiado bien. Estuvo un poco mejor antes, pero ahora se dio vuelta”.
Particularmente sobre los motivos que llevaron a la suba del precio de la leche (según la entidad en junio el promedio se ubicó en $15,15 por litro), explicó que el primer trimestre del año “arrancó con un 8,3 por ciento menos de leche y con un stock de productos casi un 35 por ciento menor al año anterior, ya que las exportaciones habían subido bastante en 2018. Hubo un alto nivel de ventas externas, que se llevaron en el primer trimestre el 22 por ciento del volumen de leche, aunque el mercado interno cayó muy fuerte, 10 por ciento, sobre todo en productos de mayor valor agregado, es decir, yogures, flanes, postres, quesos procesados y leches chocolatadas”.
Agregó que además de lo descripto “hubo una licitación oficial de unas 11.500 toneladas en febrero, que hizo que las empresas para cumplir salieran a buscar producción, compitiendo por la materia prima y levantando los precios. Además apareció un nuevo actor en la industria que para abastecerse generó en las dos regiones donde participa un escenario de mayor competencia por la leche. La sumatoria de todos esos factores no podemos dimensionar el grado de efecto de cada uno, llevaron a que el precio llegue a la condiciones actuales, que son muy competitivas para el sector primario”.
Giraudo mencionó que por la baja que muestra la moneda norteamericana en las últimas semanas el litro de leche supera los USD 0,35, algo que hace mucho tiempo no ocurría.
“Cuando se produjo la devaluación veníamos de USD 0,20; de ahí a USD 0,35 es una diferencia muy importante. Lo que pasa es que, como siempre decimos, hay que mirar más la película que la foto. Ahora es muy linda, dos o tres meses con precios interesantes y rentabilidad positiva, pero hay que ver de dónde venía el sector, con una fuerte salida de tambos y endeudamiento. Producto de todo eso es la situación de nerviosismo que se está viviendo, donde se escuchan voces de los dos lados, uno tratando de que su precio se sostenga y otro que afirma que no lo puede hacer”.
Hacia adelante
Consultado sobre cómo podrían evolucionar las variables que mencionaba, particularmente volumen de producción y exportaciones, el director del Ocla resaltó que “entre junio y octubre, cuando se da el pico máximo de producción, llegará a un 20 por ciento más de leche, aunque haya menos vacas y tambos; eso representa más de 5 millones de litros de leche por día que estarán disponible para el mercado interno, exportación o stock. Eso desde el punto de vista de la oferta. En la demanda está la caída del consumo. Se están cerrando acuerdos salariales que pueden en cierta medida mejorarlo un poco, pero cerrará el año con 4 o 5 por puntos menos. Y las exportaciones que publicamos hace poco, a mayo presentan una caída importante, un 8 por ciento de caída interanual, que sobre todo se da en leche en polvo. Sí se mantuvo e incluso creció un poco la exportación de quesos”.
De todas maneras expresó su preocupación por la evolución de las que consideró las dos principales variables del mercado exportador.
“Un problema es el precio de la leche en polvo, que viene con 8 caídas consecutivas en las subastas de Fonterra (empresa neozelandesa que opera como referencia de precios a nivel mundial); la última traspasó la barrera de los USD 3.000 la tonelada. Y también está el tipo de cambio. No solo cayó, sino que el sector lechero tiene una diferencia de casi 10 por ciento entre el valor real y el nominal, porque tiene derechos de exportación, diferencia entre dólar comprador y vendedor, y a su vez los reintegros que tenía disminuyeron significativamente. Por esos motivos el mercado de exportación es menos atractivo y por tanto las industrias destinan una menor cantidad de productos”.
A partir de los datos descriptos, Giraudo se pronunció a favor de que el gobierno nacional adopte medidas para atenuar las consecuencias que pueden generar en la cadena.
“Creo que coyunturalmente deberían aplicarse en el sector algunas medidas, como la disminución de derechos de exportación que tuvieron algunos productos regionales. No debería escapar la lechería a un análisis de ese tipo, para darle condiciones más competitivas por las dos cosas que mencionaba, precios y dólar en baja. O sea, quitarle los derechos de exportación de $3 por dólar y volver a un reintegro, por ejemplo para la leche en polvo, de 3 por ciento en lugar del 0,75 actual”. Eso ocasionaría “una mejora de entre 11 y 12 por ciento en el precio y podría en cierta medida incentivar. Y por otro lado están las acciones oficiales de compra para planes sociales que servirían para sacar un poco de mercadería del mercado. Cuando vienen momentos como estos hay que entrar a analizar acciones coyunturales, entendiendo que las estructurales llevan mucho más tiempo”.
Pablo Correa. Redacción Puntal
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En primer término indicó que el sector primario necesitaba recomponer sus valores porque venía “de más de dos años de un situación difícil; caída de precios, mercado internacional complicado, dos inundaciones y una sequía, un proceso inflacionario fuerte y la devaluación que impactó sobre los insumos dolarizados. Todo eso generó un endeudamiento para los productores; y la industria tampoco la está pasando demasiado bien. Estuvo un poco mejor antes, pero ahora se dio vuelta”.
Particularmente sobre los motivos que llevaron a la suba del precio de la leche (según la entidad en junio el promedio se ubicó en $15,15 por litro), explicó que el primer trimestre del año “arrancó con un 8,3 por ciento menos de leche y con un stock de productos casi un 35 por ciento menor al año anterior, ya que las exportaciones habían subido bastante en 2018. Hubo un alto nivel de ventas externas, que se llevaron en el primer trimestre el 22 por ciento del volumen de leche, aunque el mercado interno cayó muy fuerte, 10 por ciento, sobre todo en productos de mayor valor agregado, es decir, yogures, flanes, postres, quesos procesados y leches chocolatadas”.
Agregó que además de lo descripto “hubo una licitación oficial de unas 11.500 toneladas en febrero, que hizo que las empresas para cumplir salieran a buscar producción, compitiendo por la materia prima y levantando los precios. Además apareció un nuevo actor en la industria que para abastecerse generó en las dos regiones donde participa un escenario de mayor competencia por la leche. La sumatoria de todos esos factores no podemos dimensionar el grado de efecto de cada uno, llevaron a que el precio llegue a la condiciones actuales, que son muy competitivas para el sector primario”.
Giraudo mencionó que por la baja que muestra la moneda norteamericana en las últimas semanas el litro de leche supera los USD 0,35, algo que hace mucho tiempo no ocurría.
“Cuando se produjo la devaluación veníamos de USD 0,20; de ahí a USD 0,35 es una diferencia muy importante. Lo que pasa es que, como siempre decimos, hay que mirar más la película que la foto. Ahora es muy linda, dos o tres meses con precios interesantes y rentabilidad positiva, pero hay que ver de dónde venía el sector, con una fuerte salida de tambos y endeudamiento. Producto de todo eso es la situación de nerviosismo que se está viviendo, donde se escuchan voces de los dos lados, uno tratando de que su precio se sostenga y otro que afirma que no lo puede hacer”.
Hacia adelante
Consultado sobre cómo podrían evolucionar las variables que mencionaba, particularmente volumen de producción y exportaciones, el director del Ocla resaltó que “entre junio y octubre, cuando se da el pico máximo de producción, llegará a un 20 por ciento más de leche, aunque haya menos vacas y tambos; eso representa más de 5 millones de litros de leche por día que estarán disponible para el mercado interno, exportación o stock. Eso desde el punto de vista de la oferta. En la demanda está la caída del consumo. Se están cerrando acuerdos salariales que pueden en cierta medida mejorarlo un poco, pero cerrará el año con 4 o 5 por puntos menos. Y las exportaciones que publicamos hace poco, a mayo presentan una caída importante, un 8 por ciento de caída interanual, que sobre todo se da en leche en polvo. Sí se mantuvo e incluso creció un poco la exportación de quesos”.
De todas maneras expresó su preocupación por la evolución de las que consideró las dos principales variables del mercado exportador.
“Un problema es el precio de la leche en polvo, que viene con 8 caídas consecutivas en las subastas de Fonterra (empresa neozelandesa que opera como referencia de precios a nivel mundial); la última traspasó la barrera de los USD 3.000 la tonelada. Y también está el tipo de cambio. No solo cayó, sino que el sector lechero tiene una diferencia de casi 10 por ciento entre el valor real y el nominal, porque tiene derechos de exportación, diferencia entre dólar comprador y vendedor, y a su vez los reintegros que tenía disminuyeron significativamente. Por esos motivos el mercado de exportación es menos atractivo y por tanto las industrias destinan una menor cantidad de productos”.
A partir de los datos descriptos, Giraudo se pronunció a favor de que el gobierno nacional adopte medidas para atenuar las consecuencias que pueden generar en la cadena.
“Creo que coyunturalmente deberían aplicarse en el sector algunas medidas, como la disminución de derechos de exportación que tuvieron algunos productos regionales. No debería escapar la lechería a un análisis de ese tipo, para darle condiciones más competitivas por las dos cosas que mencionaba, precios y dólar en baja. O sea, quitarle los derechos de exportación de $3 por dólar y volver a un reintegro, por ejemplo para la leche en polvo, de 3 por ciento en lugar del 0,75 actual”. Eso ocasionaría “una mejora de entre 11 y 12 por ciento en el precio y podría en cierta medida incentivar. Y por otro lado están las acciones oficiales de compra para planes sociales que servirían para sacar un poco de mercadería del mercado. Cuando vienen momentos como estos hay que entrar a analizar acciones coyunturales, entendiendo que las estructurales llevan mucho más tiempo”.
Pablo Correa. Redacción Puntal