El expresidente de Estados Unidos Donald Trump se declaró ayer no culpable de la acusación de haber liderado una conspiración criminal para anular su derrota electoral de 2020 en el estado sureño de Georgia.
El favorito a la candidatura republicana para los comicios de 2024, que enfrenta 13 cargos por delitos graves, incluido extorsión, presentó su declaración en un documento judicial renunciando a su derecho a comparecer en una lectura de cargos programada para el miércoles de la próxima semana.
El magnate, de 77 años, se entregó la semana pasada en la cárcel del condado de Fulton, en Atlanta, capital de Georgia, y fue el primer expresidente estadounidense fotografiado en una ficha policial.
Liberado tras pagar una fianza de 200.000 dólares, fue acusado de confabularse con otras 18 personas para intentar revertir su derrota en Georgia ante el actual mandatario, Joe Biden.
El republicano ya fue acusado penalmente en cuatro ocasiones desde abril y deberá hacer malabares para enfrentar múltiples comparecencias ante los tribunales en medio de una nueva campaña presidencial.
La detención de Trump en Georgia se produjo un día después de que rechazara asistir a un debate televisado en Milwaukee, Wisconsin, en el que participaron ocho de sus rivales para la nominación presidencial republicana, ubicados muy por detrás de él en las encuestas.
Durante el debate, todos los candidatos, menos dos, dijeron que lo apoyarían como candidato del partido, incluso si fuera condenado.
Por otro lado, un tribunal de Estados Unidos condenó ayer a uno de los líderes del grupo de extrema derecha Proud Boys a 17 años de cárcel por su participación en el asalto al Capitolio, sede del Congreso, el 6 de enero de 2021.
El condenado es Joseph Biggs, un veterano de Irak y Afganistán que llevó a unos 200 miembros de Proud Boys al Capitolio para intentar anular por la fuerza la declaración de victoria de Biden sobre Trump.
Los fiscales habían pedido 33 años de prisión por actos de terrorismo. Sin embargo, el juez Timothy Kelly subrayó que había fijado la pena en 16 años menos que las solicitadas, alegando que el acusado "no tenía intención de matar gente".
El ataque "rompió nuestra tradición de transferencia pacífica del poder", dijo el juez.