Por eso la primera advertencia de la entidad ruralista es que la situación llevará al productor a seguir descapitalizándose. La actual campaña sigue a la sequía más prolongada y severa de los últimos años, lo que incrementa los riesgos de base para el capital invertido durante esta temporada.
Este deterioro se debe principalmente a la caída de los precios internacionales. Actualmente, la soja se encuentra un 16% por debajo de su valor promedio de los últimos 23 años, mientras que el maíz está un 26% por debajo. Esta es una de las razones por las cuales el margen bruto de la soja cayó 55% y el del maíz un 72% respecto a 2023.
Además, destaca el informe, sólo el 2% de la soja y el 9% del maíz tienen precios establecidos.
En el otro elemento clave de la ecuación, la SRA destaca que los insumos están caros en dólares. “Las restricciones al comercio exterior y el estricto control de importaciones de los últimos 4 años (SIRA), provocaron escasez de oferta y distorsión de precios respecto a los internacionales. La devaluación con cepo, el aumento del impuesto PAIS y la imprevisibilidad generada para los importadores respecto del stock de deuda comercial, debido a la modalidad instrumentada para acceder a la divisa, han incrementado la incertidumbre en estos mercados. Esto se ha reflejado en los precios de los insumos y repuestos utilizados en la producción agrícola, siendo actualmente los más caros en la región”, afirma el trabajo.
Por último, señala que “como se observa en el caso de los fletes, el aumento de los costos nominados en pesos provoca una rápida adecuación de los precios relativos a sus niveles anteriores a diciembre pasado. Estimamos que este proceso concluirá antes de finalizarla campaña agrícola”, enfatiza.