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"Queremos que se vuelvan a encender las luces e iluminar los escenarios"

La fundadora y directora del espacio teatral "La Panadería" espera con ansias la vuelta de los espectáculos y las obras. En el marco de los 30 años de la sala, hizo un repaso por la extensa lista de artistas que visitaron la ciudad. Con emoción, recordó a su compañero de camino y carrera, Hugo Mansutti

Cuando uno pronuncia la palabra “teatro” y al instante habla de Marta Montero de Mansutti, parece que estuviera refiriéndose a lo mismo. Y así es.

La entrevista se enmarca en los 30 años que celebra “La Panadería”, espacio cultural emblemático de la Villa, pero también en la pasión, la vocación y la dedicación de Marta, una persona que podría -si quisiera- escribir un libro con cientos de historias y vivencias.

La fundadora y directora del espacio teatral, emplazado en la esquina de calles Salta y José Ingenieros, casi de manera inconsciente va tejiendo anécdotas. En algunas aparecen reconocidos artistas del ambiente que visitaron la ciudad; en otras, su querido e inigualable compañero de viaje, Hugo Mansutti.

El teatro, los talleres y la pandemia

-Por la pandemia, el teatro vivió meses raros, diferentes, lejos de los escenarios.

-Sí, así fueron. Tuvimos que adecuar los talleres y las clases a la virtualidad, como lo hicieron todos. En los profesorados de teatro y danza que damos desde este espacio tuvimos que cumplir con los protocolos que nos mandó el Ministerio de Educación. Siempre estuvo la esperanza de abrir y seguir. Estamos esperando que la pandemia nos deje normalizar las clases.

-En medio de todo este contexto, les toca vivir un aniversario especial.

-Claro. Estamos atravesando una fecha muy importante, que son los 30 años de la inauguración de La Panadería. Es un año que significa mucho para nosotros. En todo este tiempo, nunca cerramos el teatro. Recuerdo que cuando inauguramos la sala, ante nuestra madrina María Rosa Gallo, prometimos que la llama nunca se iba a apagar, que iba a estar siempre encendida.

-¿Cuáles son las actividades que lleva a cabo La Panadería en la actualidad?

-Seguimos con los talleres de teatro para niños, adolescentes y adultos, que los trabajamos bajo la modalidad de burbuja. Además, ofrecemos cursos de iniciación a la danza y de acrobacia en tela. Cada tanto también damos talleres, seminarios y capacitaciones para el público en general y para docentes. En la parte formal y profesional, tenemos el Profesorado de Teatro y también el de Danza, que en todo este tiempo nos han dado cerca de 80 egresados.

-Muchos actores e inmumerables actrices se han formado en este lugar. La huella es grande.

-Tal cual. Estoy orgullosa de todo lo que logramos, afortunadamente pudimos seguir una línea. Por acá pasaron los hermanos Trento, Leo y Maxi, que están haciendo carrera en Buenos Aires. Leo estuvo en la escuela de Cris Morena y también tuvo un gran éxito con Sugar. Recuerdo a Daer, a Beto Vivas, ese fue un grupo muy fuerte que llevaban a cabo obras espectaculares. La cantidad de actores que han pasado por acá es muy grande, de todas las edades y los géneros.

-También pasaron por estas tablas actores y actrices de comprobada trayectoria.

-Sí. Fueron muchísimas las personas que recibimos. Puedo nombrar a Pablo Alarcón, a Víctor Hugo Vieyra, también a Alicia Berdaxágar, nuestra madrina María Rosa Gallo, Virginia Lago.

-En lo personal, también te tocó llevar el teatro a otras localidades de la región.

-Soy una persona muy creativa. En los primeros años, viajé con el teatro por muchas localidades. Hemos realizado actividades y talleres en Pasco, en Etruria, en Ucacha, Tío Pujio, Oncativo. Fundé filiales en Arroyo Cabral, General Cabrera, Etruria, Bengolea, Carnerillo, Ucacha. En Villa María también he recibido muchos reconocimientos. No me puedo reprochar nada. De cada pueblo tengo recuerdos. Mi marido, Hugo, también me acompañó en mis inicios. Con él fuimos los fundadores del Teatro Estable. Parece mentira que pasaron 30 años. Con Hugo nos conocimos en el teatro. Estoy orgullosa de todo lo que logramos juntos. También siento orgullo y agradecimiento por mis hijos Fabrizio, Verónica y Carla y mis seis nietos.

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