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El desafío histórico de los docentes de educar a distancia

Cada 11 de septiembre se conmemora en Argentina el Día del Maestro. El desafío auténtico de este año fue educar a distancia durante el aislamiento por la pandemia de coronavirus

Los docentes celebran hoy su día fuera de las escuelas, con festejos virtuales, en un año marcado por la pandemia de coronavirus.

En su labor diaria de educar, los docentes tuvieron este año un escenario complejo e inédito por el aislamiento y se hace necesario revalorizar la figura de ellos, que ante la situación sanitaria continuaron impartiendo sus clases con la ayuda de la virtualidad.

Si bien los educadores abrieron las puertas de sus casas para impartir las clases diarias por plataformas de internet, Eva Bergero, la “seño” de 4° grado B, aseguró que “el maestro y la escuela son irremplazables".

En ese sentido, la docente que imparte clases en la escuela General San Martín de barrio Rivadavia recordó que cuando comenzaron el año de trabajo, allá por febrero de 2020, se escuchaba y comentaba lo que pasaba con el coronavirus en el mundo, pero que nunca se imaginaron que fuese a llegar a nuestro país de la manera que se está viviendo hoy.

“Fue muy difícil adaptarnos a esta situación porque al principio había mucha incertidumbre, aunque rápidamente, asesorados por nuestro equipo directivo, se organizaron grupos de trabajo virtual y a través de WhatsApp pudimos acercarnos a las familias de nuestros estudiantes”, señaló la docente de cuarto grado.

La maestra asegura que desde el Ministerio de Educación de la Provincia se acercaron propuestas de actividades con medidas específicas de prevención sobre higiene y distanciamiento y se armaron cuadernillos de trabajo para seguir con el proyecto educativo institucional.

Para los maestros la cuarentena representa nuevos hábitos, tanto en el espacio laboral como educativo, y el trabajo se vuelve un desafío diario. La docente reflexionó: “Tratamos de llegar a las familias por todos los medios virtuales posibles, no sólo por WhatsApp, sino también por correo electrónico, a través de reuniones por Zoom, Messenger y tanto las actividades que iban en cuadernillo, yo me grababa explicando las consignas para que los papás puedan orientar a los chicos, también me grabo con un pizarrón trabajando desde mi casa como si estuviera dando una clases presencial”.

La docente de escuela primaria agregó que el principal inconveniente que tuvieron en este contexto fue la conectividad y la falta de elementos para conectar a las familias y, a través de ellas, a los niños.

Los educadores se enfrentan a nuevos retos, como hacer uso de la tecnología, compartir información, enlaces de capacitación, participar en cursos para la utilización de las TIC, proponer maneras de poder llegar a la mayor cantidad de estudiantes.

La experiencia de llevar a cabo la educación a distancia fue calificada por la maestra como “compleja”, ya que el teléfono se convirtió en un medio indispensable para el trabajo y las horas fueron puestas todas en servicio de la familia para que pudieran comunicarse y garantizar la continuidad de las actividades.

La docente, con más de veinticinco años de trayectoria, dijo que las familias demostraron mucho interés y preocupación con la esperanza de que en un tiempo cercano retomarían las clases presenciales: “En los primeros meses, marzo, abril y mayo, se pudo sostener esta actividad y este compromiso de la familia, pero luego, llegando a junio y los primeros días de julio, empezamos a notar que con la flexibilización de algunas actividades los papás volvían a trabajar y ya no había un acompañamiento como al principio, cuando las familias estaban en casa”, puntualizó Bergero.

Educación en pandemia

Sin clases, se multiplicó el trabajo docente y se expandió hacia metodologías hasta entonces desconocidas, la planificación habitual cambió y la dinámica de enseñanza-aprendizaje en el hogar no es la misma que en la escuela.

Bergero afirmó que actualmente tiene veinticuatro alumnos y que con todos pudo conectarse de alguna manera. Aseguró que tuvieron diferentes capacitaciones sobre cómo abordar la educación en tiempos de pandemia, que incluso hay una nueva forma de evaluar los aprendizajes de los estudiantes a través de la retroalimentación con cuadernillos de trabajo. “Con la evidencia fotográfica de las consignas ya realizadas podemos observar cómo trabajaron y cómo aprendieron”, remarcó la educadora.

Además, detalló que en este período de aislamiento se trató bajo toda circunstancia seguir sosteniendo el contenido para poder garantizar los aprendizajes fundamentales de cada grado y recalcó que se pierde mucho en compartir y socializar, por eso apuestan a las clases compartidas entre varios estudiantes para que puedan saludarse, verse y a través del juego estar conectados. Pero que lo más importante radicó en acompañar a las familias, puesto que necesitaron ser escuchadas, ya que pasaron por distintas situaciones en esta pandemia y los maestros no sólo ayudaron con la tarea y los contenidos de la escuela, sino que también contuvieron, brindaron ayuda, palabras de aliento, para las familias que están viviendo situaciones complejas.

Día del Maestro

La educadora reflexionó: “Este Día del Maestro va a ser muy distinto, lo vamos a festejar de manera virtual, como hicimos con otros actos este año tan inusual; creo que de esta manera nos vamos a encontrar, pero nunca se podrá remplazar el calor humano”. A su vez, precisó: “Va a ser un año muy distinto, extrañando esos abrazos y besos que no tienen precio, pero son el regalo más valioso que un docente puede recibir”.

En ese mismo sentido, la trabajadora del ámbito educativo, emocionada, reconoció que como educadora de más de veinticinco años de trabajo nunca vivió una situación así, pero considera que la educación siempre vale la pena: “La educación es el arma más poderosa con la que puede salir un pueblo adelante, vale la pena de que cada familia pueda enseñarles a sus hijos cómo podemos seguir poniéndonos de pie a pesar de las tormentas fuertes que nos tocan vivir”, concluyó.